Antes de su visita de mañana a Junín y Chacabuco, el diputado nacional y precandidato a gobernador bonaerense por Pro, Diego Santilli, participó de una entrevista con Democracia y consideró que la estampida del dólar de los últimos días es la consecuencia del “fracaso del Gobierno”, al tiempo que planteó un modelo que aliente al “interior productivo” para salir de la crisis.
-¿Qué significa esta escalada del dólar?
-Lamentablemente, este es un gobierno que fracasó, que llegó diciendo que iba a bajar la inflación, generar trabajo, producir más y está pasando todo lo contrario. Es el gobierno más inflacionario desde la vuelta de la democracia -quitando el proceso de hiperinflacionario-, es el que más endeudó al país, con 35 mil millones de dólares por año, generó más inflación y más pobreza. Lo que estamos viendo ahora es consecuencia de haber pateado la pelota para adelante en 2019 y de no haber tenido un plan ni encarado ninguna de las reformas profundas que tenían que hacerse.
-El Gobierno habla de un golpe del mercado.
-Esto tiene que ver con el fracaso de la gestión de este presidente, de la vicepresidenta, del ministro de Economía, del conjunto del Frente de Todos. Y es también el final de un relato. El gobernador de la provincia de Buenos Aires dice, contradiciendo a todos los economistas del mundo, que emitir no genera inflación, esto lo dijo Kicillof cuando fue ministro de Economía. Y bueno, acá están las consecuencias de lo que está pasando.
-Para muchos dirigentes y empresarios de Junín y la región el problema es más político, que económico.
-Adhiero a esa expresión. Me paro en la provincia de Buenos Aires, representa el 36% de las exportaciones argentinas, es un tercio de la superficie sembrada, es el 35.7% del Producto Bruto Interno, es el 40% de la ganadería, el 50% de la producción industrial, el 60% de la automotriz, el 70% de la alimenticia, y el 70% de la refinería de petróleo y están los principales puertos, de donde sale la producción.
Entonces, ¿por qué tenemos el conurbano que tenemos, con el 50% de pobreza? Está claro que es un tema político, de cuál es el camino que tenemos que llevar adelante. Los chicos en las escuelas tienen que aprender, que puedan ser libres, que puedan decidir qué quieren ser en la vida, y no una escuela donde te contienen, en algunas te adoctrinan, no va más eso, tenés que tener chicos que aprendan, para que puedan tener mejores trabajos.
Un país donde el delincuente vaya preso, no puede ser que vivamos todos con miedo. Ese tipo de cosas no están encaradas y ahí es donde tenés el problema político.
-Hay un gran vacío de poder en el Gobierno.
-Tenés un problema de origen, que es que una vicepresidenta elija por un tuit a un presidente, nunca se vio. Después, el presidente presenta un proyecto para renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y su bloque, y su presidente de bloque, renuncia y no vota. Entonces qué es lo que hicieron, se juntaron solo para una elección o para llevar a cabo un proceso de transformación de la Argentina.
Está claro que el proceso de transformación no está y nunca tuvieron una idea arriba de la mesa. Pareciera que se juntaron solo para una elección, por el poder en sí mismo, y el poder en sí mismo no tiene sentido. Los que pretendemos ganar las elecciones, o tomamos las decisiones que hay que tomar el primer día, o no hay forma de salir adelante.
Poner las decisiones arriba de la mesa significa fortalecer la producción, reducir impuestos, como lo hizo el intendente Pablo Petrecca, en Junín, que quitó tasas para las habilitaciones, ese es el camino que tenemos que llevar adelante.
-Y pese a la grave crisis, las internas en el oficialismo no ceden.
-Lo vengo diciendo hace rato, no se resuelve con un super ministro de Economía, que ya nos dimos cuenta todos que no lo es. No se resuelve con un iluminado, se resuelve tomando decisiones. No se puede gastar más de lo que se genera. El primer trimestre de este año se pagó más en intereses de Leliq que en jubilaciones, hemos llegado a ese disparate, o se toman las medidas que se tienen que tomar o vamos a seguir teniendo problemas.
-¿Cómo analiza el surgimiento de espacios más radicalizados, como los libertarios?
-Destaco la participación de muchos sectores liberales, que ha permitido llevar el péndulo hacia el centro y no hacia el extremo, porque estábamos en una historia donde todo el relato tenía que ver con que el Estado hace todo, en todos los segmentos, y lo que pide el interior productivo es que le saquen el pie de encima de la cabeza, que lo dejen producir, que es lo que sabe hacer el campo y la agroindustria.
En 128, de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires, hay actividad agroindustrial. Cuando el oficialismo se comporta con guerras, luchas internas, y a veces la oposición se comporta de la misma manera, florece algún sector que dice ‘bueno, basta de unos y otros’. Lo que nosotros tenemos que hacer, de alguna manera, es no ser un espejo del oficialismo, porque entonces no te constituís en alternativa.
La única manera de transformar es poner las ideas arriba de la mesa, tomando decisiones claras y contundentes, pero no es agrediéndonos dentro de una misma coalición.
-En este contexto de tanto descreimiento, ¿qué cree que va a privilegiar la ciudadanía?
-Creo que la gente se va a inclinar por el que le dé una esperanza de salir adelante, pero una esperanza cierta, no en términos de relato. Los argentinos hemos aprendido que no se trata del que lo cuenta mejor, sino del que lo vaya a hacer. Y, por otro lado, el que tenga la firmeza de ir para adelante con los cambios.
-¿A Kicillof le dan mejor los números en la Provincia que al Gobierno nacional?
-Le gané el año pasado con Facundo Manes, y le vamos a volver a ganar este año.
-¿Cuánto cree que va a llevar salir de la crisis?
-No podemos pensar que se hace de la noche a la mañana, las transformaciones llevan su tiempo, pero si empezás el camino, y lo sostenés, las cosas cambian, cambia tu seguridad, podés vivir en paz, cambia la infraestructura, porque se pueden llevar adelante las obras, cambia la producción, porque en seis años podemos exportar el doble de lo que exportamos hoy, pero hay que seguir ese sendero: yo estoy para seguir ese camino.
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