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Los hombres de negocios hicieron público un pedido para que Mauricio Macri avance con una reforma laboral.
PANORAMA POLÍTICO DE LA SEMANA

Mauricio Macri se asienta en el poder y el PJ sigue en caída libre

La extensa campaña electoral, que dominó políticamente este año, está por ingresar en su última semana. Y más allá de los actos, los timbreos marca PRO, las caravanas a la vieja usanza del PJ del Conurbano y la invasión de candidatos en radio y TV, todos hechos superficiales, se van asentando las bases de la política argentina para los próximos años, que asiste a un notorio cambio de época.
A priori, las vigas del nuevo tiempo podrían describirse de esta manera: Cambiemos está a punto de sacarse de encima el fantasma de la Alianza (aquel que sobrevoló la Casa Rosada en helicóptero junto a Fernando de la Rúa en 2001) y el peronismo va camino a afrontar una de sus peores crisis históricas, tal vez comparable a la que se abrió en 1983 tras la derrota a manos de Raúl Alfonsín. Con una diferencia importante para los entonces Renovadores en la Provincia de Buenos Aires. El adversario era Herminio Iglesias, que no tenía soporte alguno en el peronismo. Ahora, la desgastada figura de Cristina Kirchner todavía gravita en sectores sociales que son claves en el peronismo.
En las dos fuerzas más importantes de la Provincia se dan fenómenos que no corren en paralelo, sino que se cruzan de manera inexorable porque el éxito de uno lleva al fracaso del otro. Y en esta oportunidad, todo hace prever que los laureles quedarán del lado del oficialismo. No solamente aquí en la Provincia, sino a nivel nacional, lo que terminará de configurar un Congreso más amigable para el presidente Mauricio Macri.
Así lo presienten casi todos los actores políticos y económicos del país, salvo aquellos que hacen de la voluntad una bandera que ondean por encima de la realidad. Por caso, los empresarios que se reunieron en el tradicional coloquio de IDEA en Mar del Plata ofrecieron a Cambiemos un apoyo sin disimulos. Ni siquiera les hizo mella el reclamo de María Eugenia Vidal para que inviertan más, lo que puede interpretarse como un llamado de atención.
“Estamos en campaña electoral y se entienden algunas licencias poéticas”, ironizó uno de los popes de la industria automotriz, Cristiano Rattazzi, al referirse al “reto” de la Gobernadora. El referente empresario habló como si Cambiemos representara los intereses del sector, pero a esta altura resulta evidente que el Gobierno marca su propio ritmo.
Un ejemplo concreto: los hombres de negocios hicieron público un pedido para que Macri avance con una reforma laboral. Las declaraciones de los gerentes de compañías líderes como Techint y Mercado Libre fueron una muestra cabal de ello. Pero la Casa Rosada estaría lejos de promover una nueva legislación general, sino que persistiría en su intención de negociar “sector por sector”.
En rigor, es una manera de marcarle la cancha a los empresarios y de advertirles que al Presidente no le interesa casarse con ellos, como lo hizo Carlos Menem en la última década del siglo pasado. Hay otra diferencia sustancial: el caudillo riojano intentó mimetizarse en medio de la oleada neoliberal que sucedió a la caída del Muro de Berlín; Macri parece convencido de la necesidad de un Estado dinámico pero que no desea dejar la economía bajo las “leyes del mercado”.
Con esa intención, el Presidente ya utilizó algunas cartas que guardaba bajo la manga. Las detenciones de sindicalistas con más cercanía al delito que a la defensa de los trabajadores –como sucedió con “el caballo” Suárez y “el pata” Medina- fueron atribuidas a su iniciativa política y tomadas como una señal de advertencia para los gremios que se convirtieron en “empresas”.
La mayor parte de la dirigencia opositora advierte que, con los gremios debilitados, el Gobierno favorecido por el envión electoral, aplicará un ajuste económico tras los comicios del próximo domingo. El déficit del Estado obliga a intensificar esa tarea y a promover la competitividad para favorecer el crecimiento indispensable de la exportación.

