Barraclub.ar
Barraclub.ar incorporó Ready to Drink, una propuesta que lleva tragos preparados a domicilio.
EFECTOS ECONÓMICOS DEL COVID

Emprendedores locales que debieron reinventarse a partir de la pandemia

Una agencia de viajes que trae productos gourmet, un chef que cerró su restaurante y vende comida al vacío, una endocrinóloga que hace telemedicina, los dueños de una barra que hacen tragos envasados, una emprendedora que hacía peinados para fiestas y hoy diseña accesorios, clases de canto y actuación que pasaron a ser virtuales, un DJ que pasa música en redes, son ejemplos de juninenses que se adaptaron.

La pandemia de Covid-19 trajo numerosas restricciones para diferentes rubros, lo que obligó a muchos negocios y emprendimientos a tener que adaptarse a una realidad que no les permite desarrollarse.
A partir de este escenario, muchos se reinventaron y buscaron la forma de trabajar para capear el temporal, hasta que llegue algún tipo de normalidad que les permita regresar a su actividad anterior, de la misma manera o sumando lo incorporado en estos casi quince meses.
Democracia recogió testimonios de emprendedores que hicieron ese camino: una agencia de viajes que ahora trae productos gourmet, un chef que cerró su restaurante y vende comida envasada al vacío, una endocrinóloga que hace telemedicina, los dueños de una barra para eventos que hacen tragos envasados, una emprendedora que hacía peinados para fiestas y hoy diseña accesorios de día, un DJ que pasa música en redes sociales y docentes que trasladaron sus clases de canto y actuación a la virtualidad.

Viaje de sabores
Con el turismo nacional e internacional frenado durante meses, Matías De Luca y Luján Marcaccio empezaron a buscar alternativas laborales hasta que pudieran volver a abrir su agencia, Finisterre Viajes.
“Siempre tuvimos una vinculación con elementos y productos propios de cada región o país que visitamos, porque indagamos y estamos atentos a esas cosas -explica De Luca. En ese momento en que no se podía viajar, ofrecíamos a nuestros clientes imágenes, videos, historias de distintos lugares del mundo y, de pronto, nos preguntamos: '¿y si empezamos a traer gustos que recuerden viajes?' y nos pusimos a jugar con eso”.
Así nació “Del Buen Viajar”, una tienda online de productos gourmet que, según la descripción de Matías, son “de productores pequeños, con altos estándares de calidad, con procesos comprobados, que no sean masivos ni se encuentren en cualquier góndola y con marcas emblemáticas de diferentes regiones del país”.
Dulces, alfajores, chocolates, quesos, ahumados, embutidos, aceites, aderezos, especias, infusiones, bebidas de diferentes provincias son solo algunos de los artículos que ofrecen, a los que últimamente incorporaron productos importados.
“Del Buen Viajar no se circunscribe a Junín, la tienda online nos permite tener clientes de muchas partes del país”, agrega De Luca.
La iniciativa les permitió a “salir de la intangibilidad de los servicios para ingresar en los productos tangibles”. Con el paso del tiempo, el emprendimiento ganó presencia en las redes sociales y ahora están por lanzar una App.
En el futuro, cuando se recupere la industria del turismo, esperan compatibilizar ambos emprendimientos. “La idea es explotarlos a los dos porque nos sentimos cómodos tanto con uno como con otro y ambos tienen un gran potencial”, concluye De Luca.

Platos al vacío
Cuando cerró su restaurante Olivetto, obligado por la pandemia, el chef Matías Marchesi empezó a hacer menús para los fines de semana, con platos elaborados y, como consecuencia de eso y a pedido de la clientela, sumó empanadas de carne cortada a cuchillo -su especialidad- y otras tres variedades. Luego, fue el turno de las pastas rellenas artesanales.
“Ahí es donde empieza lo de los congelados”, le dice a Democracia, para luego ampliar: “Un poco la gente nos fue marcando el camino y empezamos a vender la comida freezada para que el cliente la tenga lista cuando la quiera”.
El paso siguiente fue “Cuking”, un nuevo emprendimiento dentro de lo que venía haciendo, que es la de comida envasada al vacío, que tiene las ventajas de un mayor tiempo de conservación, más higiene que la manipulación de bandejas y se puede regenerar en 20 minutos. “Esto se utiliza mucho en grandes ciudades, acá no está instalado todavía, por eso estamos vendiendo en otros lugares, principalmente Rosario y Buenos Aires”, señala Marchesi.
Así fue que se reinventó este chef que piensa en los beneficios del cambio: “Vivo un mundo que no conocía, que es el de cenar a las 10 y acostarme a las 11, y sigo cocinando, que es lo que me gusta”.

