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Roberto “Tito” Biurrun fue un destacado basquetbolista y con su hermano conformó una dupla icónica de Argentino.
RECONOCIDO EXBASQUETBOLISTA Y PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA

“Tito” Biurrun: “La actividad física es una forma de vida”

Junto con su hermano conformó una dupla histórica en Argentino. Jugó hasta los 45 años y ejerció la docencia hasta casi sus 70. Asegura que “la actividad física da una mejor calidad de vida” y que el deporte “da herramientas para la vida”.

Los recuerdos de RobertoTitoBiurrun con el básquet llegan hasta su niñez, cuando jugaba en la vereda del barrio Las Morochas, en unos aros que había hecho su padre.
Después se incorporó a la vida deportiva y con su hermano “Quique” conformó una dupla que llevó a Argentino a lo más alto del básquetbol local y regional, y terminó defendiendo esa camiseta hasta sus 45 años.
Además, fue un destacado profesor de educación física, que dio clases en numerosas escuelas y clubes locales.

Profe
Cuando terminó su escolaridad, Biurrun pudo hacer el profesorado de educación física en el Instituto General Belgrano, de San Fernando, aunque él cursó en Buenos Aires, gracias a una beca que obtuvo. “Uno relaciona el profesorado con lo deportivo, pero cuando uno está ahí se da cuenta de que no es lo mismo, porque también está lo pedagógico, lo social, lo científico”, explica.

La actividad física para los chicos da una mejor calidad de vida. Roberto “Tito” Biurrun. Exbasquetbolista y docente.

Siempre fui un defensor de los grupos: ayudan a ser tolerante. Roberto “Tito” Biurrun. Exbasquetbolista y docente.

Una vez recibido, regresó a Junín donde empezó trabajando en colonias de verano. Luego pasó como docente por el Colegio Nacional, en la ENET N°1, las escuelas N°2, N°3, N°30, Saforcada, Laplacette, el Comercial, el Marianista en sus comienzos.
Además, estuvo 30 años como director del CEF N°55, dio la materia Básquet en el Instituto de Profesorado N°20. Fue entrenador de básquet en las divisiones formativas de Argentino y en la Primera de Sarmiento. Y también tuvo un paso por el fútbol, ya que fue preparador físico en varios planteles locales, inclusive, permaneció casi una década en Sarmiento, con Héctor Silva como entrenador, con el que logró dos ascensos y sufrió un descenso.
“Fueron cincuenta años de trabajo como profesor de educación física”, dice Tito, para luego señalar las diferencias entre un profesor y un entrenador: “El docente tiene que estar más cerca del chico, en las escuelas ves distintos niveles de desarrollo, de gusto por la actividad física, y hay que buscarles el interés a todos. Eso ahora se agudiza más con los problemas sociales que hay en la actualidad. La ventaja que tenemos es que en nuestras clases los chicos se muestran tal cual son y eso sirve para colaborar en la conducta, en la enseñanza. La labor del entrenador es distinta, con un principio de autoridad y, sobre todo, uno tiene que ser claro con el grupo y los dirigidos tienen que creer en lo que uno les pide o les dice”.

El básquet
Biurrun empezó a jugar en Argentino a sus 14 años y a los 15 debutó en la Primera.
Junto con su hermano conformó una dupla memorable y defendió la camiseta del Turco durante 30 años, a excepción de un año en el que pasó por Sirio Libanés de Pergamino.
“Era un deporte de convocatoria masiva, con presencia de toda la familia”, recuerda.
Disputó torneos locales, regionales y provinciales. “Con Argentino, además, de grande encontré la Liga y pude disputar campeonatos federales, provinciales y hasta la segunda categoría”, comenta.
Sobre sus características como jugador, indica que siempre estuvo más en el gol que en otra cosa: “Tenía un muy buen tiro por naturaleza, pero de grande fui más jugador que de joven, porque me involucré más en otros aspectos del juego”.

El deporte da herramientas para la vida como el compañerismo, el compartir, respetar al que te dirige, hacer caso a las reglas y muchao más.

En aquellos años había una gran rivalidad entre el Argentino de los Biurrun y el Nueve de Julio de los hermanos “Tatote” y “Edú” Pagella. “Recuerdo lo que eran las convocatorias de esas finales con Nueve de Julio, las canchas estaban repletas, con gente por todos lados, en los tapiales, era extraordinario”, evoca.
No obstante, había muy buena relación entre todos porque, además, durante varios años compartieron los seleccionados de Junín. “Es más –agrega– tuvimos la mala suerte que Tatote se fue a Buenos Aires, porque estuvimos a muy poquito de ganarle a Bahía Blanca, que era un rival prácticamente invencible”.
Luego fue entrenador de las divisiones inferiores de Argentino y de la Primera de Sarmiento.
Finalmente, al momento de definirse como entrenador, señala: “Me gusta un juego rápido, con mucha defensa. Siempre quise de mis equipos que defendieran bien porque, a partir de ahí, es que se puede construir lo demás”.

Balance
Al hacer un repaso de su trayectoria, Biurrum afirma que “haría lo mismo” que hizo. “A mí me tocó compartir muchos planteles –añade– y siempre fui un defensor de los grupos porque son los que te ayudan a ser tolerante, a depender del apoyo de unos con otros, porque las cosas funcionan a través de un proyecto”.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Para mí la actividad física es una forma de vida. El deporte no es exactamente lo mismo porque es más específico. Soy un defensor de la actividad física para los chicos porque da una mejor calidad de vida. Y esto después se puede complementar con lo deportivo, no para jugar hasta los 45 años como lo hice yo, sino porque esto da herramientas para la vida como el compañerismo, el compartir, tolerar al que te marca, respetar al que te dirige, hacer caso a las reglas y mucho más”.

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