Subas de tarifas e inflación
Ya se anunciaron aumentos en las tarifas de servicios públicos como el gas y la electricidad, que se sumarán a otros incrementos como el de las naftas y la medicina prepaga, que se registraron durante el año. Por ello, los especialistas pronostican un aumento de la inflación prevista para fin de año, por motivos estaciones y también sistémicos, que harían caer las proyecciones oficiales, pero paralelamente el Gobierno aspira a continuar con las obras que requieren la infraestructura económica y lo social con armas como los créditos hipotecarios.
El Banco Central había planificado para este año una banda de entre el 12% y el 17% de inflación, pero el índice de 1,9% detectado en septiembre traspasó esa meta de la autoridad monetaria y la llevó a acumular un 17,6% cuando aún le restan tres meses al registro estadístico de 2017. Pese a ello, los cuestionamientos opositores al rumbo económico no calan profundo entre los argentinos.
Existe, por el contrario, un clima de respaldo al Gobierno de Cambiemos más basado en razones políticas y de expectativas que en el inevitable acomodamiento de las variables económicas -las tarifas, por ejemplo- como ya se demostró en las PASO de agosto y se volvería a verificar en las urnas dentro de una semana. Ese apoyo se corporizó el domingo pasado en Corrientes, donde la coalición oficialista retuvo la administración provincial.
Además, Cambiemos está en condiciones de aspirar a un triunfo en toda la franja central del país –Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y la Capital- y también en provincias tradicionalmente peronistas como La Pampa –de ahí los nervios de la dirigencia kirchnerista que agredió a Macri en su visita de campaña-, San Luis y Santa Cruz, donde la supremacía de la ex presidenta empieza a ser cosa del pasado.
La oleada amarilla también pone en aprietos a dirigentes que se proyectan como la renovación dentro del peronismo. Tal es el caso del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, quien viene de admitir en el coloquio de IDEA que el mapa político nacional “se está empezando a poner amarillo”. Y que sus partidarios van a “tratar de zafar” frente al crecimiento de Cambiemos.
Por afuera del PJ, pero pendiente de lo que pueda suceder en el peronismo en el mediano plazo, Sergio Massa afronta una situación más acuciante. En su caso, ya no se trata de la posibilidad de perder la elección en la Provincia, sino de evitar una derrota en Tigre, su propio territorio político. Por eso el diputado apareció en los últimos días en diversas actividades de campaña en el distrito y volver al peronismo después de una derrota en su distrito sería muy duro.
Pero la que está frente a una encrucijada definitoria es Cristina Kirchner. La ex presidenta acusó a Macri de fomentar un “clima de persecución intolerable e inaceptable”, en una conferencia de prensa que convirtió en un acto de campaña. La candidata de la Unidad Ciudadana recibió como un duro golpe personal la citación del juez Claudio Bonadío a declarar el próximo 26 de octubre.
El magistrado parece decidido a no darle respiro a la ex presidenta, en este caso a raíz de la resonante denuncia que hizo el fallecido fiscal Alberto Nisman por el pacto de su gestión con Irán. En el entorno de la ex mandataria deslizaron que la citación llega en una fecha sensible para la dama, porque el viernes 27 se cumplirá el séptimo aniversario de la muerte de Néstor Kirchner.
La ex presidenta acaba de afirmar que no pone las manos en el fuego por nadie, salvo por sus hijos, ante una pregunta que le hicieron por las acusaciones de corrupción que pesan sobre Julio de Vido. Tras las elecciones, el otrora poderoso ministro de Planificación volvería a afrontar un pedido de desafuero como diputado desde la Justicia federal, que podría sellar su suerte política.
El cerco judicial se está cerrando y también lo padece en carne propia la procuradora Alejandra Gils Carbó, a quien el Gobierno busca desplazar de su cargo luego de que fuera procesada por la compra irregular de un edificio para ese órgano extra-poder. Junto al de Milagro Sala en Jujuy, conforman casos simbólicos que mezclan las causas judiciales con la disputa político-electoral.
El país le dará una oportunidad a Cambiemos que parece destinado a alcanzar una importante cuota de poder, pero sus dirigentes deberán tener presente que el voto de los argentinos en estos días es muy volátil y que los “brotes verdes” de la economía son sólo eso y que aún están vigentes los problemas estructurales de la economía.

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