Marianela Mucciolo y Roberto Navarrete son los dueños de Enigma joyas, un lugar ubicado en avenida República 926 dedicado a la fabricación de joyas de plata y oro, con marca propia.
En realidad, Enigma Joyas comenzó con el negocio de la comercialización hace más de 22 años, en lo que respecta a joyas y semijoyas, pero hace 8 años se dedican a la fabricación.
Cuentan con un local abierto al público y un equipo de emprendedoras que a través de los años encuentran en este espacio una posibilidad de salida laboral.
Además, tienen un taller de joyería propio donde producen las joyas a través de una técnica llamada fundición a la cera perdida.
En diálogo con Democracia, Marianela y Roberto expresaron: “Amamos nuestro oficio porque además de otorgarnos la dignidad propia del trabajo, nos permite vivir de lo que nos apasiona. Estamos agradecidos por este reconocimiento ya que con el tiempo todo se va perdiendo y es muy grato saber que la actividad es valorada”.
Clases
Según lo expuesto por los propietarios de Enigma Joyas, están pensando desde antes de la pandemia en poder dar clases aunque todo se complicó justamente por el contexto. Sin embargo, consideran que en un mediano plazo tendrán un lugar preparado para poder iniciar con las clases.
La fabricación
“La joyería es un oficio maravilloso que te permite crear y crecer. Nada se compara con ver a un cliente lucir algo que vos hiciste con tus propias manos”, expresaron.
“Con nuestro sistema podemos hacer joyas únicas e irrepetibles aunque a través de la moldería también podemos fabricar en serie. Si nos preguntan qué sueño tenemos hoy podríamos responder, con total seguridad, que es adquirir las dos máquinas que nos faltan en el taller para seguir mejorando los niveles productivos y poder realizar piezas que cuestan mucho terminar a mano”, dijo Marianela, y afirmó: “sabemos que con esfuerzo y constancia lo vamos a lograr”.
Tienda online
Enigma Joyas cuenta con su tienda online www.joyeriaenigma.com.ar, que se pudo potenciar a raíz de la pandemia. “Tuvimos que transformarnos para sobrevivir a la misma ya que nuestra actividad no es esencial y no la pasamos bien. Pero a pesar de todo seguimos adelante tratando de recuperar el negocio y poniendo lo mejor para que el crecimiento sea el proyectado”, señalaron.
Cabe destacar que si bien este negocio es juninense, tienen clientes provenientes de otras localidades y hasta otras provincias que los elijen para hacer “esa joya especial”.
La profesión
“Elegimos una profesión que nos permite volcar historias en una pieza de metal que es pasada de generación en generación. Para nosotros, nada se compara con eso”, señalaron.
Los propietarios de Enigma Joyas hicieron un reconocimiento a gente que los ayudó en el camino, “que no fue fácil”, aseguraron. “¡A todos ellos, ¡gracias! Porque cada uno dejó un poco de su sabiduría en nosotros”, destacaron.
“Desde un joyero de Uruguay que viajaba hace 8 años a enseñarnos técnicas para incrementar los conocimientos que teníamos de la escuela de joyería; hasta uno de los empresarios más exitosos de Junín quien nos ofreció su mentoría por un año para capacitarnos en la parte de industria”, mencionaron.
También agradecieron a sus propias familias, que los apoyaron en cada paso que daban, que en los momentos más difíciles estaban ahí, para que ellos no bajaran los brazos.
“Todo eso es Enigma joyas. Una mezcla de emociones, trabajo y yo diría... una forma de vivir”, manifestó Marianela.
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