La alta demanda del dólar en medio de una interna
OPINIÓN

La alta demanda del dólar en medio de una interna

¿Salto cambiario o acelerar el ritmo de las devaluaciones diaria? ¿Qué otras opciones podría haber? La semana pasada el gobierno de Alberto Fernández debatió en los medios si eliminaba o no el cupo mensual de 200 dólares que está permitido a los argentinos : comprar al precio oficial más el impuesto del 30 por ciento.

El Presidente reconoció que era una de las alternativas en análisis, pero a las pocas horas hubo una aclaración del Ministerio de Hacienda desmintiendo que se estudie eliminar ese cupo. Unos días antes, funcionarios del Banco Central habían dejado trascender que se adoptarían medidas drásticas si las reservas seguían cayendo, ajustando los controles cambiarios y eliminando el cupo. La vicejefe de Gabinete, Cecilia Todesca, hizo declaraciones en la misma dirección: que era preferible gastar los dólares escasos en la producción y no en el cupo de compras mensuales para ahorro. Las diferencias internas entre Miguel Pesce, el titular del Banco Central, Cecilia Todesca y el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, se debe a que las reservas siguen en el tobogán a pesar de los fuertes controles cambiarios y al reciente acuerdo con los acreedores de deuda. Guzmán cree que tras el acuerdo por la deuda y el inicio de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, la demanda de dólares caerá. Pesce y Todesca son partidarios de cerrar más el cepo cambiario y desentenderse de lo que ocurra con los otros dólares: el bolsa que es legal y llegó a tocar los 130 pesos, y el blue, que es ilegal y superó los 130 pesos. La brecha cambiaria no es innocua a lo que ocurre con la demanda de dólares. Aún con el 30 por ciento de impuesto, el dólar oficial es unos 30 pesos más barato que el libre y esto origina una demanda infinita. Incluso se identificaron personas que cobran el IFE y recurrieron al cupo, a lo que se suman los “coleros” y las compras que podrían considerarse genuinas. La información disponible indica que de mantenerse la tendencia de las dos primeras semanas de agosto, esas compras minoristas por 200 dólares se llevarían unos 1.000 millones de dólares a lo largo del mes de las reservas internacionales del Banco Central. Se alcanzaría un récord de unas cinco millones de personas que aprovecharían esos pocos dólares a 100,5 pesos por unidad. De todas maneras, la pérdida de reservas se debe a otras razones más sustantivas. En los primeros meses del año, el balance cambiario fue deficitario para el Banco Central, y la tendencia continuó durante la pandemia. En el primer trimestre del año, período en donde se liquida la mayor porción de divisas debido a las exportaciones agropecuarias, fueron escasas las ganancias para la autoridad monetaria.

Complicaciones por la pandemia

Ahora se presenta un escenario más complicado. Las exportaciones han caído en lo que va del año, y las posibilidades de repunte son escasas en los próximos meses: se estima que el comercio mundial bajo alrededor del 20 por ciento producto de la pandemia; y en particular para la Argentina, su principal socio comercial Brasil caerá 8/9 por ciento su PIB, con una caída de demanda de las ventas locales; finalmente, tampoco acompaña el precios de los commodities del campo y la demanda de China. Pero a esta coyuntura se suman los problemas de credibilidad y la ausencia de un rumbo económico. El balance del Banco Central se ha debilitado de forma significativa, con un saldo de reservas de libre disponibilidad que sería del orden de los 10.000 millones, y un fuerte aumento de los pasivos remunerados (Leliq, pases, etc.). Sin un horizonte claro por delante, con fuertes desincentivos para la producción, e internas políticas en el gobierno del presidente Alberto Fernández, el dólar continúa siendo el refugio de los argentinos. La mayoría de los economistas estiman que el tipo de cambio actual se encuentra en niveles razonable, si bien algunas comparaciones con monedas de la región, indicaría un atraso del orden del 10 por ciento. En una situación normal, esta diferencia no debiera debería desembocar en un salto cambiario, pero ante la probable aceleración de la inflación en el segundo semestre o en los primeros meses de 2021, producto de la alta emisión y el estancamiento de las reservas del Banco Central, las expectativas se mueven en esa dirección. No se trata de especulaciones sin sentido: varias de las causas de los saltos cambiarios en los últimos años están presentes nuevamente. Es además el propio gobierno, ventilando diferencias internas, que imagina meses de sequía cambiaria y medidas drásticas con el dólar.

COMENTARIOS