El presente de Leo Fernández en Rojas: trabajos de pintura.
El presente de Leo Fernández en Rojas: trabajos de pintura.
HISTORIAS DE RESILIENCIA

Volver a empezar: los vecinos de la Región que cambiaron de trabajo por la pandemia

En diálogo con Democracia, ciudadanos de General Arenales, Lincoln y Rojas brindaron sus testimonios sobre los desafíos que tuvieron que afrontar al verse imposibilitados de seguir con sus trabajos por la situación sanitaria; al mismo tiempo, relatan cómo pudieron reinventarse.

La pandemia de coronavirus afectó a todo el mundo y, ciertamente, modificó numerosas actividades comerciales. En diálogo con Democracia, vecinos de General Arenales, Lincoln y Rojas comentaron los desafíos que tuvieron que afrontar al verse imposibilitados de seguir con sus trabajos por la situación sanitaria. Algunos ansían reanudar y otros se encuentran cómodos con su nuevo emprendimiento.

"Siento que tomé la decisión correcta"

Uno de los testimonios recolectados por este diario es el de Santiago Serrano (24), entrenador personal que, en 2016, con apenas 19 años, abrió las puertas de un gimnasio en General Arenales. Realizó capacitaciones en preparación física y diferentes actividades como Spinning, Entrenamiento Funcional, HIIT y Gimnasia Localizada. Antes de la pandemia, en el gimnasio contaban con tres salas: una de musculación, donde están todos los aparatos y fierros, una de entrenamiento funcional donde se realizan circuitos y una sala de Spinning. A veces, brindaban clases de Zumba, Taekwondo, Kick o Boxeo como para fomentar otras actividades.

“Siempre se mantuvo un número de clientes promedio a los 70 u 80 alumnos mensuales, a veces con altos y bajos, dependiendo las épocas del año, dentro del staff de trabajo hay una profesora de Educación Física que está en el área de entrenamiento funcional y también en la sala de musculación y también estoy yo a cargo de esta última sala y de Spinning”, contó Santiago y agregó que “los primeros meses de pandemia fueron duros, muy difíciles, nos encontramos con que de un día para el otro no podíamos trabajar más en el gimnasio y eso generó mucha angustia, incertidumbre, no saber qué pasaría con el rubro, si volvería a abrir o no y a eso se juntó lo económico, llegó un punto en donde me encontré con la tarea de sobrevivir y hacer sobrevivir el negocio: alquileres, impuestos, inversiones que había realizado poco tiempo antes de la pandemia para poder trabajar mejor y brindar mejor servicio”.

“Cuando vi que el panorama iba a ser tener el gimnasio cerrado mucho tiempo, empecé con alquilar los elementos para que los alumnos entrenen en sus casas: mancuernas, pesas, colchonetas, cintas de caminar, bicicletas fijas y con eso pude mantener en pie el negocio. Por otro lado, un día que fui al gimnasio a sacar unas bicicletas para alquilar y vi que en el mostrador quedaban diez barritas de cereal que siempre vendí en el gimnasio; las oferté a una alumna y las compró, después contacté a mi proveedor, le conté la situación y compré tres cajas de barritas de cereal y una de alfajores”, contó Santiago y añadió: “salí a ofertarlas a particulares, las vendí, compré mas cajas y me animé a entrar en algunos negocios a ofertar, ahí me di cuenta de que había un rebusque, a la semana contacté por email a una fábrica de snacks de Junín, con la idea de un nuevo emprendimiento, me dieron una buena respuesta y comencé a comprar mercadería y ofrecer en los negocios de General Arenales”.

Santiago contó a Democracia también que la respuesta fue buena, que había comenzado como una  suerte de distribución. “Me entusiasmé y seguí haciendo lo mismo en pueblos cercanos como Vedia, Ferré, Ascensión, La angelita, y eso fue lo que me mantuvo en pie durante el cierre del gimnasio. La actividad que estoy realizando es la venta de esta mercadería, que por suerte marcha bien, fue algo impensado que surgió para bien, hoy en día el balance es bueno, luego de pasar por momentos de frustración, donde sinceramente no sabía cómo hacer, estoy un  90 por ciento seguro de que tomé la decisión correcta respecto de aguantar como se pudo el gimnasio y en buscar otras alternativas paralelas a mi rubro”. 

“La idea es volver a abrir el gimnasio cuando todo esto pase, soy joven y tengo muchas ganas de seguir trabajando y volver a mi rubro, poder trabajar al máximo con cada alumno, concientizar que el deporte y la actividad física, en las intensidades que sea, es salud”, cerró.

