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El nivel de concurrencia a las urnas será una de las claves que definirán las elecciones que se desarrollan hoy.
DECISIÓN 2019

La participación ciudadana será una de las claves en la elección de hoy

La cantidad de votantes es un punto central que puede definir si se mantiene o cambia el resultado respecto de las primarias. Desde que se impuso el sistema de las PASO, en nuestra ciudad siempre se elevó la concurrencia a las urnas en las generales. En agosto sufragaron 61.576 juninenses, es decir, el 77,5% del padrón. Hay más de 2800 electores de 16 y 17 años habilitados.

La de hoy será la vigésimo quinta vez que los juninenses concurriremos a las urnas desde la restauración de la democracia.
Desde aquel 1983, cada dos años se fueron sucediendo elecciones presidenciales y legislativas, en un ejercicio que se incrementó a partir de 2011, cuando se instauró el sistema de Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), lo que obligó a la ciudadanía a participar de, al menos, dos votaciones en cada proceso eleccionario (primarias y generales), más el balotaje de 2015.
Y es, justamente, a partir de la implementación de las PASO cuando empezó a tomar relevancia un factor clave en los resultados finales, que es el de la participación.
Efectivamente, el nivel de concurrencia a las urnas se convirtió en un tema a considerar por parte de los postulantes a los cargos electivos, habida cuenta de que, en cada comicio, los números de las primarias permiten tener un panorama de lo que se necesita para ser el más votado en las generales. Históricamente, hubo varios ejemplos en los que la participación –junto a otras variables– terminó por definir una elección.

Datos históricos
Los datos históricos de los últimos 35 años muestran que el porcentaje de participación en nuestra ciudad es, en promedio, del 78,6 por ciento. Pero ese grado de concurrencia no siempre fue parejo.
En las cuatro elecciones que se celebraron en la década del 80 la media de votantes estuvo en torno a un 85%, en lo que fue el período con mayor nivel de asistentes. El pico de ese lapso se dio en 1989, cuando fue a las urnas el 85,7%.
En los años 90 la participación tuvo una leve baja. En los cinco procesos eleccionarios que se desarrollaron en esa época (dos a presidente y tres legislativas) un 81,2% de los electores habilitados fueron, efectivamente, a sufragar, siendo la presidencial de 1999 la de más concurrencia.
Con el nuevo milenio, la implosión política y social del país tuvo su correlato en las urnas y el “que se vayan todos” hizo que se produzca un descenso sensible en la participación. El piso fue de 70,6% en 2003 y el promedio de la década estuvo apenas por encima de los 73 puntos.
Ya en 2011 hubo una recuperación en la concurrencia, aunque nunca se restablecieron los indicadores de los 80. En este último decenio en Junín hubo un promedio de votantes del 77,6%, con un pico de 80,9% en 2015.

>Porcentaje de participación – datos históricos

De las primarias a las generales
Pero el dato de la participación cobra especial importancia a partir de la instauración del sistema de PASO, ya que en las elecciones generales –como las de hoy– podrían terminar siendo clave para, eventualmente, torcer o mantener el resultado de las primarias.
Es que una mayor concurrencia a las urnas hace que se modifiquen los porcentajes que obtiene cada fuerza electoral. Y es por ello que la mayoría de los partidos o alianzas que compiten en estos comicios promovieron fuertemente el involucramiento del electorado. “Es importantísimo que vayan a votar”, “esperamos un récord histórico de participación”, o “vamos a reventar las urnas” fueron frases que partieron de los referentes de los distintos frentes que participan de este acto eleccionario.
Ahora bien, ¿qué pasó en las elecciones anteriores entre las primarias y las generales?
En este sentido, en Junín siempre hubo un aumento el porcentaje de votantes de una a otra instancia electoral. Aunque cada uno de los comicios tuvo sus particularidades. 
En 2011, el primer año en que se implementó este sistema, hubo un pequeño incremento de las PASO a las generales, con menos de 300 votos de diferencia entre una y otra.
En el año 2013 la distancia fue mayor. Aquí hubo una diferencia de casi dos mil votos, lo que implicó el pasaje de un 76,2% a un 78,8% de asistencia.
El salto más grande se dio en las presidenciales de 2015, donde también se eligió intendente. Allí habían votado 55.313 juninenses en las primarias (71,8%), que luego pasaron a ser 62.310 en las generales, es decir, el 80,9% de las personas habilitadas para sufragar.
Por último, en las legislativas de 2017, el nivel de votantes creció –en números redondos– de 59 mil a 61 mil, lo que implica un 2,5% de diferencia.
En ese contexto, hay que decir que en las elecciones de agosto de este año había 79.495 personas habilitadas en el padrón de Junín, de las cuales, fueron a votar 61.576, una cantidad sólo superada por las generales de 2015. Por lo tanto, teniendo en cuenta los números anteriores, pareciera que no hay mucho por crecer. Aunque no menos cierto es que esos 61 mil votantes configuran el 77,5% del padrón, con lo que, habría algo más por elevarse, si se toman como parámetro los porcentajes de participación de los años anteriores.

