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UN TOTAL DE 248 PANES DE ESA DROGA COMPACTADA FUERON CONFISCADOS

Histórico: incautaron más de doscientos kilos de marihuana en una casa de Junín

El traficante escapó por un patio trasero, descalzo, luego de que su mujer llamara a la Policía por una disputa de pareja. Al cierre de esta edición el sujeto era intensamente buscado.

Grande fue la sorpresa del personal policial de una de las cuadrículas de la Comisaría Junín Primera, cuando en la madrugada de ayer, al ir a cubrir una llamada de emergencia por un hecho de violencia familiar, se encontraron, dentro de la casa donde se produjo la reyerta privada, con nada más y nada menos que 227 kilos de marihuana compactada.
Todo se inició pasada la 1.30 horas de la víspera, cuando desde una vivienda de calle Mayor Orellanos al 400, entre Comandante Ruiz y Padre Respuela, una mujer llamó, desesperada, al número de emergencias “101”, ya que su esposo la había amenazado con un arma de fuego, a ella y a los cuatro pequeños hijos de la pareja.
Cuando los efectivos de la cuadrícula de la Primera que cubre ese sector del barrio “Padre Gregorio González” llegaron al lugar, hallaron a la mujer a unos 50/60 metros de la finca, sollozando y muy nerviosa, pese a lo cual les explicó a los uniformados que su marido, un rosarino de 38 años de edad, estaba dentro de la casa con sus cuatro hijos, amenazándolos con un arma de grueso calibre.
Rápidamente, los policías se dirigieron a la finca y -autorizados por la denunciante-, ingresaron a la misma, pero el marido de la mujer se había escapado, presuntamente por una de las ventanas del inmueble, huyendo hacia una casa vecina y de allí, “se hizo humo”.
Pero la mayor sorpresa comenzó instantes después, cuando los policías de la Primera, quienes pidieron refuerzos, hallaron en una de las habitaciones, en bolsas tipo “consorcio”, la “módica” cantidad de 248 panes de marihuana compactada, en bloques que iban de los 800 gramos a los 1,100 kilos y totalizando unos 227 kilógramos de esa droga.

Operativo “cerrojo”


De inmediato se ordenó un operativo tipo “cerrojo”, con la participación de efectivos y móviles de la Primera, de la D.D.I. y de las policías Distrital y Departamental.
Los jefes de esas reparticiones se pusieron al frente de las pesquisas y se vio trabajar en el lugar donde se halló la droga al comisario mayor Sergio Gil y al comisario inspector Héctor Rubén Errecalde (titular y jefe de turno de la Departamental, respectivamente), al comisario inspector Marcelo Arigüel (de la Distrital) y al comisario Mario Barzola (jefe de la Primera).
Pero el rosarino, quien habría escapado descalzo y armado, llevando un celular, no pudo ser hallado y escapó amparado en las sombras de la noche, seguramente “ayudado” por algún contacto local o alguien que lo vino a buscar rápidamente, para sacarlo de Junín con premura, para que no sea detenido por este histórico operativo de incautación de droga, la mayor en Junín que se recuerde.
Los uniformados protegieron especialmente a la mujer (de 25 años), que denunció a su marido, y a los hijos de la pareja, menores de 7, 5, 4 y 3 años.
Además de secuestrarse la gran cantidad de droga ya citada, se confiscó una costosa camioneta BMW X-5 color negra, modelo 2004 y que sería propiedad del malhechor.

Varios miles de pesos


En el interior del rodado había 223 panes y en la casa, los 113 bloques restantes de “picadura de marihuana” compactada.
Fuentes consultadas por este medio indicaron que el kilo de esta droga se vende en alrededor de 1.500 pesos. Pero la sustancia puede ser “estirada” y se podrían obtener alrededor de 350 kilos, lo cual haría trepar la posible venta de la “picadura” a unos 525.000 pesos y, si se la fracciona en pequeñas dosis, hasta alrededor de 900.000 pesos.
También se secuestraron en la casa allanada dos balanzas de precisión, un rifle marca “Winchester”, una computadora, teléfonos personales y un documento personal del rosarino aún prófugo, cuya foto ya fue distribuida a todas las dependencias de la zona, para tratar de aprehenderlo a la brevedad.
No sólo se lo busca para ponerlo a disposición del juez federal de Junín, Dr. Héctor Pedro Plou y del fiscal, Eduardo Varas, sino porque la propia vida del rosarino corre peligro, porque seguramente por encima suyo habrá algún “jefe” y lo podrían llegar a hacer “desaparecer” para que no declare (si es atrapado) ni brinde testimonios de cómo funciona la banda delictiva que ingresó esa enorme cantidad de droga a Junín, para ser presumiblemente comercializada aquí y en pueblos cercanos.

Autos de alta gama

Los trascendidos indicaron además que hacía algunas semanas que el hombre había llegado desde Rosario y alquiló el inmueble a una conocida familia juninense. Su mujer habría arribado con los niños hace unos diez días.
Por testimonios de vecinos del barrio, pudo saberse que en horas de la noche y de la madrugada llegaban al lugar automóviles de alta gama, con personas que ingresaban y luego salían de la finca portando portafolios, bolsos, paquetes.
Seguramente la mujer del rosarino prófugo, cuando sea citada a declarar por el juez federal, a cuya disposición quedó, pueda brindar mayores detalles de cómo operaba la banda que ingresó tanta cantidad de droga a nuestra ciudad y de allí en adelante, comenzar a “atar cabos” para tratar de llegar a la “cabeza” de esta organización delictiva.
Mientras se busca al de la “Chicago Argentina” en Junín, la zona y en Rosario, se incorporan elementos y pruebas a la ya voluminosa IPP caratulada “infracción a la Ley 23737 de drogas” que encabezó personal de la Policía de Junín.

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