ÁRBITRO DE LA LIGA DEPORTIVA DEL OESTE

Melina Eizaguirre: “En el fútbol enseguida me abrieron las puertas”

Hace ocho meses que se desempeña como réferi. Por ahora lo hace en las divisiones inferiores y los torneos femeninos. Asegura que encontró mucha aceptación entre sus pares y le gustaría que más chicas se animen a hacerlo.

Melina Eizaguirre entró el arbitraje casi por casualidad. Fue el año pasado, cuando estaba mirando un partido de fútbol en el que jugaba su hermano, en la cancha de Origone, y charlando con una amiga periodista deportiva le dijo al pasar: “Qué bueno estaría ser árbitro”.
Ese comentario fue el punto de partida. Al poco tiempo ya la habían contactado con referentes de la Liga Deportiva del Oeste y del arbitraje, y desde hace ocho meses se desempeña en el referato local, por ahora como asistente o cuarto árbitro en divisiones menores y en el fútbol femenino, pero de seguir en este camino, no faltará mucho para que salte a las categorías mayores.

“Hay una idea de formar una terna arbitral femenina”.

El deporte
Melina viene de una familia que siempre estuvo muy vinculada al fútbol. Sus abuelos, su padre y su tío jugaron al fútbol en el Club Jorge Newbery, su hermano y algún primo lo hicieron en B.A.P. “Me hubiese gustado poder jugar al fútbol pero cuando yo era chica no se veía eso en los clubes locales, entonces me ligué al básquet”, comenta.
Criada entre El Picaflor y Pueblo Nuevo, el Club Ciclista fue el lugar donde pasó más tiempo, además de la Escuela N°2 y el Normal, donde hizo la primaria y la secundaria, respectivamente.
Cuando egresó hizo el profesorado de Educación Física. Actualmente se desempeña como acompañante terapéutica. “Trabajo con chicos que tienen alguna discapacidad –explica–, actualmente voy con un nene a la escuela, que está avanzando mucho, ya voy reduciendo las horas y supongo que el año próximo ya va a ir solo”.
Además, sigue jugando al básquet en el Verdirrojo.

Árbitro
Una vez decidida a tomar este camino, Eizaguirre habló con David Forconi, coordinador de fútbol de la Liga, y le pidió asesoramiento. “Me dijo que se reunían una vez por semana a hacer el teórico y que, además, hay entrenamientos físicos”, recuerda.
Luego se comunicó con Juan Carlos del Fueyo, que es el que coordina los arbitrajes, y al lunes siguiente fue a su primera reunión. “En esos encuentros se hacen repasos del reglamento –explica–, se muestran videos y se dan los debates. Yo tenía conocimientos previos, no solo por mi cercanía con el deporte, sino que, además, en el Profesorado de Educación Física tuve la materia Fútbol, en la que estudiamos el reglamento, por eso estaba bastante interiorizada”.

“Por suerte tengo una familia que me apoya en lo que hago”.

Según dice, el proceso fue sencillo porque desde el principio notó buena predisposición entre sus pares: “Enseguida me abrieron las puertas. Fui a la primera reunión sin saber qué iba a pasar y fue absolutamente normal, seguramente son prejuicios que tiene uno respecto de cómo van a tratar a las mujeres en ese ámbito. Yo creo que hay muchos preconceptos, por lo menos lo que me tocó vivir a mí, es que mis compañeros me trataron súper bien”.
Su primera designación fue en la cancha de Ambos Mundos, como cuarto árbitro. “Como yo trabajo en las colonias de verano, conocía algunos de los nenes, así que se hizo más agradable”, comenta.
Desde entonces se desempeñó como cuarto árbitro y asistente en divisiones inferiores y en el fútbol femenino, donde llegó a participar de la semifinal de Primera.
“De entrada, ya me enganché –comenta–, por suerte tengo una familia que me apoya en lo que hago. Al principio estaba nerviosa, pero a medida que los protagonistas me empezaron a conocer me fui soltando y ayudó mucho el hecho de que no haya habido ningún prejuicio de nadie: ni los jugadores, ni los profes, ni el público”.

“Fui a la primera reunión sin saber qué iba a pasar y fue absolutamente normal, hay prejuicios respecto de cómo van a tratar a las mujeres en ese ámbito”.

Objetivos
Melina empezó en el arbitraje por curiosidad y paulatinamente se fue interesando más y más. “Antes, cuando veía un partido de fútbol no prestaba atención a lo que hacía el árbitro, pero de a poco me empezó a llamar la atención”, dice.
Y tanto se metió que ahora quisiera que haya más presencia femenina en la actividad: “Me gustaría que haya más chicas. En su momento me preguntaron en la Liga si no conocía alguna otra chica que le pudiese interesar hacer esto. Hay una idea de formar una terna arbitral femenina, ahora se sumó otra chica ,así que faltaría una más. Es algo nuevo y que se va a ir dando de a poco”.
Y sobre esto, insiste en destacar que donde se desempeña “no es un ambiente cerrado”, como se pudiera suponer. “Es todo lo contrario a lo que me imaginaba al principio –afirma–, yo pensaba que me iba a sentir sapo de otro pozo, pero en el fútbol enseguida me abrieron las puertas. Y me manifestaron su interés por que haya más chicas, y creo que en algún momento va a llegar”.
Y a la hora de establecer sus objetivos, sentencia: “Yo voy paso a paso, me gustaría seguir creciendo, sé que me tengo que formar más, no quisiera que me den una categoría para la que no estoy preparada, pero de a poco las cosas se van a ir dando. Para mí es importante ir a los partidos en los que una está segura, porque para un árbitro la seguridad es muy importante para hacer bien su trabajo”.

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