EL FUTURO DE LA UCR

Los radicales comienzan otra interna con polémica

Hace menos de 10 días, el radicalismo bonaerense cerró el capítulo de la normalización partidaria a través de una interna que marcó, pese a la virtual ausencia de confrontación, la profunda divisoria de aguas que separa a los sectores oficialistas y opositores.

Y como ese paso por las urnas no alcanzó para minimizar las diferencias, la puja se trasladará a la Convención partidaria, un órgano clave que debe decidir la política de alianzas.
Si bien resta más de un año para los comicios legislativos del año próximo, la pelea radical acelera los tiempos de decisiones, al compás de los posicionamientos nacionales y provinciales y las tensiones que se viven en el propio corazón de la UCR, aún después de la sangría generada por la salida de los "margaritos" y los K.
El cuadro de situación de los radicales bonaerenses muestra al oficialismo partidario que acaba de ratificar su liderazgo sobre el Comité Provincia, de la mano del histórico acuerdo que monitorean Leopoldo Mo-reau, Ricardo Alfonsín y Federico Storani. El grupo opositor, nucleado en Superación Radical –en el que conviven dirigentes como Jesús Porrúa y Marcelo Elías, entre otros–, prefirió no dar la pelea por la conducción provincial, pero en cambio se concentró en tratar de conseguir el control de un órgano clave de cara al futuro: la Convención.
Esa pelea tiene que ver con, en definitiva, hacia dónde virará la UCR cuando llegue la hora de decidir la política de alianzas. Los dos grupos hablan de un radicalismo opositor, pero los caminos se bifurcan inexorablemente a la hora de elegir los socios para llegar a ese objetivo anti K.

Posturas contrapuestas

El sector oficialista de la UCR se muestra por estos días cercano al diálogo con los peronistas díscolos con el gobierno nacional. En territorio bonaerense, no pocos dirigentes miran con atención los movimientos de Eduardo Duhalde, que acaba de lanzar el Movimiento Productivo Nacional.
Es más, se comenta en los corrillos partidarios que algunos radicales vinculados a la nueva cúpula del partido estuvieron en el acto que encabezó el ex presidente en Mar del Plata.
Por ahora en el oficialismo nadie aventura decisiones, pero también son fluidos los contactos con el empresario Francisco De Narváez, que acaba de tener un gesto político de peso con los radicales: compró y donó a la UCR el auto del caudillo Ricardo Balbín.
En la vereda de enfrente, Superación apuesta a un armado opositor, pero de la mano de la Coalición Cívica.
"Vamos a establecer algunos niveles de inteligencia con Margarita", dicen en referencia a Stolbizer, la referente del sector de Elisa Carrió en la Provincia.
La idea es ir construyendo algunos ámbitos de trabajo conjuntos en la Legislatura, como forma de ir avanzando hace una futura construcción electoral "con algún nivel de confianza".
En ese marco, asoma la Convención provincial. Dirigentes de Superación anticiparon que pedirán una reunión para agosto, como forma de ir forzando definiciones. En la última interna se eligieron los 150 convencionales, de los cuales el grupo opositor dice contar con unos 60, "un número similar al del oficialismo".
Admiten que hay unos 30 convencionales a los que no se los puede ubicar exactamente en uno u otro grupo "y con ellos habrá que trabajar".
Así, ya viene despuntando otra pelea dura en un radicalismo virtualmente fracturado.

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