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MARKETING APLICADO

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El poder simbólico.

Esta semana el intendente fue criticado en algunos medios por destacar la inminente, o no tan inminente, llegada de una reconocida hamburguersería a nuestra ciudad. En la columna de hoy me refiero a un aspecto fundamental de las marcas en su poder de influencia sobre las personas, ese mismo poder que utiliza el mandatario para llevar “agua para su molino”. 

Tan solo 4 columnas y un cartel que promete el desembarco le fueron suficientes a PP para levantar el tema en sus redes, lanzando un videito con la idea de pegarse a este suceso y venderlo como un logro de su gestión. 

Si bien todo nuevo emprendimiento privado es digno de celebración, básicamente porque genera puestos de trabajo, me pregunto si sucedería lo mismo en el caso de que no se tratara de una marca conocida con alto fuego publicitario. Una fábrica de cajas, por ejemplo. ¿Se imaginan la misma venta gubernamental? 

Está claro que en este caso no solo se mide la repercusión de esta marca como impacto económico (habría que analizarlo), sino algo que va más allá y está en el óden simbólico.

Se trata de insignias que despiertan un atractivo especial, una sensación de pertenencia a un grupo de ciudades que poseen rasgos capitalinos. Lo mismo nos sucedió con un viejo anhelo de algunas generaciones, aquel deseo de que lleguase Mcdonalds, porque en el imaginario colectivo no tener los arcos dorados en Junín nos condenaba a ser un pueblo de rango menor. 

Se trata de un esnobismo social y comercial, una admiración que trasciende el movimiento que puedan producir las hamburguesas. Una vinculación política utilitaria que busca un golpe de efecto positivo capitalizando la inversión que oportunamente realizó un emprendedor del conurbano que decidió con fuerza competirle a Mcdonalds, y lo logró, posicionando un objeto de deseo, un emblema comercial que hoy despierta interés. 

Solo nos resta esperar un tiempo más para ver brillar ese deseado cartel sobre la Av. Circunvalación. Una foto buscada por este o cualquier otro jefe de gobierno que, en pos de elevar su posicionamiento, apela al poder de fuego de todo lo que tenga a mano. 

Es ese el poder de las marcas, la influencia para despertar comportamientos, administrar expectativas y modelar opiniones. ¡Qué bueno, llega Mostaza!

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