DANZA DE NOMBRES QUE ESTÁN EN LA CONVERSACIÓN

La conformación del Senado, un tema que desvela a las principales fuerzas

Antes de las elecciones legislativas están empezando a jugar las piezas que moverán allí luego del 10 de diciembre.

Aun antes de las elecciones legislativas de noviembre, las fuerzas políticas con representación parlamentaria en la Legislatura están empezando a jugar las piezas que moverán allí luego del 10 de diciembre, cuando quede conformado el cuerpo por los próximos dos años.
El Senado, esa obsesión de Axel Kicillof que hoy domina Juntos por el Cambio, tomaría especial preponderancia en una etapa en la que, se especula, la negociación política deberá tener una presencia mayor de la que tuvo en la primera parte de la gestión del Gobernador. 

Titulares que se van
Roberto Costa, titular de la bancada de Juntos, y Gervasio Bozzano, jefe del bloque del Frente de Todos, dejarán la Cámara. Esto es: no reelegirán. En los dos campamentos hay danza de nombres para reemplazarlos.
En el peronismo suena con mucha fuerza el nombre de la exministra de Gobierno de Axel, Teresa García, que tiene asegurada una banca por la Primera Sección (Norte del Conurbano) más allá del resultado de noviembre: va segunda en la lista del oficialismo, por lo que entrará sí o sí.
Un dato que circula en los corrillos peronistas es que la dama se habría ido del Ejecutivo masticando ciertas diferencias con Kicillof quien, en verdad, nunca la habría incluido plenamente en esa mesa chica, casi ratona, de los funcionarios propios con los que decide los temas cruciales de la gestión.
Otra versión que se escucha es la posibilidad de que el cargo de jefe de bancada recaiga en Adrián Santarelli, hombre de la Tercera Sección (Sur del Conurbano), con mandato hasta 2023. Si fuera por derecho de piso, lo ha pagado.
El tema es que Santarelli responde al actual jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia.
Insaurralde parece un “pac-man” en el esquema de poder oficialista: además de los lugares en el Ejecutivo que digitó, pretendería conservar la titularidad de la Cámara de Diputados provincial, que hoy ostenta Federico Otermín, uno de sus ahijados políticos.
Las malas lenguas dicen incluso que, si mejoraran los números del PJ en la elección de noviembre, también tiene intenciones de ir por la presidencia del bloque de diputados del oficialismo. Esa voracidad rompe una cierta lógica de equilibrios internos, explican en el PJ.
Traducido: no se puede quedar con todo. Es por eso que lo de Santarelli en el bloque oficial acaso se debilite.

Rumores en Juntos por el Cambio
En Juntos por el Cambio no hay menos rumores. Pero adquieren una envergadura política diferente porque la oposición barrunta que seguirá dominando los números del Senado. Si el resultado de las PASO se mantuviera en noviembre, el macrismo-radicalismo-Coalición Cívica podría contar con 25 senadores, uno menos de los que tiene actualmente.
También aquí, se supone, primará un juego de equilibrios internos de la coalición, que incluso excederían la cuestión meramente bonaerense.
Dos nombres suenan fuerte. Uno es el del actual senador por La Plata, Juan Pablo Allan, con dos años más de mandato. El otro es el del extitular del IPS, Cristian Gribaudo, que ingresará por la Primera Sección.
Gribaudo responde políticamente a Daniel Angelici, operador judicial amarillo y muy cercano al propio Mauricio Macri. Además, su eventual desembarco contaría con el guiño de Jorge Macri, el intendente de Vicente López y una de las cabezas del PRO bonaerense.
Allan siempre tuvo como referencia al senador nacional Esteban Bullrich, de cierto peso en la dinámica interna provincial amarilla durante el vidalismo, pero que hoy está en comprensible retirada de la rosca debido a un problema de salud. 
El otro nombre que suena es el de Daniela Reich, actual senadora por la Primera, que buscará renovar su banca. Su padrino político es su esposo: el intendente de Tres de Febrero Diego Valenzuela.
Además, todos miran a Joaquín De la Torre. El hombre de San Miguel, de origen peronista, que fue ministro de María Eugenia Vidal.
Y que en la reciente PASO jugó en la lista de Facundo Manes, pero tiene peso político propio y, se especula, pretensiones de liderar. A priori, más allá de que no sea radical, parece difícil que alguien que jugó con Manes sea encumbrado, en especial teniendo en cuenta que el presidente del la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, casi con seguridad conservará la jefatura del bloque de diputados provinciales de Juntos. Otra vez, aquella cuestión de los equilibrios.

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