El tifón Hagibis golpeó el fin de semana el norte y centro de Japón con vientos muy fuertes y lluvias históricas que desbordaron más de 200 ríos y el pronóstico no es alentador: los muertos subieron a 70, hay varias personas anunciadas como desaparecidas y se esperan más precipitaciones.
Ante esta situación de emergencia, el gobierno estudia aprobar un presupuesto especial para las labores de rescate y los futuros trabajos de reconstrucción.
El primer ministro, Shinzo Abe, dijo ayer en una sesión parlamentaria que las muertes relacionadas con el tifón habían ascendido a 53 y que se esperaba que la cifra siguiera creciendo, con al menos nueve personas dadas por muertas.
Minutos después, el canal público nacional NHK informaba del fallecimiento de al menos 70 personas.
El tifón Hagibis golpeó el sábado la isla principal de Japón y miles de casas sufrieron inundaciones, daños o cortes eléctricos.
Ayer, tres días después, unas 34 mil viviendas seguían sin electricidad y 110 mil no tenían agua corriente.
Además cerca de 30 mil personas permanecían en refugios.
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