Angel Faré: cómo entusiasmar a chicos y jóvenes para vivir en «estado musical»

Cuando tenía cinco años tocaba una guitarrita de juguete y me gustaba cantar. Un tío mío me mandó a estudiar. En la esquina de la cuadra de mi casa vivía el profesor Mancuso y mi papá le preguntó si yo podía a estudiar. Este le respondió que siempre y cuando me ayudara, porque yo aún no iba a la escuela y no sabía leer ni escribir, recuerda sus comienzos musicales el director de la banda municipal de jóvenes «Juan P. Oviedo», el maestro Angel Faré (51).

Agregó que «mi papá me ayudó de tal forma que él también aprendió el bandoneón y con el tiempo estuve en la orquesta de mi padre, la típica Tiempos Viejos. Y ahí comenzó mi vocación por la música». resume.

Faré tocó en orquestas típicas hasta los 18 años y después vino su gusto por el saxo, en la época de Fausto Papetti, el «Gato» Barbieri y los grupos con saxofón.

Dice Faré que, por entonces, la posibilidad de tener un saxo en la mano y poder aprender, la única manera en Junín era integrar la banda del Ejército. Ingresó en ella en 1973 y, a la vez, empezó a tocar en grupos de rock. Y se dedicó de lleno a la música. «Hace 43 años que estoy en la música como medio de vida, y en gran parte se lo debo al Ejército», reconoce el director de la banda.

Nace la idea

«Fui a la Escuela Lemos -dice- y veo que éramos 108 chicos de todo el interior; el 98 por ciento provenía de bandas municipales y eso me llamó la atención. Cuando me salió el pase a Junín, pensé que algún día debía formarse una banda juvenil para que hubiese aquí chicos con instrumentos de viento».

«En 1987 ó 1988, aproximadamente, me convocaron para dirigir la banda de Bomberos Voluntarios de General Arenales. En ese lapso se creó la banda municipal de Vedia «General San Martín». Por entonces -recuerda- presenté el proyecto para crear la banda juvenil municipal de Junín. El intendente era Abel Miguel y la directora de Cultura «Cuca» Gallardo.

Miguel me había visto en la banda municipal de Vedia y le interesó el proyecto. Y fue entonces que nació, hace 13 años y medio, la banda de Junín.

Haberla formado para Junín posibilitó que el Conservatorio de Música local abriera sus puertas a los instrumentos de viento: trompeta, saxo, clarinetes; estarían faltando ahora trombones a vara».

Según calcula, en estos 13 años de vida han pasado unos 130 integrantes en el conjunto. «Algunos han tenido la suerte de seguir: Por ejemplo, están tocando en Buenos Aires Matías Gutiérrez (saxofón); Iván Franco (saxo tenor);

Martín Pérez, de Vedia, también está tocando saxo allí. Sebastián González se iba a ir a estudiar trompeta en la Capital Federal: Mauro Laiolo se recibió en Medicina, pero sigue tocando teclados.

Y hay muchos chicos más, como el grupo La Tuerca, que tiene todos sus ejecutantes salidos de la banda municipal juvenil. Hay otros tres o cuatro ejemplos más», resume.

El armado de la banda

Actualmente en la «Juan P. Oviedo» hay una flauta traversa, ocho clarinetes, seis saxos contraltos, dos tenores, cinco trompetas, fliscornos sopranos, un flicorno barítono, cinco trombones a cilindro, un trombón a vara, una tuba (bajo a viento), un bajo eléctrico, y un teclado, Después están dos percusionistas, y cinco chicos más en tambores. En total, son más de 40 integrantes. Paralelamente hay otros 14 chicos que están estudiando intrumen-tos de viento para poder ingresar. La mayoría de los instrumentos son de la municipalidad de Junín. «Algunos chicos han tenido la suerte de que los padres les han comprado algún instrumento», señala Faré.  Los topes de edad para la banda son desde los ocho años (actualmente, el más chico tiene nueve) y el máximo son los 21 años. «Queremos mantener el hecho de que la banda sea juvenil», remarca.

«Aparte de la belleza de la banda, lo más lindo es tocar en conjunto, especialmente en uno grande como este grupo de más de 40 integrantes», agrega.

«La mayoría de los chicos tiene la posibilidad de compartir algo que les gusta en común. Esto hace que se formen amistades muy fuertes. Muchos que fueron de la primera formación de la banda se siguen reuniendo, comiendo un asadito, aunque no todos estén en Junín», se alegra.Y agrega que «compartir viajes, compartir escenarios, momentos tan lindos como los ensayos, son motivos muy fuertes para que se forme una gran amistad y es lo que va quedando. La música uno la puede hacer con cualquier persona, pero las amistades uno las fija con un grupo. Después, con los años, lo mejor que nos puede pasar es volver a reunirse y contar las viejas anécdotas».

Por el país

La banda juvenil «Juan P. Oviedo» ha hecho presentaciones en Mendoza, Mar del Plata, Salta, Neuquén (dos veces), Córdoba, Entre Ríos (cinco ciudades). Ha ganado el primer concurso de bandas a nivel nacional de Villa Gesell hace cuatro años atrás.

«La banda camina bastante», dice Faré.

«La empresa Al Paramis nos invita ir a Capital Federal; en 2004 estuvimos desfilando para 20 mil personas; el pasado fin de año fue para más de 40 mil espectadores, en la avenida Santa Fe».

Al público le interesa el «carrousel» que realiza la banda, algo difícil de interpretar y coordinar. Muy pocas bandas municipales lo pueden hacer. Se trata de un desfile de temas y cambios de movimientos. Se van armando distintas formas, giros, coreografías, a la vez que se marcha y se ejecuta el instrumento.

«Es un trabajo denso, pero los chicos lo aceptan. Posiblemente el año que viene nos volverán a convocar».