Diego Hernán Camún: El asistente ganador
BÁSQUET

Diego Hernán Camún: El asistente ganador

Se tuvo que hacer cargo del plantel en un momento difícil de Argentino, institucional y deportivamente. Logró ganarle nada menos que al puntero Boca Juniors y Las Morochas fue una fiesta.

Nací y me crié en el barrio de Las Morochas. Fui al jardín y a la primaria al Normal y el secundario lo hice en el Nacional, todo circunscripto en el marco de tres a cinco cuadras a la redonda de mi casa.

En esa época se jugaba al fútbol en cualquier plaza. Pero yo ya a los cuatro años estaba adentro del club Argentino. Es mi segunda casa, como la de todos los chicos que tuvieron la oportunidad de venir al club desde temprana edad y estar todo el día adentro.

En la escuela había muchos amigos del barrio, pero comenzamos a interactuar con otros chicos que venían de distintos barrios adyacentes. Ahí estábamos los que jugábamos al básquet, los que venían practicando fútbol, y se armaban los interescolares. 

Al básquet más que nada jugábamos con los pibes del barrio, hasta saltábamos tapiales cuando estaba cerrado el club para poder tirar al aro. Estaban Mario Caporaletti, Juan Antonio Abdala, por citar algunos, que vivíamos a pocas cuadras de diferencia.

Al fútbol jugué en Mariano Moreno hasta la Octava división, pero nunca partidos oficiales. Porque empecé a jugar y me gustaba más el básquet. 

Y me decidí por el básquet. En Argentino estaba de técnico Kike Biurrun cuando empecé. Después de más grande estaba Tito Biurrun. En su momento estuvo el Rata Samperi, que lo tuve muy poquito porque ya pasé a cadetes menores. Luego vino la camada de Márquez y el proceso de los ascensos encadenados, que fue hermoso.

Yo esto lo viví más como un hincha porque era más chico y no formaba parte del plantel. Sí tenía la posibilidad de viajar a veces con el equipo porque en ese momento se podía. Me llevaban como un hincha fanático, que me conocían de chiquitito de estar adentro del club.

Fui campeón con las inferiores de Argentino y también en la Primera local que la dirigió en ese entonces Adrián Capelli, como tres veces seguidas (*). También logré un torneo de Primera con el Pantera Márquez. En el 2005, ya como entrenador, fui a jugar un octogonal final con la Liga de Juveniles y fuimos campeones argentinos con Pablo Espinoza, Martín Cequeira, Enzo Ruiz y el recordado Denis Gómez, entre otros. 

Comencé a estudiar Educación Física en el Instituto Nro. 20 y ya en el segundo año de cursada me llamó Rauli Azpelicueta para trabajar con las escuelitas de básquetbol de Argentino. Aproximadamente en 1998.

Seguí estudiando y, cuando me recibí de profe, comencé a incursionar en la carrera de entrenador de básquetbol. Hice los cursos, fueron pasando los años y fui creciendo en el club con las categorías. Tuve la suerte de pasar por todas. Tengo el título máximo de entrenador que me habilita para dirigir la Liga Nacional.

Al estar tanto tiempo en el club, llegado el momento fui segundo asistente de la Liga. Estaba Ariel Rearte y, como primer asistente, Matías Huarte.

Fueron pasando diferentes entrenadores, me fui formando, haciendo cursos específicos de edición de videos para poder estar a la altura de la Liga y tuve la suerte de estar con un montón de entrenadores que me dejaron grandes aprendizajes. Siempre muy agradecido de todos.

Llegó el día en el que me tuve que hacer cargo del equipo porque el club había prescindido de Pagura. Una responsabilidad muy grande. Fue como un sueño hecho realidad. Encima tocaba Boca. Nosotros con diez partidos perdidos, muy golpeados. Traté de mentalizar a los jugadores de que podíamos competir, que podíamos ganar el partido si nos concentrábamos los cuarenta minutos. Hicimos un plan de juego y lo pudimos llevar a cabo. Tuvimos tres cuartos excelentes y nos complicó una defensa zonal en el final. Nos quedamos sin gol, pero no merecíamos perder el juego. Por suerte Vildoza erró la última bola. Boca tiene un equipazo, entraba uno que era mejor que el que salía. La verdad que se dio todo. Fue una noche soñada para todos los hinchas del club que venían esperando una victoria.

Confío en este Argentino. Siempre el club tiene esa mística de sacar de donde no hay para salir adelante. Siempre lo hizo y ojalá que se vuelva a repetir.

(*) N de la R: Apertura 2001 “Abel Pablo Toti García”; Clausura 2001 y Apertura 2002 “César Merlo”.

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