Clara y Joaquín en su local comercial.
Clara y Joaquín en su local comercial.
AFICIONADOS Y CURIOSOS

Clásicos y modernos: los juegos de mesa vuelven al ruedo, ¿o nunca se fueron?

Joaquín Puente y Clara Matteucci, emprendieron “Conejo Blanco”, un espacio dedicado a la venta de juegos y que además sumó la iniciativa de organizar encuentros en el bar del Hotel Copahue.

A pesar de las restricciones y de todo aquello que “no se pudo hacer” durante la pandemia, el surgimiento de nuevos hábitos y costumbres como consecuencia de la inesperada necesidad de quedarnos en casa se mantienen e incluso se amplían.

Los juegos de mesa se convirtieron sin dudas en una de las opciones de las familias a la hora del entretenimiento –tanto  para chicos como para  grandes-,  y por ello se piensa en una especie de vuelta al ruedo para los clásicos y modernos. 

Pero vale hacer una salvedad, en honor a la verdad, ya que con un público más que fiel, los juegos de mesa también se sostienen en el tiempo y se reinventan para satisfacer a sus  aficionados. A los de siempre. Aunque se sumen nuevos.

Joaquín Puente es uno de esos amantes del hobby, y junto a su pareja, Clara Matteucci, decidieron emprender “Conejo Blanco”, un espacio dedicado a la venta de juegos de mesa y que además sumó la iniciativa de organizar encuentros para quienes deseen participar, en el bar del Hotel Copahue.

Aficionado y apasionado

Como aficionado a los juegos de mesa, Joaquín –quien al igual que Clara es abogado-, mudados de Capital, en plena pandemia, buscaron incursionar en algo diferente de su profesión. 

Así nació Conejo Blanco,  como una  forma de “estimular el conocimiento del hobby” en  Junín, según cuenta Joaquín, pero rápidamente se sorprendió al conocer que muchos juninenses lo son también. 

“Nos sorprendió que hay gente que consume muchos juegos de mesa y los traen de Buenos Aires. Realmente no pensamos que había tantos y empezó a aparecer gente con juegos de mesa, de rol”, destacó. 

Especialmente en  Conejo Blanco, además de los  juegos de rol –surgidos en los años 70-, también se pueden encontrar los de finales de los 90, como el gran  Catan y cientos más. De hecho cuentan en tienda con más de 100 títulos a la venta: “Ninguno de los que tenemos están en jugueterías de Junín”, aseguró Joaquín.

Los juegos, para el dueño de Conejo Blanco, “son mejores experiencias, que hoy  con la vorágine de la tecnología nos olvidamos en el camino”.

Por ello recupera la importancia de “compartir en persona y cara a cara” ya que “el juego es intrínseco al ser humano, generador de cultura, amistad, historias”. Y resaltó que en esa experiencia, “uno se relaja, conecta, valora al otro, en un contexto de una ficción por un rato”.

Según Joaquín, en pandemia los juegos tuvieron un fuerte impulso: “Actualmente salen 5000 juegos de mesa nuevos por año, además de quienes se suman al hobby”, destacó.

Ludoteca y encuentro

El pasado 14 de mayo, en el bar del Hotel Copahue, Joaquín y Clara organizaron una especie de ludoteca a la que asistieron alrededor de 50 personas.

“Llevamos entre 70 y 80 juegos, y el público que se acercó estuvo entre los 20 y los 35 años”, destacó, además de aclarar que cuenta con una entrada económica “para que no sea privativo”.

Para el 11 de junio tienen previsto un nuevo encuentro, entre las 16 y las 20, también en el bar del Hotel Copahue.

Los interesados pueden consultar  en la cuenta de instagram “Conejo Blanco”.

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