FUE UN DESTACADO DEPORTISTA

“Tatote” Pagella: Un basquetbolista que abrió caminos

Se inició en Nueve de Julio. A los 17 años fue convocado a la selección nacional y antes de sus 20 disputó un campeonato Mundial. Jugó durante doce años en River, pasó por otros clubes y se retiró en Los Indios.

Históricamente, nuestra ciudad aportó notables jugadores a las altas esferas del básquetbol nacional. Si Junín pudo ofrecer deportistas de la calidad de Daniel Aréjula, Raúl “Chuni” Merlo y tantos otros que brillaron en lo más alto de la elite del básquet argentino, fue porque antes hubo alguien que les abrió el camino. Y ese fue José Luis “Tatote” Pagella, que con 19 años ya estaba jugando un Mundial con la selección nacional y al poco tiempo fue tentado por River Plate.
“No sé si alguien lo había logrado antes” dice con la voz calma y sus enormes piernas flexionadas en un cómodo sillón de su casa.
Lo cierto es que su talento y su manera de entender el juego lo llevaron rápidamente al primer plano del básquet nacional, con lo que fue punta de lanza de lo que vino después.

“El básquet me dio todo. Por él pude conocer el mundo”.

Primeros años
Ya desde sus primeros años, el club Nueve de Julio fue la segunda casa de Tatote. Si bien probó con otros deportes, como el atletismo o el fútbol, fue en al básquet el que lo atrapó. Y cada vez que podía, se iba a tirar al aro.
Desde chico se destacaba por su talento y ya a sus 15 años jugaba en las cuatro divisiones: menores, juveniles, segunda y primera.
Tanto fue así, que a los 18 años representó a la Provincia en el campeonato argentino de juveniles, donde fue nombrado como el mejor jugador del certamen. Tiempo después, ya con la selección nacional, ganaría el campeonato sudamericano. Y al año siguiente, en 1974, fue parte del equipo que representó al país en el Mundial de Puerto Rico.
“Creo que fue muy importante que un jugador de una ciudad como Junín haya ido al Mundial –señala–, a veces no se le da dimensión a eso. Recuerdo que cuando me fui a jugar el Mundial de Puerto Rico tenía zapatillas que parecían alpargatas, por suerte allá me pude comprar varios pares de buenos calzados”.
Después del Mundial disputó un par de torneos más con la selección y luego le tocó el servicio militar. En ese entonces también jugó el Panamericano de México, en 1975.

“Se extraña un poco el básquet, pero no es una nostalgia obsesiva”.

Doce años en River
Mientras estuvo haciendo la conscripción, equipos como Lanús, Gimnasia y Esgrima La Plata y Obras Sanitarias se interesaron en contratarlo, pero Pagella se decidió por River, adonde llegó en 1976.
“No me costó la adaptación, tenía experiencia en la selección y encontré gente muy buena allí”, recuerda. Permaneció en el Millonario nada menos que por doce años, del 76 al 88.
“Mi paso por River fue muy bueno –cuenta– ganamos la pre-liga y fuimos subcampeones panamericanos con un equipo integrado íntegramente con jugadores nacionales”.
En 1985 River jugó de local en el Club Ciclista. Ese año, por gestiones de Pagella, se sumaron al equipo los juninenses Daniel Aréjula y Aldo Yódice, y el pergaminense Marcelo Duffy. Fue un hecho de gran relevancia para la ciudad y en esa Liga Nacional, River llegó a las semifinales.
En todo ese tiempo, Pagella continuó formando parte de la selección de manera regular. Si bien estuvo un par de años ausentes, fue convocado hasta el año 1981. El sudamericano de ese año fue el último torneo con la celeste y blanca.

Otras actividades
En 1988 River desarmó por completo el equipo y Tatote se fue a Gimnasia de Pergamino, que disputaba la Liga Nacional. Después pasó por Rojas, luego en el Club Junín, donde fue jugador y técnico y salió campeón, hasta recalar en Los Indios, donde se retiró a sus 40 años.
Posteriormente, siguió ligado al básquet desde otro lugar. Primero dirigió las inferiores del Club Ciclista y más adelante se acercó a su primer amor, el Club Nueve de Julio: “En un momento la institución estaba muy caída, se armó una comisión directiva nueva al mando de Eduardo Palomo y él me convocó. Formamos un equipo de juveniles, los entrené y llegamos a semifinales. Después, por diferentes circunstancias, el proyecto quedó ahí”.
De esta manera, de a poco se fue alejando del mundo basquetbolístico local. “Es algo que no me atrae tanto, o por lo menos no al punto de meterme de lleno. Se extraña un poco porque es lo que uno hizo toda la vida, pero no es una nostalgia obsesiva”, asegura.

“Cuando me fui a jugar el Mundial de Puerto Rico tenía zapatillas que parecían alpargatas, por suerte allá me pude comprar varios pares de buenos calzados”.

Balance
Tatote se muestra muy satisfecho por lo hecho en el básquet, ya sea en los clubes en los que participó, como en la selección nacional. “Mi paso por la selección fue muy positivo, estuve muchos años, tuve continuidad”, relata, para luego recordar especialmente el preolímpico de Puerto Rico, de 1979: “Me dijeron que debía ser el sexto hombre en cualquier puesto y ese fue un gran torneo mío, aunque fue una lástima que no lo haya podido coronar con un Juego Olímpico”. Es que Argentina no participó del evento deportivo porque se unió al boicot promovido por Estados Unidos.
No obstante, al momento de hacer un balance, concluye: “El básquet me dio todo. Es cierto que había poca plata, yo pude hacer algún peso, pero no era lo que es ahora. Pero para mí fue muy importante: pude conocer el mundo, estuve en China, y en muchos países de Europa y de América.”.

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