>Porcentaje de participación por década

El impacto del aumento
Es difícil medir el impacto real que tiene el incremento de la participación de una elección a otra, pero es cierto que lo hay.
En parte, los números y los porcentajes cambian porque, hasta ahora, siempre hubo más votantes en las generales que en las primarias; pero también porque en las PASO hay fuerzas que no superan el piso y los que las votaron en agosto deben elegir otra opción en octubre. Y, finalmente, porque una vez conocidos los números de las primarias hay votantes que pueden modificar sus decisiones en la general por el que consideren un voto “útil”.
Ya sucedió en comicios anteriores en Junín que algún candidato pasara de recibir 14 mil a 22 mil votos de una instancia a otra, o de 18.500 a más de 26.500.
Asimismo, en varias elecciones desarrolladas este año en diferentes provincias, antes de las presidenciales, hubo variaciones en la cantidad de votantes de una instancia electoral a otra. Mendoza fue uno de los distritos en donde más se notó este salto y, según algunos analistas, esto terminó teniendo una influencia decisiva en el resultado final.
Habrá que ver, entonces, teniendo en cuenta estos antecedentes y las características del electorado local, cuánto impacta el aumento en la cantidad de votantes que –muy probablemente– se dé hoy en nuestra ciudad.

>Crecimiento de las PASO a las generales

Las edades de los votantes
Una variable que hace modificar la cantidad de votantes es la edad. Sobre todo en los extremos del padrón, es decir, entre los jóvenes de 16 y 17 años y en los mayores de 70, que son para los que el sufragio ya no es una obligación, sino una opción.
Hay partidos que saben que tienen más incidencia entre los jóvenes o entre los adultos mayores, y es allí donde apuntan a fomentar la participación que les permita subir algún punto porcentual en las preferencias de electorado.
Respecto del voto joven, se estima que configuran algo así como el 3% del electorado a nivel nacional, pero en Junín esa incidencia es mayor, ya que los más de 2800 adolescentes habilitados para participar de las elecciones configuran un 3,6%, por lo que es un público muy demandado si se trata de una elección reñida.
Es más, dentro de los grupos que no están obligados a votar, los jóvenes suelen tener más participación que los adultos mayores. 
Según el estudio “Espíritu Adolescente: El voto joven en Argentina”, difundido por Unicef, que analiza datos electorales y censales de cuatro provincias, la tasa de asistencia electoral entre los adolescentes es de 50,3%, mucho más baja que el 86% de la población de 18 a 69 años, pero más alta que el 41% de los electores de 70 años o más.
El mismo trabajo señala que el 64,3% de los adolescentes quisiera darle su opinión a los gobernantes sobre los temas que le interesan y el 78,6 % dice que hay pocos o no hay espacios para expresar sus opiniones. Por esta razón Unicef lanzó hace tiempo una campaña para que los más jóvenes vayan a votar.

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