La matanza de dieciocho gallinas ponedoras desencadenó un escándalo familiar, con denuncia por golpes incluida. Según relataron Carlos Garay y su esposa, Alejandra González, todo empezó cuando el perro de la hermana de él mató y se devoró las gallinas que la pareja tenía en su domicilio del barrio "La Rufinita".
Garay fue con a quejarse ante su hermana y -de acuerdo con su testimonio- tanto ésta como su marido le dijeron que no pensaban hacerse cargo del daño ocasionado por su mascota.
Pero el conflicto no se agotó ahí. Garay denunció que el viernes recibieron la visita de su hermana y su cuñado, quienes atacaron a golpes a Alejandra González hasta hacerle perder el conocimiento, además de originarle heridas en la cara y en otras partes del cuerpo.
El hecho fue denunciado en la Comisaría de la Mujer, pero Garay se mostró molesto porque los agresores no fueron detenidos.
REYERTA FAMILIAR
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