Telemedicina
La doctora Andrea Pastorino, endocrinóloga y sexóloga, asegura que se adaptó rápido a la nueva realidad pandémica. Como tenía su teléfono “al rojo vivo” y no podía atender a todos sus pacientes como quería, hizo dos cursos de telemedicina en la Universidad de San Andrés y organizó los turnos virtuales.
Según dice, “los pacientes se sintieron bastante contenidos” por esta decisión.
“Es cierto que mi especialidad me permite hacer esto -añade- y si hay determinadas patologías que requieren que vea al paciente, pero por ahí hacemos un turno presencial y después otro virtual”.
En relación a la vuelta a la normalidad, señala: “La telemedicina ya existía de antes y esto lo reafirmó mucho. Hay profesionales que están negados, pero es una herramienta muy útil. Sobre todo para pacientes que por ahí tienen que viajar 100 o 200 kilómetros, u otros que tienen movilidad reducida, así que llegó para quedarse. Ojo que no es tan fácil, suele llevar más tiempo que una consulta presencial, pero también es de mucha utilidad y me siento muy cómoda”.

Tragos en casa
Hace cinco años que Federico Daddiego y Agustín Gallardo tienen la barra para eventos Barraclub.ar. Pero las fiestas se cortaron con la pandemia y debieron reinventarse.
Al ver que un reconocido barman de Buenos Aires empezó con la propuesta “del trago del bar en tu casa”, les pereció que podían hacer un desarrollo similar en Junín.
“Nos pusimos a trabajar rápidamente en este proyecto para largarlo el Día del Amigo: con nuestro diseñador hicimos un diseño específico, etiquetas, buscamos botellas que fuesen lindas y que contengan líquido para dos tragos, y otros factores que estudiamos para tener un producto de elite”, cuenta Daddiego sobre “Ready to Drink”, el desprendimiento de Barraclub.ar.
“Fue un desafío personal para la marca y una alternativa para la gente que estaba encerrada totalmente”, dice Federico.
La aceptación fue inmediata, pero luego la demanda cayó cuando reabrieron bares y birrerías.
Ahora ya volvieron a tener muchos pedidos de tragos envasados, por lo que lanzarán una campaña para el Día del Padre y otra para el Día del Amigo.
“Para nosotros fue buscarle la vuelta no solo para trabajar, sino para no perder el contacto con la gente -señala Daddiego-. Más allá del ingreso económicos, Barraclub.ar pudo seguir rodando y es una demostración de que la marca avanza pese a cualquier contingencia que suceda”.

De la noche a la mañana
La especialidad de Maru Ferrari es el peinado para eventos y la confección de accesorios para novias, quinceañeras y demás. Tan bien le iba que en octubre de 2019 renunció a otro trabajo para dedicarse solamente a esto. Pero la pandemia la dejó sin fiestas.
“Me puse a pensar qué podía hacer y me reinventé haciendo accesorios de día: hebillas, collares, aros, vinchas, también portabarbijos, que era lo que se demandaba en ese momento”, explica.
Adaptó, entonces, lo que ella hacía para eventos, ahora para todo el día. “Me fui para el lado de lo diario, siempre manteniendo la estética de la marca”, añade.
A partir de un crédito que le dio el municipio pudo comprar insumos, ya que los que tenían eran para accesorios de noche. En cuanto a la difusión, Instagram es el canal que le permitió avanzar: “Ahora lancé una cápsula de tejidos a mano, porque mi suegra teje muy bien y, pensando en esto de tener que reinventarnos, sumé esto también. Y también sumé mi tienda online”.
Con todo, Maru espera volver a dedicarse a las novias y quinceañeras cuando se recupera la normalidad perdida, “no solo en Junín, sino a nivel país”.

