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BRUTAL HOMICIDIO EN JUNIN / EL CRUCE DE LLAMADAS TELEFONICAS PODRIA SER CLAVE

Crece la teoría pasional pero sigue sin haber detenidos por el crimen de Colo

Aunque desde la fiscalía mantienen el hermetismo, un vecino de la víctima aparece como el más comprometido en la investigación, en un terreno donde siguen abundando las hipótesis. Anoche, 400 personas marcharon para reclamar “justicia”.

Las primeras 48 horas posteriores al crimen de Sandra Colo transcurrieron sin detenidos. La frase “estamos detrás de muchas hipótesis, no se puede descartar nada” ya sabe a poco para una comunidad conmocionada y, sobre todo, para una familia que está esperando una respuesta más concreta por parte de los investigadores.
Ayer, en el segundo día completo de averiguaciones, las novedades emanadas desde el ámbito oficial fueron la realización de dos allanamientos, uno en el salón de fiestas infantiles de calle Alem 388, donde la mujer de 43 años fue encontrada muerta, y otro en el domicilio particular de la occisa.
“Se sigue trabajando, siguiendo las pistas en dirección a lo que nos indican varias líneas investigativas”, fue el mensaje que volvió a imperar desde las voces allegadas al fiscal Angel Quidiello, que el jueves halló por tercera vez en dieciocho meses la responsabilidad de tener que resolver un asesinato signado por el misterio. Los dos anteriores fueron el del anciano Armando Solís y el del médico Arturo Cobas.
Entre las teorías más firmes que se barajan sobre el homicidio acontecido en el pelotero “Abracadabra”, hay dos que por estas horas aparecen -para los pesquisas- como más sólidas que la posibilidad de un acto criminal en ocasión de robo, pero sucede que Quidiello aún no reunió los elementos necesarios para cambiar la calificación de la carátula.
Una de las presunciones es que se trató de una venganza, y allí el que se roba la atención de todos es José Luis Correa, el hombre que mató a Claudia Colo en enero de 2000.
Más allá de que Correa sigue preso y está alojado en un penal de máxima seguridad de Sierra Chica, dentro de la causa sobrevuela con fuerza el interrogante de si el sujeto no podría estar operando desde la prisión.
Ante la pregunta ¿de quién querría vengarse el homicida de Claudia?, una alta fuente policial recordó anoche que Sandra intervino en una movilización realizada en nuestra ciudad cuando se supo que Correa había obtenido salidas transitorias y era muy probable que saliera en libertad, cuando corría el año 2010.   
“Obviamente, Correa se ha de haber enterado de que existió esa manifestación y de las personas que la orquestaron”, analizó la misma fuente.
La otra sospecha fuerte es la del crimen pasional, y es la hipótesis que más creció entre el viernes y ayer. Sin embargo, los datos que se tienen para abonar esa conjetura no fueron suficientes aún para que el fiscal ordene detenciones.
Después de haber realizado un estudio de los mensajes a su teléfono celular, el fiscal citó a declarar a uno de los empleados de imprenta de una institución gráfica situada en pleno centro juninense. “Primero negó haber tenido relación con Sandra, pero luego, ante la evidencia que mostraban los cruces entre su celular y el de la mujer, admitió que se habían mandado un par de mensajes con ella, de quien era vecino (los Colo viven en calle Primera Junta al 160)”. Esa contradicción podría tomar relevancia en el caso, pero no hay nada en concreto.
El jueves último, los investigadores mandaron a averiguar –ante la desaparición del celular de la víctima- las llamadas entrantes y salientes registradas durante los últimos días. Los informes solicitados a la empresa de telefonía son considerados cruciales y “estarían listos esta semana”, confió otro vocero policial.
Tanto familiares como amigos de Colo aseguraron que la mujer no tenía pareja en la actualidad, aunque los detectives de la Policía bonaerense comenzaron a entrevistarse con algunos miembros de su círculo íntimo para intentar establecer cuáles eran las personas que frecuentaba habitualmente.
La investigación también apunta a los últimos viajes turísticos que realizó Sandra, y las relaciones que podría haber entablado allí.