“Sabemos que no va a ser lo mismo que antes”

Fabián Cataldo (53) es el responsable de una empresa de catering de Lincoln y durante 16 años trabajó cada viernes y sábados en fiestas, cumpleaños de 15, casamientos, eventos empresariales, eventos sociales. Para una fiesta de 100 personas, requería de diez trabajadores: mozos, personal de cocina, parrillero, personal de bebidas y de logística.

“El primer mes no hicimos nada, pensábamos que iba a pasar pronto, que iban a ser quince o veinte días, habíamos reprogramado fiestas, después vimos que iba para largo y empezamos con la modalidad de delivery, trasladamos nuestro menú a delivery; la vida continuó trabajando, con menos ingreso, la idea era tener el dinero que necesitábamos para pagar los gastos del catering: alquiler de galpones, seguro del vehículo, personal fijo, porque para las fiestas se hacen contrataciones por noche, teníamos que mantener los gastos”, contó Fabián a este medio y agregó que “la decisión fue acertada, la gente nos acompañó, gracias a Dios, nosotros hace 16 años que estamos en el rubro. Conocimos mucha gente más por el delivery, pudimos pagar todo, no es momento para hacer plata hoy en día en Argentina, desde junio de 2018 que no podemos hacer plata, sino para mantener el negocio y pagar gastos, somos felices pagando gastos y sin deudas”.

“Queremos reanudar cuando todo esto pase, es lo que me enseñaron mis padres, tenía 15 años cuando trabajé en la primera fiesta, es lo que sé hacer. Toda mi vida lo hice, estoy ansioso por que empiecen las fiestas. Tuvimos veinte días donde se pudieron hacer eventos, terminamos compromisos del año pasado, se habían reprogramado cumpleaños de 15, las nenas habían cumplido 16, van para 17. Se han devuelto señas gracias a Dios, devolvimos el 100% a la gente que no quiso hacer los eventos. Ahora estamos esperando volver a la vida normal, creemos que para septiembre y octubre va a haber más gente vacunada, los días van a estar más lindos para hacer eventos, hoy si se pudiese abrir el salón tendría que estar aireado y son noches muy frías”, dijo Fabián.

“Esperamos con ansias volver, pero sabemos que no va a ser lo mismo que antes. Teníamos todos los años egresos de 600 o 700 personas, fiestas de 200 personas, eso ya no va volver a ser así, va a ser todo mucho más chico. Ya falta poco”, cerró. 

“Levantar la cabeza y seguir”

“Empecé a ser DJ cuando era adolescente, casi jugando, y luego se convirtió en mi trabajo. Con el tiempo le agregué otro servicio como fotos y video, cuando me quise acordar habían pasado más de 30 años dedicándome a ese rubro. Con la pandemia, de golpe y porrazo, nos quedamos sin trabajo. Primero pensamos que esto se iba a resolver en 20 o 30 días, después empezamos a mirar la situación con otra cara, con preocupación, incertidumbre, habíamos empezado a consumir parte de los ahorros, pensé en empezar a mover otras fichas, pero uno nunca se imagina quedarse sin trabajo con una trayectoria de más de 30 años”, contó Leonardo Fernández (47) desde Rojas a este diario.

“Primero intenté hacer viajes de larga distancia con el auto, que reunía las condiciones para hacerlo, ese tema se complicó; después intenté empezar a manejar un camión, no salió como esperábamos, yo ya hacía trabajos de pintura en forma casera, pintaba casas de familiares, amigos, pero no era mi trabajo, mi mujer me dijo que hiciera una publicación en las redes, me hice un logo y encaré. Esa publicación hizo que explotara, por suerte desde esa publicación no he parado, nunca se cortó el trabajo de pintura y hoy estoy muy abocado a esto” relató Leo y añadió: “primero encaré solo y después tuve que incorporar a alguien que me ayudara, porque los trabajos se complicaron un poquito más, dejó de ser un intento y esto se quedó como algo fijo, como una posibilidad seria de trabajo”.

“A veces coqueteo con volver a mi viejo trabajo cuando se pueda, pero la verdad es que lo estoy pensando, pude descubrir que con este nuevo trabajo me siento muy bien, tengo el deseo de seguir aprendiendo, actualizarme, siempre hay cosas para agregar, equipamiento para comprar, hacer alguna pequeña inversión, no me desespera pensar en cuándo volverá mi viejo trabajo. Llegado el caso haré la evaluación que corresponda, pero me siento muy cómodo con este nuevo emprendimiento”, dijo Leo con entusiasmo y agregó: “Invito a todos mis colegas, a quienes hayan  pasado por esto, a que levanten la mirada, siempre hay algo para hacer. El que quiere puede, te  lo puedo confirmar. Siempre tuve el deseo de salir delante de cualquier situación, no es la primera vez que me pasa, hay que levantar la cabeza y encarar. Con trabajo, honestidad y dedicación, las cosas van a salir bien. Esto recién empieza”.

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