Clases de canto online
Guillermo Marcilla es profesor del canto en los conservatorios de Junín, Chivilcoy y Lincoln, en la Unnoba y tiene alumnos particulares.
Como está cursando una carrera online desde 2019, cuando llegó la pandemia ya estaba familiarizado con campus, plataformas y videoconferencias. Entonces, a las pocas semanas les ofreció a sus alumnos las clases online. “Al principio dijo que sí un 20 por ciento de los que ya tenía. Con el tiempo, se fueron sumando más y para mediados de años los tenía todos en modalidad virtual”, comenta.
Para ello. tuvo que adaptarse a la latencia o delay que produce la comunicación por celular o computadora.
Donde sí tuvo que reconfigurar por completo el trabajo fue en el coro Aires de Música, que dirige. Y los ensayos eran de a uno, entonces “lo que antes podía ver en un ensayo ahora tardaba un mes”.
Entre febrero y marzo, volvió la presencialidad con aforos reducidos y protocolos, pero en abril retornaron las restricciones. No obstante, Marcilla considera que aparecieron otras posibilidades: “Se me abrió un mercado nuevo, de gente de otros países que toma clases y no hay otra forma que no fuese virtual, lo mismo que gente de la zona que anteriormente tenían el costo del viaje y, por ejemplo, cuando se abrió un poco en el verano, hacíamos una clase presencial y otra virtual, para abaratar costos”.

Actuación frente a cámaras
Javier Mattioli cuenta que, para sostener Dadá durante la pandemia, fue muy útil alinearse con todas las asistencias que dieron los Gobiernos nacional y provincial. Así fue como accedió a los programas Desarrollar y Podestá y al Fondo para Turismo y Cultura.
Pero también tuvo una adaptación en la propuesta cultural y de talleres. “En lo artístico, sí tuvimos que reinventarnos -comenta Mattioli- hicimos una reducción de talleres, de los veinte que había quedaron cinco que son los que se podían seguir haciendo cumpliendo los protocolos”.
En su caso, cambió el enfoque de la propuesta: “Lo que hice yo fue pasar de un taller de teatro a uno de actuación frente a cámara, que no es lo mismo, porque si bien la actuación tiene sus cánones establecidos, el marco es diferente. Entonces no es teatro, es otro lenguaje con otros códigos. No es lo que más me gusta, pero está bueno y los alumnos lo disfrutan”.
Según su percepción, “hay que reinventarse para poder trabajar”. Y profundiza: “Sé que es un momento horrible, me da mucha tristeza cómo repercute económicamente, pero también hay que rearmarse. El sector cultural es el primero que cerró y todavía no pudimos volver, pero no van a encontrar en mí una persona quejándose, sino viendo de qué manera nos podemos reinventar para poder salir”.

Música en las redes
El disc jockey Fernando Maza pasó música por última vez en un evento el 15 de marzo de 2020. Luego, se sabe, ya no hubo más fiestas.
Un par de meses más tarde, empezó a pasar música a través de vivos en redes sociales, Facebook e Instagram, como una forma de mostrar su trabajo y de sobrellevar lo mejor posible el aislamiento. La repercusión fue muy grande.
“Vi que del otro lado se recibía algo distinto -cuenta Maza- me llegaron mensajes muy emocionantes de gente que me decía lo bien que le hacía ese rato que yo pasaba música”.
Esta iniciativa no fue redituable para el DJ. Si bien tuvo algunas publicidades esporádicas, fue muy poco y solamente terminó siendo “una ayuda para pagar la factura de luz”.
No obstante, Fernando cree que esta propuesta puede servir para dar un giro en su carrera cuando se vuelva a cierta normalidad. “La idea es ya no estar en una fiesta hasta las 7 de la mañana, sino hacer alguna cena show en un restaurante, donde pueda hacer un set de una o dos horas”, explica. Es que terminó enfocando sus sets en la música retro, que le abre nuevas expectativas. “Es algo que gustó, a la gente le llegó mucho y me parece que esto podría funcionar en esta idea que tengo de hacer algún set en restaurantes o bares. Sería una manera de reinventarme”, concluye.

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