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Alicia, rodeada de algunos de sus rescatados
AMOR DESINTERESADO

Proteccionistas: rescatan animales en situación de calle y les buscan un hogar

Licia Perón y Alicia Oliva tienen en sus casas más de ochenta perros a los que alimentan, cuidan y dan tránsito hasta tanto puedan ser adoptados. Una tarea desinteresada en favor de los de “cuatro patas”.

La problemática de los perros de la calle tuvo hace muchos años una respuesta desinteresada por parte de personas que aman incondicionalmente a los animales y que decidieron rescatarlos, alimentarlos y cuidarlos para que luego puedan ser dados en adopción.
Claro que aunque todo suene idílico, hay una realidad cotidiana, a veces nada fácil que estas proteccionistas enfrentan, pero que por nada del mundo las haría desistir de su noble tarea.
Licia Perón divide su tiempo entre su trabajo de niñera,  de peluquera canina y en el cuidado de los 27 perros que rescató de la calle y conviven con ella y su pareja en su pequeña casa. 
“Una vez que se recuperan se trata de que lleguen a la adopción. Mi casa es un lugar de tránsito”, explicó Licia.
La joven de 32 años asegura que “la gente es selectiva a la hora de elegir un cachorro pero nosotros somos también muy selectivos antes de darlos en adopción. Hacemos muchísimas preguntas y algunas personas simplemente ya no responden. El tema es que no se levanta un perro de la calle para darlo en adopción así nomás porque al mes, cuando creció un poco más lo encontrás de nuevo en la calle”, asegura.
Alicia Oliva también es proteccionista y ya tiene 54 perros adultos, 3 cachorros y seis gatos en su casa, donde vive con su esposo y su hijo.
“Como vivo en una quinta, muchos se piensan que tengo espacio pero no es así, yo estoy sobre la ruta así que tuve que poner alambre olímpico por seguridad y  para hacerles lugares a ellos”.

Alimento e higiene
Alicia asegura que recibe bastante ayuda de la gente que le dona alimento. 
“Lo que yo compro es muy poco. Eso sí, gasto en veterinario, medicaciones y limpieza”, aseguró.
Por su parte, Licia destacó: “Tenés  que mantener higienizado el lugar. En casa se gastan dos o tres litros de lavandina diarios porque se baldea cuatro o cinco veces al día”. 
Ella recibe algunas donaciones de alimentos todos los meses pero generalmente sale de su bolsillo, según indicó, aunque aclaró: “Cuando pedís colaboración mucha gente ayuda”.

Adopción 
Ambas coinciden en que a la hora de la adopción, los perros más viejitos son los que van quedando. 
“Creo que al momento de levantarlo de la calle vos te das cuenta si ese perro tiene opción de ser adoptado o no, más allá de que eso no cambia lo que yo hago. Yo los levanto igual”, asegura Alicia.
Dependiendo del estado en el que sea encontrado el animal y lo que requiera su recuperación, luego suben imágenes a las redes sociales en búsqueda de una familia que les dé cobijo. La difusión se hace especialmente a través de las redes y en muchos casos las proteccionistas reciben mensajes o llamados pidiendo ayuda por algún animal atropellado o porque alguien arrojó cachorros en algún descampado, entre tantas otras posibilidades por las que ellas acuden. 

Charlas y campañas
Licia aseguró: “No nos interesa la política. Sí hay gobiernos que ayudan más, otros menos. Pero nosotros no recibimos ninguna ayuda”.
Como una forma de concientizar a los más chicos y llevar a los hogares las inquietudes respecto de los cuidados y el respeto a los animales, Licia y Alicia han brindado charlas en colegios.
“Con esas charlas en los colegios se difunde, se concientiza, así como se hizo con la vacuna antirrábica. Se hacen cosas”, aseguró Licia.
Según Alicia, “las maestras de jardines y primarias arman el proyecto anual e involucran dentro un proyecto de concientización animal. El cierre del  proyecto es juntar alimentos, entonces hacemos una charla con los chicos de distintos cursos y me donan el alimento. Hablamos de respeto a los animales, los cuidados, que les den agua. Y con los más grandes hablamos el tema de castración”.
Casi como un sueño cumplido, para Licia, “que en el colegio se enseñe el respeto a un animal es maravilloso”.

Hospital
Tanto Alicia como Licia coinciden en la importancia de que Junín cuente con un hospital para animales, pero entienden que no es fácil ni se logra de un día para el otro.
“Es cierto que el hospital se necesita y todavía no está, pero no es algo fácil, que se hace en dos años. Hay muchos palos en la rueda”. 
Además aseguró que “también sería un alivio que hubiera un hospital  porque mucha gente llama por algún perro lastimado o atropellado y tenés que correr a la veterinaria y eso lo pagás vos. Nos aliviaría mucho el tema de los gastos”.
Alicia por su parte recordó: “Había un proyecto armado y presupuestado, pero sigue en espera”.
Mientras tanto, ni Alicia ni Licia bajan los brazos y continúan su trabajo desinteresado, brindando amor, tiempo y dinero para que sus rescatados se recuperen y encuentren un hogar, pero solo con una condición: que los quieran tanto o más de lo que los quieren ellas.

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