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IRÁN

Una marea humana en la despedida de Qasem Soleimani

Entre llantos, gritos de “ni mediación ni rendición” y promesas de venganza difundidas a todo volumen por parlantes, cientos de miles de personas, millones según las autoridades, despidieron ayer al comandante más poderoso de Irán, Qasem Soleimani, asesinado el viernes en un ataque estadounidense en Irak, en un funeral multitudinario que hizo recordar al del ayatollah y fundador de la República Islámica, Ruhollah Jomeini.
La jornada comenzó a primera hora con una ceremonia religiosa en un galpón abarrotado y techado de la Universidad de Teherán, donde la cúpula de la República Islámica, con el ayatollah y sucesor de Jomeini, Ali Jamenei, encabezó los rezos frente a seis ataúdes, cinco enfundados en banderas iraníes y uno, en una iraquí.
Jamenei, quien lloró varias veces y se le quebró la voz al mencionar a Soleimani, reiteró su promesa de impartir “una dura venganza” contra los responsables de la muerte del influyente comandante, informó la agencia de noticias EFE.

Aunque la ceremonia estaba dirigida al líder de la Fuerza Quds, la fuerza de operaciones especiales de la Guardia Revolucionaria Islámica, Soleimani, el presidente, Hasan Rohani; el titular del Parlamento, Ali Lariyani y el jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisi, entre otros, también despidieron a los otro cuatro militares iraníes que fallecieron en el bombardeo estadounidense y al miliciano y hombre de Teherán en Irak, Abu Mahdi al Muhandis.
En las exequias también estuvieron el jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hosein Salami, y el jefe de Hamas, Ismail Haniyeh.

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