Una vez más, la rojense Cecilia Cordone logró su objetivo de escalar uno de los picos más altos del planeta Tierra. Ya lo hizo en el Aconcagua, convirtiéndose en la primera mujer de Rojas en hacerlo, también hizo cumbre la Cordillera del Condori, que son varias montañas, y el Huaina Potosí en Bolivia. Y hace unos días, lo hizo en el Kilimanjaro, el techo de África.
Su instructor y compañero de aventuras, Julián Insaurralde, contó que lograron hacer cumbre “luchando un poco contra el frío extremo y viento que la montaña propuso”. Ahora, llega el tiempo de descansar. “Hoy ya salimos del parque para encontramos con la otra parte del equipo JI para iniciar mañana los safaris”, contó.
El Kilimanjaro es una montaña situada en el noreste de Tanzania, formada por tres volcanes inactivos: el Shira, en el oeste, de 3962 m de altitud; el Mawenzi, en el este, de 5149 m y el Kibo, entre ambos, el más reciente desde el punto de vista geológico y cuyo pico, el Uhuru, se eleva hasta los 5891,8 m.
Es la montaña más alta de África, la independiente más alta del mundo —unos 4900 m. de altura desde su base en la meseta— y el cuarto pico ultraprominente en la Tierra. Es conocido, además, por los famosos campos de hielo de su cumbre, que se están reduciendo de forma drástica desde principios del Siglo XX y se estima que desaparecerán por completo entre 2020 y 2050.
La disminución de las precipitaciones de nieve responsable de este retroceso se atribuye a menudo al calentamiento global, además de a un importante proceso de deforestación. A pesar de la creación del parque nacional del Kilimanjaro en 1973, aunque este parque juega un papel esencial en la regulación bioclimática del ciclo hidrológico, el cinturón forestal continúa estrechándose, debido a que la montaña es el hogar de los pastores masái en el norte y en el oeste, que necesitan prados de altitud para pastorear sus rebaños, y campesinos chagga al sur y al este, que cultivan parcelas cada vez más extensas en el piedemonte, a pesar de un proceso de concienciación iniciado a principios del siglo XXI.
Después de la sorpresa causada en el mundo científico por su contemporáneo descubrimiento en 1848 por parte de Johannes Rebmann, el Kilimanjaro despertó el interés de exploradores como Hans Meyer y Ludwig Purtscheller, que alcanzaron la cumbre en 1889 acompañados por su guía Yohanas Kinyala Lauwo.
Más tarde, se constituyó en una tierra de evangelización que se disputaron católicos y protestantes. Finalmente, después de varios años de colonización alemana y posteriormente británica, vio el emerger de una élite chagga que se convirtió en la base del nacimiento de una identidad nacional y de la independencia de Tanganica en 1961.
Posteriormente, se convirtió en una montaña emblemática, evocada y representada en el arte y convertida en símbolo en numerosos productos comerciales. Es muy apreciada por los miles de montañistas que realizan su ascensión sacando provecho de la gran diversidad de su fauna y de su flora.
Cecilia Cordone, la única rojense que logró conquistar el Aconcagua
En febrero del 2022, la montañista se convirtió en la primera habitante de Rojas en alcanzar la cima de América. Cecilia Cordone es médica veterinaria y cuando el trabajo se lo permite, entrena haciendo running en zonas montañosas, mountain bike o cualquier deporte que la ponga a punto y, principalmente, la despeje.
El estado físico, mental, el clima y lo económico son factores que juegan roles fundamentales a la hora de hacer un intento como el de Cordone. “Empecé corriendo carreras en ultra montaña y me apasioné”, contó la rojense, quien además en ese momento empezó a contactarse con guías para interiorizarse más sobre alta montaña. Allí empezó a hacer cumbres de 4 mil, 5 mil y hasta 6 mil metros de altura.
El objetivo de subir el “Coloso de América”, como a ella le gusta decirle, siempre estuvo entre sus metas y en febrero de 2022 logró realizarlo. “Estuvimos hasta diciembre de 2021 analizando si se abría o no por la pandemia. Ya con la confirmación, nuestro guía optó por hacerlo en enero. Eso nos permitió ver cómo varias personas de los primeros grupos bajaban a causa del Covid”, detalló Cordone.
De esta manera, la montañista rojense cumplió su objetivo de escalar el Aconcagua en el mes de febrero trabajando en equipo. La satisfacción de haberlo dado todo gratifica su espíritu aventurero que, al estar en lo más alto de América, sólo pensó en la felicidad que les iba a dar a su esposo, a sus padres y sus amigos. Porque para ella, de eso se trataba.
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