La oposición acelera al compás de las pugnas en el oficialismo
LA PROVINCIA

La oposición acelera al compás de las pugnas en el oficialismo

En medio de los desbarajustes oficiales, la oposición aceleró su propio proceso interno. El reflejo de aquella disputa en el poder empuja a los socios de Juntos a tentarse con anticipar movimientos, agigantados por la sensación de que acaso en 2023 vuelvan a contar con el favor ciudadano que le hizo un guiño parcial en las legislativas el año pasado.
El PRO es el teatro de operaciones de los principales reacomodamientos. Patricia Bullrich, decidida a ser candidata presidencial, acaba de armar su mesa política bonaerense. La novedad es que no sólo juntó a los halcones de su espacio, sino que acaba de tejer un acuerdo con el expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó.
Bullrich también bajó la orden de armar en todos los distritos de la Provincia para enfrentar a Horacio Rodríguez Larreta. “Lo vamos a hacer nosotros, no queremos comprar nada llave en mano”, definen. Acaso estén apuntando al coqueteo que estaría ensayando el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, quien con ganas de ser gobernador parece haber roto su vínculo con Diego Santilli, el hombre que para el principal distrito del país eligió el alcalde porteño. Cerca de la exministra no descartan una coincidencia con Grindetti, pero en todo caso será producto de un proceso político al que le resta transitar un largo trecho.
Bullrich, por las dudas, acaba de afirmar que no será candidata a gobernadora ni a jefa de Gobierno en Capital Federal. “Ni aunque se lo pida Mauricio”, dicen cerca de la presidenta del PRO. Mauricio, claro, es Macri. Alguien incluso le escuchó decir hace un tiempo que el único destino político que anhela es la Casa Rosada.
El desafío bonaerense es crucial para el armado de Bullrich. En esa carrera, Larreta le saca ventaja con un candidato ya instalado como Santilli. Pero la ex ministra está buscando ampliar la base de sustentación de su espacio. Y allí emerge la figura de Monzó: será el encargado, entre otros menesteres, de tentar al radicalismo.
Hoy no parecería probable que la UCR vaya a avanzar en esa dirección. Más aún cuando tiene lanzados para la carrera presidencial tanto a Facundo Manes como a Gerardo Morales. Pero cerca de Bullrich detectaron una señal: el radical mendocino Alfredo Cornejo acaba de admitir que analiza acompañar en la fórmula presidencial a la exministra.
Santilli también decidió profundizar su propio armado en medio de la aparición de desafíos, algunos impensados, como es el caso de Grindetti. O el de su amigo, el vidalista Cristian Ritondo. El diputado nacional acaba de lanzar, conjugando apelativo propio e intenciones, el plan “Colo-nizar”, que apunta a ir diseñando estructuras propias en todos aquellos distritos en los que, producto del acuerdo con la UCR en Juntos, quedaron monopolizados por los radicales. 
En el PRO los preparativos son para la pelea. Y en la Provincia se daría en todas y cada una de las comunas. Habrá que ver cómo sintetiza la UCR su propia disputa interna nacional que derramará en territorio bonaerense. Y si la disputa en Juntos será entre tres espacios.

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