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NOTARIO POR ELECCIÓN

Oscar Dhydrick León, un escribano que ejerce desde hace 52 años la profesión

“El nuevo Código Civil nos va a hacer estudiar a todos de nuevo”, opinó el notario al referirse al proyecto que originó tantas resistencias y discusiones en los profesionales del país.

Oscar Dhydrick León, desde 1962, ejerce como escribano en Junín y aún hoy continúa en actividad, porque para él más que una profesión es una necesidad. “Si no trabajo, siento como si me faltara algo”, dijo ayer, al ser entrevistado por DEMOCRACIA, en vísperas del Día del Escribano.
Testigo de los cambios transcurridos en más de 50 años, observa que la profesión se ha ido complicando en algunos aspectos, mientras que en otros se ha facilitado.
“La actividad ha cambiado muchísimo, complicándose algunas cosas. Hay más controles, se hace más difícil en cuanto a la calidad del trabajo. Trabajo hay mucho pero la calidad ha bajado, en cuanto a los montos digo, no reditúan económicamente como antes”, explicó.
“Por otra parte, la informática ha simplificado mucho el trabajo, se ha hecho más sencillo y más fácil. Para mí este avance tecnológico ha sido muy positivo”, destacó.
Con los nuevos vientos de cambio que se avecinan, en las vísperas de la aprobación del Código Civil y Comercial, el escribano Oscar Dhydrick León, manifestó que este tema es un problema, que requiere de una capacitación general. “Nos va a hacer estudiar a todos”, dijo.
“Parece que una vez aprobado habrá un año de espera para entrar en vigencia en  2016. Hay varias reformas y  nuestro trabajo está muy ligado al Código Civil. A mí no me hace ninguna gracia, porque es complejo y habrá que estudiarlo. La parte de Familia, las integradas, las de padres del mismo sexo, etc., también lo atinente a herencia, hará cambiar esta norma”, manifestó.

El ejercicio de la profesión

“Nací en Villa Mercedes, San Luis, pero a los seis meses me trajeron acá, a Junín, así que soy juninense”, confiesa.
 Oscar León estudió para ser escribano en La Plata y para él, la elección de la profesión tuvo que ver con gente amiga que lo ayudó en sus inicios.
“Haber elegido esta profesión se lo debo a  un escribano de apellido Anastasi, muy amigo de mi padre. Me hizo trabajar con él como practicante y me gustó. Ahí me enamoré de la escribanía, y el escribano José María Coto fue mi padre espiritual en el ejercicio de la profesión notarial, me enseñó a trabajar. El fue presidente de la Delegación Junín del Colegio de Escribanos, firmó la escritura de compra de lo que es ahora esta Delegación, trabajó para el Colegio. Yo también trabajé allí en las comisiones de la Delegación desde la década del 70, fui muchas veces secretario, vicepresidente, vocal pero nunca  presidente”, manifestó.
Respecto a la renovación generacional de la profesión, el escribano León reflexionó: “Hay mucha gente joven en escribanías, en mi caso está adscripta Paola Giambrone, estamos esperando que cumpla los cinco años de adscripción para que quede como titular, seguramente. El trabajo está difícil, porque estamos pasados de registros, hay 28 en Junín, para mí es demasiada cantidad. Cada escribanía se constituye en un registro notarial, sin eso no se puede ejercer. Normalmente es un registro cada 10.000 habitantes y acá hay muchos más”.
León manifestó: “Esta profesión me gusta mucho, a pesar de haber trabajado tantos años, sigo ejerciendo porque lo necesito, es como un vicio. Tuve la oportunidad de jubilarme cuando cumplí la edad requerida, pero por una huelga de rentas no me daban el ok. Cuando sentí que me faltaba algo decidí seguir en actividad entonces le mandé a decir a Rentas que no me iba a jubilar. Después pedí la prórroga judicialmente y sigo ejerciendo  la profesión”.
Este escribano, de más de 50 años de actividad profesional, ama lo que hace y así lo demuestra día a día, desde su escribanía en calle Hipólito Yrigoyen 214, donde también está su casa y su familia, que fue y es un puntal en su vida. 

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