La labor de Nicolás Membriani, el payador oficial del Festival de Doma y Folklore de Jesús María, se puede describir en tres palabras: simpleza, humildad y talento absoluto. Así, se puede dar cuenta del trabajo que viene realizando hace años arriba de los escenarios. Y este año no fue la excepción, ya que el artista tuvo su recompensa donde llevó una nueva propuesta al escenario Martín Fierro.
Así, durante el 2024, todas las noches de color y coraje, Membriani floreó la jineteada con sus impecables improvisaciones desde el palco Félix Gigena Luque, donde lo acompañaron sus compañeros relatores y payadores.
Su labor es pura arte: el repentismo que ejecuta encuentra su expresión más auténtica en esos segundos posteriores a la finalización de una monta durante la jineteada. Es justo ahí que Nicolás, impregnado por el espíritu de la competencia y la celebración, desata su maestría en improvisación, creando un diálogo poético y musical que resuena en todo el anfiteatro José Hernández.
Pero esta vez, el joven payador oriundo de los pagos de Roberto Cano, partido de Rojas, quiso ir un poquito más allá. Sin descuidar su lugar indiscutido, que es el palco de la jineteada, en esta 58° edición presentó en el escenario Mayor “Al Fogón con Membriani”. En la nueva propuesta, el artista contó y cantó sus orígenes. “Es un gusto enorme y estamos muy agradecidos por el espacio que nos dio este querido festival, donde me siento como en casa”, compartió el artista evidenciando su emoción.
El espectáculo, que se presentó el miércoles 10 de enero en el Festival, fue descrito como un viaje a través de la llanura pampeana, donde el payador compartió su identidad, su origen y sus historias a partir de la música. La propuesta incluyó no sólo la payada, sino también la participación del público, una tradición fundamental en la historia del payador.
Sobre el show, Membriani detalló: “Fue un espacio donde se dignificó el canto de la llanura pampeana, pero a su vez se mezcló con la improvisación y con el repentismo. Siempre se necesita la posibilidad de la participación del público, es netamente importante. De alguna manera, uno rinde examen frente al público. La idea es pedirles que me dicten palabras y con ellas generar ahí mismo una improvisación”.
El payador destacó además la necesidad de revalorizar el género musical en los escenarios actuales. “Es un género musical que no está perdido, pero sí quizás que necesita volver a revalorizarse y a tener un espacio en los escenarios”, opinó Membriani, y reflexionó: “Vivimos en un tiempo de mucho apuro, de mucho sonido y de mucho ruido. La sociedad necesita un espacio de repensar, de encontrarse hacia adentro, de escuchar las canciones pueblerinas a través de un instrumento que es una guitarra nada más. Esa esencia queremos traer al escenario mayor de Jesús María”.
En ese sentido, con este nuevo formato, Nicolás pretende recorrer la geografía argentina llevando como bandera el legado de su padrino artístico, “el negro” Argentino Luna. “No puedo dejar de nombrar a mi padrino artístico, Don Argentino Luna, el gran cantor de Madariaga, de la llanura pampeana bonaerense, de la zona del Tuyú. El negro fue mi maestro, fue mi amigo, fue mi espejo, y yo siempre admiré lo que hacía en los escenarios”.
En cuanto a las expectativas para esta temporada, el artista expresó su deseo de representar a su gente a través de su canto y de brindar un mensaje de optimismo y apoyo. “Voy con una alegría inmensa de poder llevar este, mi pequeño espacio de canción, de reflexión, de expresiones y de paisaje mío al escenario Martín Fierro”, compartió. Con “Al Fogón con Membriani”, el payador buscó encender la llama de la tradición gaucha en el corazón del público, iluminando el escenario de Jesús María con las historias y la esencia de su terruño. Este espectáculo fue un evento único que celebró la rica cultura criolla y la autenticidad de la música tradicional argentina.
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