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EL ARTE EN LA PIEL

Cada vez son más los juninenses que se animan a los tatuajes grandes

El "fenómeno Tinelli" implicó que los pedidos ahora sean para cubrir gran parte del cuerpo. "Hará cuatro años que no paro de hacer mangas, brazos completos…esos ya son tatuajes que no se pueden esconder", resalta un tatuador radicado en Junín.

El arte del tatuaje se ha extendido a un público más amplio y a todas las edades. Alberto González Mejías y Walter Rodríguez, tatuadores de Junín, cuentan los cambios que llevaron a la proliferación de los tatuajes y el entusiasmo que muestra el público en general, de cualquier edad, posición económica y profesión.
Si bien aún persisten prejuicios frente a las personas tatuadas y al tatuaje en sí, los tatuadores coinciden en que el tatuaje masivo en el país comenzó hace una década. El punto de inflexión, convienen, fue cuando el conductor televisivo Marcelo Tinelli, decidió hacerse un tatuaje y mostrarlo ante las cámaras.
Tras ello, quedó lejos la mirada que asociaba a los tatuajes con la delincuencia y la marginalidad.
Las motivaciones que llevan a las personas a tatuarse son muy variadas: están quienes deciden hacerlo por un mero gusto estético, quienes han pasado por una situación dolorosa y quieren tener una marca que rememore ese momento y quienes también se tatúan algo vinculado con equipos de fútbol, bandas de músicos, personajes de cine, entre muchos otros.

Autodidactas
Tanto Alberto González Mejías como Walter Rodríguez coinciden en la mayoría de los tatuadores son autodidactas. Es que "ser tatuador no se estudia en ningún lado", reconocen.
Si bien actualmente existen muchos cursos y convenciones de tatuadores, ser un artista del tatuaje viene desde chicos y comienza con la pasión por el dibujo y se aprende mediante la experiencia.
Alberto González Mejías de “Cuba Tatoo”, comenzó desde chico a dibujar y años más tarde en su Cuba natal, luego de salir del servicio militar obligatorio, compró su primera máquina para realizar tatuajes a los 21 años. Hace siete años y medio que se instaló en Junín y abrió su primer local donde tatúa entre dos y tres personas por día.
“El tatuaje para mí es un arte que llevo desde chico. Se aprende a través de la experiencia, primero tatuando a los amigos y haciendo cosas chicas y luego vas haciendo cada vez un poco más y encontrando lo que te gusta. Es un aprendizaje constante”, cuenta Alberto.
Walter Rodríguez comenzó a tatuar hace 18 años, aunque siempre le gustó siempre el dibujo y la pintura lo que lo llevo a interesarse por el arte del tatuaje.
“Mis amigos me incentivaron a que empiece con esta actividad, me compré mi primer máquina y el que me la vendió me explicó cómo se usaba y así arranque. Hoy en día hay cursos, pero como es un arte yo sostengo que no es algo que se pueda desarrollar de un día para el otro, vas aprendiendo con la experiencia”.

Ampliación del público y de las edades
El público que se tatúa ha cambiado en los últimos años.
Hoy en día, y gracias a la difusión que se le da a los tatuajes en redes sociales y medios de comunicación, el tatuaje es socialmente aceptado. El avance de las técnicas y las condiciones de asepsia han aportado también a que cada vez más gente se anime a inmortalizar un dibujo en su piel.
“Al principio cuando empecé a tatuar en Junín la gente era más conservadora, se tatuaba pero en partes donde no se veía, pero cuando se empezó a tatuar Tinelli, se desbordó todo. Más o menos hará cuatro años que no paro de hacer mangas, brazos completos…esos ya son tatuajes que no se pueden esconder. También son cada vez más las mujeres que se tatúan en zonas que son súper visibles”, cuenta Alberto Mejías.
En el mismo sentido, Walter Rodríguez apunta que cambió muchísimo la percepción social sobre los tatuajes “Los medios han ayudado a cambiar un poco la idea que se tenía antes que el que se tatuaba era un delincuente o un drogadicto. Yo creo que hay un antes y un después desde que Tinelli apareció con una manga tatuada, dejaron de ser los delincuentes tatuados para pasar a ser los exitosos tatuados. Eso le cambió la cabeza a medio país”.
“En el tema de lo laboral se ha ampliado muchísimo la aceptación de los tatuajes, creo que la gente se está dando cuenta que por estar tatuado no vas a ser peor o mejor persona. Por ejemplo, yo ahora tengo muchos clientes que son policías y están tatuados, eso antes era impensado”, agrega Walter.
El rango de edad de las personas que se tatúan se ha ampliado desde los más jóvenes hasta personas de sesenta o setenta años.
“La mayoría de la gente que se tatúa es está entre los 18 y los 30, pero también es increíble la cantidad de menores de edad que se quieren tatuar, en ese caso pedimos que vengan con el padre o la madre para que firme un consentimiento. También he tatuado gente más grande, de 50, 60 y hasta de 70 años. En este caso muchos se quieren tatuar las iniciales de sus nietos. Acá muchos vienen y se desahogan, más cuando el motivo del tatuaje tiene un significado importante para la persona. Yo creo que al tatuaje algunas personas lo toman como algo que los libera. He tenido por ejemplo muchas madres que se han tatuado el rostro de un hijo que perdieron”, cuenta Alberto González Mejías.
En la misma línea, Walter Rodríguez coincide en la apertura del rango de edades. “El tema de las edades se ha ampliado muchísimo, estoy tatuando gente grande, de 70 años o más, por ahí toda su vida le gustó y como era tabú no lo hizo y ahora se anima. Siempre recuerdo una anécdota, de una mujer de 86 años en Nueva York en 2001, con un gran tatoo, me quedé sorprendido en ese momento, pero creo que esa apertura acá en Argentina se multiplicó muchísimo en los últimos años. Desde el 2006 ya no tatúo menores. En uno de mis viajes a Estados Unidos, vi que allí está prohibido tatuar menores, entonces decidí no hacerlo más. Sinceramente me cansé de tener que lidiar con los padres y con los problemas que surgen cuando tatúo a un menor”, sostiene Walter.

Tendencias
Si bien el tatuaje es una cuestión muy personal relacionada al gusto estético de cada persona, los tatuadores coinciden que algunas modas se imponen como copia a los tatuajes que se realizan personas famosas.
“Quienes marcan la tendencia son los famosos. Ven por ejemplo a Candelaria Tinelli con una frase y vienen a hacerse lo mismo. Últimamente está lo que se conoce como ´fashiontatoo´, sobre todo las chicas se tatúan nombres en inglés, frases, plumitas y cosas chiquitas”, explica Alberto González Mejías.
“Aunque hay una tendencia muy argentina, que es tatuarse letras de canciones de música y también todo lo relacionado a equipos de fútbol”, agrega Alberto.
Tomar la decisión de hacerse un tatuaje implica tiempo, tanto para asimilar que queda una marca que no se puede borrar como para optar por un diseño que represente o tenga un significado especial para la persona que lo va a llevar.
“La gente tiene que entender que el tatuaje no es una moda, porque es algo que te queda para toda la vida, siempre trato que los clientes piensen bien y ayudarlos a concluir una idea”, finaliza Walter Rodríguez. 

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