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ECONOMÍA

La actividad todavía no repunta

Lejos quedaron las proyecciones que en septiembre preveían un 4% de crecimiento para 2013. Hoy la actividad económica parece amesetarse. En el World Economic Outlook que publica el FMI todos los meses, Argentina ha sido el país latinoamericano al que más se ha reducido la proyección de crecimiento: 3,1%. Casi un punto porcentual menos.
Las restricciones cambiarias y su impacto negativo sobre la actividad inmobiliaria sumadas al problema del déficit energético continúan y no parece que vayan a solucionarse en el corto plazo. Además, en los últimos 2 meses se han originado una serie de hechos que no ayudan a impulsar la economía.

Suba en el costo de financiamiento

El 10 de octubre empezó a correr la noticia de la pesificación de bonos por parte de las Provincias de Chaco y Formosa (que inicialmente recibieron el apoyo del vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires). Además, el conflicto con los “fondos buitres” por la Fragata Libertad y el episodio que nos puso al borde del default técnico han elevado la desconfianza en el mercado y desplomado el precio de los bonos. El reciente fallo de Corte de Apelaciones de Nueva York sólo ha traído alivio por un tiempo.
Es interesante mirar la situación de la Provincia de Buenos Aires. Mientras que el 20 de septiembre colocó letras en pesos a una tasa del 16,2%, un mes más tarde, pasado el episodio de la pesificación, lo hizo a un 17%. La última semana de noviembre, luego del conflicto con los fondos buitres, la provincia más grande del país se endeudó al 18%.
 Otro dato ilustrativo es el diferencial entre la prima de riesgo argentino y el EMBI+ que mide el J.P. Morgan. Mientras que el 5 de octubre valía 572 puntos (mínimo en 6 meses), el 9 de noviembre se disparó hasta 872. El reciente conflicto con el juez Griesa no ha hecho otra cosa que elevar todavía más el diferencial de riesgo cerca de los 1000 puntos.
Si bien hoy en día el Estado argentino no es tan sensible a movimientos en los mercados de capitales, estos datos no dejan de ser buenos indicadores para el costo de financiamiento que enfrentan las empresas.

Caída en el precio de la soja

A pesar de que muchos pueden estar contentos por el aumento previsto en la producción, una de las paradojas más famosas de la economía nos dice que una buena cosecha puede perjudicar a los productores agropecuarios. Esto es así ya que como los alimentos tienen demandas inelásticas, el aumento de los ingresos por mayores ventas es más que compensado por la disminución en el precio del producto.
Lo que ha pasado en los últimos 2 meses es un ejemplo de esta paradoja. Los precios de la soja alcanzaron valores récord en el mercado de futuros de Chicago en septiembre (u$s650/ tonelada) cuando una histórica sequía arrasaba los cultivos de E.E.U.U. Sin embargo, en la última semana de noviembre los valores han caído a su nivel más bajo en cinco meses (u$s520/ tonelada) luego de que un informe reveló que la cosecha de soja de E.E.U.U. sería superior a la esperada y en medio de expectativas de una mayor producción del grano en Brasil y Argentina. Claro, éstos 3 países cubren el 90% de la producción mundial.
 Esto no es un dato menor en un país como Argentina en donde la oferta de dólares y la recaudación tributaria es muy sensible al precio de la soja. A valores de hoy, a pesar de la mayor cosecha que se espera para 2013, el valor total de la misma será similar.

Conflicto con los sindicatos

Desde el punto de vista económico, la magnitud del paro del 20 de noviembre deja en claro una cosa: las negociaciones paritarias del año entrante no van a ser fáciles y su impacto sobre la actividad económica se va a sentir.
En primer lugar, un desborde en los pedidos de aumento de salarios por encima de la inflación generará subas en los costos salariales. Esta situación tarde o temprano genera una menor producción y tiende a elevar el desempleo ya que lo que no se ajusta por precio se ajusta por cantidad.  
 En segundo lugar, la posibilidad latente de desdoblar las paritarias 2 veces al año no hace más que acercar a la economía a situación de virtual indexación. Esto elevará la incertidumbre por parte de los empresarios, acortará la duración de los contratos y generará una inercia inflacionaria que es muy difícil de parar, incluso más difícil que las hiperinflaciones.
Para paliar el primer problema el gobierno puede convalidar una mayor tasa de inflación y evitar de esa manera un aumento de los salarios reales. Sin embargo, eso no hará más que acrecentar el segundo problema.
El malhumor no es sólo de los gremios sino también de los gobernadores. Cuando las provincias pagan salarios deben realizar deducciones de ganancias cada vez más grandes para girar al tesoro nacional. El mayor descontento se va a traducir en protestas más frecuentes que a través de paros, cortes y demás medidas no harán otra cosa que reducir aún más la frágil recuperación económica.     

Indicadores líderes

Es sabido que hay ciertos indicadores que se anticipan al ciclo económico. El acero y el cemento, por su condición de insumos intermedios suelen ser buenos predictores del PBI y es por eso que llama la atención la gran caída de su producción.
El despacho de cemento cayó un 10% interanual en el segundo trimestre de 2012. Lejos de ser algo transitorio, en el tercer trimestre la caída llegó al 14%. Por supuesto que la menor compra venta de casas ha sido un factor determinante en esta disminución. Por su lado la producción de acero, luego de caer un 3,5%  en el segundo trimestre ha sufrido una merma del 23% en el tercer trimestre. La menor actividad industrial ha influido en este último aspecto.
Por último cabe destacar la caída de casi un 12% que ha sufrido el MERVAL entre septiembre y noviembre. No es ninguna novedad que los mercados de capitales se anticipan a los cambios en la actividad económica.
Los indicadores muestran una luz amarilla. Las distorsiones de precios e impuestos se siguen acumulando y la creciente incertidumbre ha minado el clima de negocios. Afortunadamente Argentina todavía enfrenta condiciones favorables y está a tiempo de cambiar el rumbo. La realidad mostró que a pesar de la soja record se puede estar en recesión.



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