La Justicia Federal dejó firme la condena a 10 años de prisión para seis policías bonaerenses por haber secuestrado a un hombre al que amenazaron con cortarle un dedo en 2017, en La Matanza, y cuya captura planificaron a través de conversaciones en un grupo de WhatsApp al que titularon "Ponela Tío" porque consideraban que un familiar, al que acusaban de narco, debía pagar un rescate de 60.000 pesos.
La Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó las penas que en marzo de 2019 recayeron sobre Alejandro Gabriel Gómez, María Florencia Romero, Matías Ezequiel Brítez, Juan Leonel Peña, Sebastián Alfredo Renversade y Gabriel Alejandro Rodríguez, todos ellos oficiales de la Policía Local de La Matanza que llegaron detenidos al debate oral.
Los policías continuarán detenidos por el delito de "secuestro extorsivo agravado por el empleo de armas de fuego, por resultar los participantes agentes de una fuerza de seguridad y por el número de intervinientes".
Con armas y uniformes policiales
Según la acusación, aquel día, el hombre caminaba junto a una vecina por la calle Vilela, cuando fue interceptado por un patrullero de la Policía Local de La Matanza, del que descendieron Peña y Gómez –con sus armas reglamentarias y uniformes-, lo golpearon y lo obligaron a subir al vehículo. En ese momento, uno de los efectivos le refirió: "Sabemos que sos transa, sabemos que tu papá es transa, llamá a tu papá para pedirle dinero". Para los jueces, esa maniobra contó con el apoyo de Brítez y Romero, quienes también estaban uniformados, armados y se desplazaban en otro móvil policial.
La víctima, quien les había respondido que su padre estaba muerto, fue trasladada a un descampado, situado en el kilómetro 40 de Virrey del Pino. Una vez en el baldío, al hombre lo obligaron a llamar a un amigo para que pagase un rescate de 60.000 pesos. Dicha comunicación se efectuó a través del servicio de llamadas de la aplicación de mensajería WhatsApp y en el cual habían armado el grupo mencionado.
Graves amenazas
Durante su cautiverio, los patrulleros –tres en total- iban y venían, mientras que algunos de los efectivos golpeaban a la víctima, lo amenazaban con cortarle un dedo, le sacaron una foto e, inclusive, Gómez disparó dos veces contra el suelo cerca de donde estaba parado el joven.
Finalmente, dado que el amigo de la víctima no había conseguido el dinero, esta se ofreció a juntar el rescate y dárselos al día siguiente, por lo que, alrededor de las 20.45, lo volvieron a subir a uno de los patrulleros y lo liberaron a cuadras del descampado.
Tras sus detenciones y al ser indagados en la etapa de instrucción, algunos de los imputados se refirieron al hecho como un "procedimiento" por comercialización de estupefacientes, uno se negó a declarar y otros argumentaron que se trataba de una represalia por haber desbaratado una red de proveedores de narcóticos.
¿Qué decía el chat?
El grupo de WhatsApp "Ponela Tío" armado por los 6 policías fue creado cuatro días antes del hecho y estos son algunos de los mensajes:
Renversade: Que la ponga que lo vamos a hacer mierda. Dale un corcho en el dedo chiquito de la mano. Sacale foto al pibe. (Allí, Peña envía la fotografía de la víctima).
Más tarde, cuando los policías sospechaban que ya habían sido descubiertos iniciaron un nuevo diálogo donde se advertían que debían liberar a la víctima.
- Renversade: "Largalo ya se pudrió".
- Gómez: ¿Qué pasó?
- Renversade: Ya lárgalo. Nos denunciaron.
- Rodríguez: Ahí hablé, ahí hablé con el chabón, para mañana está, decile al pibe que mañana, mañana la ponga, decile que mañana la ponga.
- Renversade: Largalo y váyanse. Dale, dale...
- Marimar: Ya lo estamos largando, nosotros nos vamos a lavar el móvil.
- Renversade: Ya estoy en la cria. Llamaron a fiscalía.
- Gómez: Largaloo.
- Renversade: Fiscalía. Saben todo.
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