RECONOCIDA POR SU PERSONAJE LA VOLÁTIL

La exitosa escritora e ilustradora que nació en Chacabuco y brilla en España

A sus 40 años, Agustina Guerrero ya publicó siete libros que se distribuyeron en países como Rusia, Italia, Alemania, Estados Unidos y gran parte de Latinoamérica y, además, se tradujeron en varias lenguas. Sus dibujos están presentes en postales, libretas, tazas y remeras.

Luego de comenzar sus estudios como diseñadora gráfica en la Universidad de Buenos Aires, Agustina Guerrero (40) decidió emigrar a España. Allí, después de vivir en varias ciudades, se instaló en Barcelona, decidió continuar sus estudios y empezó su carrera como ilustradora de cuentos infantiles. Un par de años después saltó a la fama con “La Volátil”, un personaje de historieta que reflejaba su alter ego. 

“El hecho de que La Volátil se diera a conocer, no fue una decisión pensada, sino accidentada. En ese momento, yo tenía un Flickr y Facebook donde publicaba algunos dibujos. Y también tenía mi diario íntimo donde, en vez de escribir, tenía todo lo que sentía representado en viñetas”, relató Agustina y agregó “un día entraron a mi casa y me robaron todo, se llevaron mi computadora donde estaban todos mis dibujos. Solo me quedó mi diario y una computadora vieja. Y ahí empecé a colgar los dibujos que estaban en mi diario. Y tuvieron buena repercusión, me empezaron a escribir, y entonces colgué otro y otro. Le hice una Fanpage y fue creciendo y fui publicando periódicamente hasta que me llamó la editorial Penguin Random House para proponerme hacer un libro”. 

Los dibujos que estaban en el diario íntimo de Agustina correspondían al personaje “La Volátil”, así llamaba ella a esta “treintañera con camiseta de rayas que ve el mundo muy a su manera”. Sin embargo, el primer libro de la chacabuquense no fue La Volátil, sino Nina, un personaje dirigido a los adolescentes. Pero Agustina no se lograba identificar y La Volátil seguía creciendo en las redes. 

“Nina no me pertenecía tanto. Además, tenía que volver a mi adolescencia y estaba muy restringido con las temáticas. No tenía la libertad de hablar para hablar de lo que quisiese, mientras que con La Volátil sí”, explicó Guerrero y aseguró que cuando salió Diario de una Volátil “fue el inicio de toda mi trayectoria”.

Luego, la ilustradora quedó embarazada y publicó Mamma Mía, donde con La Volátil pudo hacer todo el proceso de su embarazo.

Después llegó Érase Una Vez, donde comenzó a indagar en lo que es la novela gráfica, ya que no son viñetas sueltas como los otros, sino que es una historia con inicio y final. Luego vino A Calzón Quitado y por último se publicaron El Viaje y La Compañera.

“De los dos últimos libros me siento más orgullosa porque logro ver una gran evolución a nivel gráfico y narrativo, y donde veo un crecimiento hasta en el formato”, explicó Agustina y manifestó que “con El Viaje se me abrió un mundo, entonces a la hora de pensar en hacer el nuevo libro, pensé en un personaje que aparece en ese libro y es mi sombra, aparece como mi herida que estoy abrazando. Cuando lo volví a ver al cabo de unos meses, vi a ese dúo muy potente y que podía sacar mucho más de ahí. Y dándole vueltas a la idea, nació La Compañera que es un recorrido hacia la memoria y los recuerdos. Ella es una especie de mi sombra, mi yo sabio, digamos, que viene a incomodarme y a decirme ´vamos a hacer un recorrido por momentos que te cuesta volver´¨. Luego, la ilustradora mencionó que “ahí es donde hablo del aborto voluntario e involuntario, de la ansiedad, insomnio, de los ataques de pánico”. Y remarcó que se considera una feminista en constante aprendizaje. “Sé que tengo una herramienta poderosa y la utilizo para poder hablar de ciertos temas. Al principio yo hablaba de la menstruación y los pelos, cositas más banales, y ahora llegué a hablar hasta del aborto, me animé a hablar de temas más duros”. Y en relación a su último libro, Guerrero explicó que “es más un viaje hacia los recuerdos donde aparece mucho Chacabuco y mi abuela, pero también hablo del síndrome de la impostora que lo sufro mucho, de los abusos hacia las mujeres, de la muerte y el duelo. Ahora me meto con todo y de la manera que lo siento”, aseguró.  

En cuanto a su público, Agustina reconoció que “un alto porcentaje es femenino” y que al principio publicaba cosas sin ser muy consciente de la exposición y de lo que le llegaba a generar. “Cuando publiqué mi segundo libro evitaba hacer presentaciones y entrevistas. No quería mostrarme y me empezaron a venir un montón de fantasmas, miedos e inseguridades. Recibía algunos comentarios que no eran lindos y eso me hizo que me alejara un poco de toda esa exposición”, reveló y afirmó que, recién con La Compañera realizó su primera presentación en Madrid. “Ese cambio fue porque en los dos últimos libros me muestro más insegura, muestro todas mis flaquezas y esa inseguridad a mí me dio mucha seguridad y fuerza”. 

En relación a Chacabuco, Agustina explicó que cada vez que viaja decide estar con su familia y amigos, y disfrutar de estar de vacaciones. “En Chacabuco soy Agustina, no soy la creadora del personaje ni nada”, aclaró y aseguró que, aunque para ella es un lugar hermoso, que le da algo que no encuentra en otra ciudad, le costaría mucho volver, porque todo su desarrollo como mujer lo vivió en España. “Cuando vuelvo a Chacabuco veo en mis amigos la felicidad, las amistades siguen siendo iguales, y yo soy la Agustina de siempre. Veo que se emocionan por mí, porque saben lo mucho que trabajé, entonces hay un reconocimiento de parte de ellos que me hace muy feliz”.

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