Marcha, dolor e indignación

Unas 400 personas marcharon anoche reclamando “Justicia para Sandra y seguridad para todos”. Ese fue el lema de la movilización que se inició en la explanada de los colegios Ex Normal y Ex Nacional y que finalizó con un encendida protesta que hasta incluyó una sentada, en una clara demostración de la impaciencia que ya se empieza a percibir en la comunidad por el hecho de que no haya detenidos en el caso Colo.
La manifestación se inició a las 19.15 y transitó por avenida San Martín hasta Roque Sáenz Peña, encabezada por el dueño del pelotero “Abracadabra”, Emiliano Costanzi, a quien se lo vio quebrado en lo emocional y sin poder contener las lágrimas en varios tramos de la caminata.   
El peregrinar se extendió hacia la zona de bares céntricos, un  ámbito superpoblado de gente que vio pasar a los manifestantes sin involucrarse en el asunto, en una actitud rayana con la indiferencia.
Con palmas y al grito de “Justicia”, los reclamantes se pararon frente al edificio de la Municipalidad y permanecieron allí durante cinco minutos. La última parada fue en la esquina de Tribunales. “Les agradezco a todos por apoyarnos y esperemos que tomemos conciencia, porque lo que le ocurrió a Sandra nos puede pasar a cualquiera. No puede volver a pasar”, expresó Costanzi, quien pidió que en la próxima marcha –programada para el viernes a las 12- “seamos muchos más”.

De Ciervo: “Esperamos las pericias”


Por su parte, el abogado Diego De Ciervo, contratado por la familia Colo para que los represente, el martes próximo pedirá al fiscal que acepte a los padres como “particular damnificado” en el expediente.
“El fiscal ordenó diversas medidas, pero estamos esperando especialmente el resultado de las pericias de los elementos hallados en el lugar [del crimen] y de las llamadas del celular de Sandra”, que aparentemente fue robado por el asesino, explicó el letrado.
De Ciervo confirmó que ayer el fiscal solicitó el listado de llamadas entrantes y salientes del teléfono de la víctima a una empresa, pero que debido al fin de semana largo es posible que no tenga los resultados hasta el martes.
El abogado dijo que también le sugirió “algunas medidas” al fiscal tras conversaciones que mantuvo con familiares de Sandra y que trabaja “en conjunto” con el representante del Ministerio Público y la Policía a fin de esclarecer el hecho, al cual calificó de “conmocionante”.
La causa continúa por ahora caratulada como “homicidio en ocasión de robo” debido a que del pelotero desaparecieron 650 pesos que se hallaban en dos billeteras y el teléfono celular de la víctima, aunque lo llamativo es que en el lugar quedó otra suma de dinero que estaba guardada en un cajón (unos 1.600 pesos), así como dos anillos de oro que tenía Colo y la moto.
En ese sentido, los investigadores creen que el robo fue sólo para despistar y que el homicida se llevó el teléfono celular para evitar que se conozca el contenido de los mensajes, volvió a remarcar hoy a Télam una fuente de la investigación.
El cuerpo de Colo fue hallado por su propio padre a las 13.30 del jueves último, cuando la fue a buscar al pelotero y salón de juegos infantiles ubicado en Alem 388 de Junín, donde la mujer era encargada del turno mañana.  Es que Colo no había ido a la casa en la que vivía con sus padres a almorzar, por lo que comenzaron a llamarla por teléfono y nunca respondió.
Ante esta situación, el padre convocó al dueño del pelotero y juntos fueron al local, donde descubrieron el crimen.
La autopsia determinó que Colo fue asesinada entre las 10 y las 12 por “asfixia mecánica por estrangulación a lazo”, pero “además se acreditó la existencia de politraumatismos faciales y estallido hepático por aplastamiento”.
Por el momento, no hay ningún elemento que lleve a vincular este crimen con el homicidio de la hermana de la víctima, Claudia Colo (25), cometido el 15 de enero de 2000, en una agencia de seguros de Junín.
En aquella oportunidad, la menor de las Colo fue encontrada estrangulada con un cable y dentro de dos bolsas de consorcio depositadas en el interior de dicha agencia en la que ella trabajaba como secretaria.
Por ese hecho, fue condenado tras un juicio oral el analista de sistemas José Luis Correa (46) a la pena de prisión perpetua por el delito de “homicidio calificado criminis causa, en concurso real con robo agravado por el uso de arma y portación ilegal de arma de fuego de uso civil”.
En prisión, el condenado se recibió de abogado y estudia Psicología, pero las salidas transitorias del penal de La Plata de las que gozaba fueron suspendidas el año pasado cuando se constató que no concurría a la facultad como él lo declaraba. 

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