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Bragado pasó de 26 a más de 400 casos confirmados de Covid-19 en un mes.
EL DRAMA EN LA PROVINCIA

Crece el impacto del Covid-19 en los pueblos y las ciudades del interior bonaerense

Los casos positivos se triplicaron en un mes y temen por la repercusión de los brotes en los sistemas sanitarios de la zona y en las poblaciones con altos porcentajes de adultos mayores.

La “primavera” duró poco: durante los últimos días de julio el Bragado Club retomó todas sus actividades con excepción de la pileta. Parecían haber quedado bien atrás los días de marzo en que la institución, junto la cooperadora del hospital San Luis, organizó una colecta para sumar dos respiradores a ese nosocomio ante la amenaza del coronavirus. Cuando el Bragado Club se volvió a poblar de voces y movimiento, cuenta su presidente, Sergio “Napo” Molina, el virus era algo lejano para muchos bragadenses, algo de lo que hablaba la televisión. 
Pero con la llegada de agosto las cosas cambiaron drásticamente. El partido, de 41.000 habitantes, pasó de 26 a más de 400 casos confirmados de Covid-19 en un mes y sumaba hasta ayer 14 muertos a causa de la enfermedad.
La situación que se vive en Bragado se replica por estos días, en distintos grados, en varios distritos del interior bonaerense, una región en la que el coronavirus comenzó a expandirse con mayor velocidad en agosto, al mismo tiempo en que el ritmo de contagios en el AMBA –la zona más comprometida- tiende a reducirse, aunque todavía con niveles altos de casos.
Este escenario genera una fuerte preocupación, ya que la infraestructura sanitaria de la mayoría de los distritos bonaerenses no tiene la envergadura propia de la del Gran Buenos Aires y ya hay algunos en que los brotes comprometen la capacidad de respuesta del sistema. 
Al mismo tiempo, impacta fuerte en comunidades que hasta ahora habían visto a la pandemia de lejos y que, en algunos casos, según reconocen sus referentes, estaban “relajadas” y en fases con altos niveles de actividad. Otro factor que preocupa es que se trata, en muchos casos, de poblaciones con fuerte presencia de adultos mayores.

“Fue todo tan rápido” 
El último miércoles a la mañana siete de las ocho camas de terapia intensiva del hospital San Luis de Bragado estaban ocupadas, según le cuenta a este diario Gustavo Echave, director asociado de ese nosocomio. Fue el momento más crítico de la semana en el marco del brote de coronavirus que vive la Ciudad, donde en los últimos días se registraron 14 muertes a causa de la enfermedad. Un brote que si por algo sorprende es por su velocidad, según destaca Echave: “Teníamos un plan de contingencia, y fue todo tan rápido que nos lo desbarató en tres días”, indica.
Ahora, la mayor preocupación en el hospital es el refuerzo del personal de salud, dice Echave: “Lo que más nos preocupa es el recurso humano, porque tanto en la terapia como en las emergencias se está trabajando sin pausa. El problema en los municipios del interior es que no hay especialistas: pido terapistas y no hay, pido enfermeros de terapia y tampoco. En este momento apuramos la formación de estudiantes de enfermería para reforzar y hay clínicos y médicos de guardia que colaboran con la unidad de cuidados críticos”, indica Echave.
Para el médico, “la expansión del coronavirus en las distintas ciudades y pueblos del interior de la Provincia tienen cosas en común: empiezan con algún trabajador esencial –generalmente policía o de salud- que viaja al AMBA y contrae el virus y después se registra un brote. En un menor número de casos, el primer contagio se produce a partir de algún paciente que es derivado a centros sanitarios de mayor complejidad del AMBA.
“En este último caso, en Bragado hubo un brote que se detectó en un frigorífico y después aparecieron otros en casi todos lados en un momento en que estábamos en Fase cinco y había muchas reuniones sociales, la población estaba relajada. Y yo creo que en el interior provincial está pasando algo parecido a lo que pasa en España: los chicos no se cuidan, hacen fiestas y reuniones”, dice Echave.
Otro de los problemas que se detectan en la zona es que “hay centros para el aislamiento de los casos leves y sin embargo la gente no se quiere aislar. Entiendo que es por una cuestión cultural, pero lo cierto es que los resultados de los hisopados demoran y mientras tanto los contagios siguen. Y lo que nos pasa a nosotros es que no tenemos la infraestructura sanitaria del AMBA. Acá tenemos un hospital en el que se duplicaron las camas de terapia y se cuadruplicaron las de las salas. Y una clínica privada. Pero esto avanza muy rápido y pone en crisis los recursos de los que disponemos. Podemos poner más camas e incorporar más respiradores. Pero el problema es el personal especializado, que escasea en todos lados y más en el interior”.

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