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LITERATURA

Beatriz Amutio: “Las historias de amor tienen que ser todas tristes”

En su último libro de cuentos, la reconocida escritora juninense narra desengaños y desilusiones amorosas con maestría y oficio. Y, a través de descripciones que fijan el lente en detalles tan cotidianos como inadvertidos, construye una densidad que atrapa y cautiva al lector.

La escritora juninense Beatriz Amutio –de una extensa y reconocida trayectoria- acaba de publicar el libro de cuentos “Mujeres son amores” (Ediciones de las Tres Lagunas, 2017), donde las protagonistas afrontan desengaños y desilusiones amorosas.
Nacida en Junín, autora de cuentos y novelas, columnista habitual en diarios y revistas, su obra literaria ha obtenido, entre otras, las siguientes distinciones: Premio Nacional "Alicia Moureau de Justo" (1986); Premio Regional "Arturo Illia" (Pergamino, 1997 y 1998); Premio de cuento "Victoria Ocampo" (Buenos Aires, 2002). 
Algunas de sus obras publicadas son: "Buenos Aires el Pacífico" (Editorial Nueva Generación, 2001); "Como escrito en el agua" (Simurg, 2006); "Títeres", premiada por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires (2007); "Futuro imperfecto" (Simurg, 2009); "I Love You Betty Boop" (Simurg, 2011); "El almacén y otras mitologías" (De las Tres Lagunas, 2012).
“La historia de Lola viene de lejos, en mi primer libro, “Buenos Aires al Pacífico”, aparece como personaje, y me parecía que era una historia linda para incluir, historias de amor de mujeres, un amor frustrado, porque las historias de amor tienen que ser todas tristes, inconclusas, porque si no, no hay historia”, expresó la narradora en una entrevista con Democracia, realizada en su casa. 
Y adelantó que tiene la idea de “armar una historia general con todas las historias” que habitan su último libro.   
“Estoy leyendo a Le Clézio, cuenta una cantidad de historias entrelazadas y me parece que eso lo enriquece, yo trato de hacer un poco eso en las novelas, cada personaje tiene una historia y uno trata de ir concatenándolas para ver lo que sucede. Elegí cuentos porque lo primero que tenía eran cuentos, no daban para una novela”, afirmó.  

-¿Qué significa para usted la literatura?
-Para mí, después de mi familia, es lo mejor que hay, me apasiona. Yo leo más que escribir, leo muchísimo, siempre, desde muy chica me gustó leer. Iba a aprender piano, estaba leyendo en aquella época “El valle de la abnegación”, era una novela de amor divina, después hicieron la película. Con esa novela qué me iba a ir al piano, me quedaba en la casa de mi amiga, venía la madre y decía qué está haciendo, y yo llorando, porque yo lloro, me emociono mucho. En verano, cuando hacía calor, salíamos todos los vecinos a la vereda, era otra época, y recuerdo estar adentro, con los mosquitos, leyendo “El corsario negro”, me volvía loca Salgari (Emilio), que lo cuenta la protagonista de uno de los cuentos, Lola. Mis padres me hicieron socia de la Biblioteca Echeverría y para mí fue el cielo abierto, fue hermoso, porque me leí todo, había gente ahí con mucha vocación docente, sin ninguna preparación, nada más que el afán por la lectura. Entonces ellos se turnaban para atender en la biblioteca, estaba en otro lugar, en Gandini y Dorrego, en una casa de familia, ahora está en Levalle y Lebensohn. Nosotros íbamos a la tarde a buscar cosas para la escuela y después a leer, y esta gente te decía ‘qué querés leer’ y te orientaba, a los 14 años leía a Dostoievski, no entendí casi nada, después lo tuve que volver a leer, pero yo me daba cuenta de que eso era importante, vas modelando el gusto, y después ya no leés cualquier cosa, ya no te satisface. Después agarré toda la época de la literatura de posguerra, con todo ese bagaje, después podés leer a Joyce, es una construcción. Yo lo que agradezco es eso, a mis padres por haberme hecho socia de la biblioteca y que después me facilitaban, me regalaban libros, aunque no era muy lectores, a mí me dejaban en libertad. Mi mamá enceraba el dormitorio y me mandaba a mí a que le pasara el cepillo pesado para lustrar, y yo me iba con “Los tres mosqueteros”, “El collar de la reina”, venía mi mamá y yo con todo en veremos, y ahora igual, libro que sale, me compré el del último premio Nobel,  Kazuo Ishiguro. 

-¿Cómo ve el panorama literario de Junín?
-Yo veo que hay una movida bárbara, me parece fantástico, muy bien. Hay profesoras, gente que va a la universidad, a aprender a leer, el asunto no es tanto escribir, sino aprender a leer. En el último taller leímos y analizamos obras de Roberto Bolaño, de Enrique Vila Matas, de César Aira, la lectura conceptual.   
"Mujeres son amores" será presentado el martes, a las, en la sala del Museo Municipal "Ángel María De Rosa" de esta ciudad.

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