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Sigue cortada la Ruta 7 a la altura de La Picasa y hay temor por el avance del agua.
CRECE EL TEMOR EN LA REGIÓN

Por el avance del agua en La Picasa permanece cortada la Ruta Nacional 7

Continúan los operativos de desvío del tránsito por la rutas nacionales 8 y 33 y la provincial 14. Pese a que funcionarios de la cuenca piden un canal aliviador, desde el Comité de Cuenca del Salado expresaron un tajante rechazo a la iniciativa.

Como consecuencia de las inundaciones y la presencia de agua en la calzada, la Ruta Nacional 7 sigue cortada a la altura de la laguna La Picasa, que comparten las provincias de Santa Fe y de Buenos Aires, por lo que el tránsito, como viene informando Democracia, es desviado por las rutas nacionales 8 y 33 y la provincial 14.
En un tramo de 54 kilómetros entre los kilómetros 369 y 423, las lluvias provocaron que las aguas de la laguna obstruyan la Ruta 7, adonde hay baja visibilidad, viento y oleaje. Además la calzada se encuentra intransitable y resbaladiza, según la Policía de Seguridad Vial de Santa Fe.
En la zona se mantiene un operativo de tránsito alternativo con dos puestos de control y desvíos implementados por la Policía de Seguridad Vial provincial en el cruce de las rutas nacionales 8 y 33, en tanto que otro puesto está a cargo de la policía bonaerense en el cruce de las rutas 7 y 14.
La laguna La Picasa, cuyo extremo medio inferior occidental está en Santa Fe y el extremo noroccidental en Buenos Aires (Partido de General Pinto), tiene una superficie de unos 300 km² y una cuenca conformada por infinidad de lagunas y bañados de 5500 km², que abarca también el extremo sudoriental de la provincia de Córdoba.
Al ser una cuenca cerrada, sin conexión al mar, el colector final es el propio cuerpo de la laguna; tiene bajo potencial de escurrimiento y de infiltración, sin vías de escurrimiento marcadas, y una lentísima salida del agua, que se produce por evaporación e infiltración.

Obras de contención
El Gobierno nacional envió recientemente 2 mil camiones con piedra procedentes de canteras de San Luis, pero aún restan ponerse en funcionamiento las estaciones de bombeo que faltan, que tienen una potencia de 270 caballos, o avanzar en la construcción de un canal de seis kilómetros –iniciativa que es fuertemente resistida por el gobierno bonaerense- que confluya al canal Teodelina, el que a su vez aporta al río Salado en la provincia de Buenos Aires.
Como publicó ayer este diario, el gobierno de la provincia de Buenos Aires se expidió de manera negativa ante la propuesta del presidente del Comité de Cuenca de la laguna La Picasa, Juan Carlos Duhalde, quien dijo que se construiría un canal aliviador en este espejo de agua que hoy está al borde del colapso.
A su vez, el intendente de Junín y presidente del Comité de Cuenca de la Zona A1, Pablo Petrecca, se manifestó en idéntico sentido que la administración de María Eugenia Vidal. “Así como funciona un comité de cuenca en la provincia, hay un comité de cuenca que se relaciona con tres provincias, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Y si bien hay una intención del gobierno de Santa Fe de hacer un canal, la provincia de Buenos Aires se manifestó de manera tajante de no hacerlo y por lo tanto esa agua no estaría ingresando. Es para llevar una decisión firme como gobierno tanto provincial como a nivel local y como presidente de la Cuenca de la Zona A1 nos oponemos a esta construcción del canal. También estuvimos en contacto con el subsecretario de Hidráulica, Rodrigo Silvosa, quien afirmó que la provincia está en esta línea”, afirmó el jefe comunal juninense.
“Ya hicimos varias reuniones y en el día a día vamos monitoreando cómo viene avanzando el tema del agua. Sí estamos atentos a lo que viene sucediendo, con un clima que cambió y que afecta a todo el país. En Junín no somos ajenos a esto, pero sí estamos trabajando desde el primer día y ya hemos pedido bombas complementarias para desagotar los desagües de la ciudad. Día a día vamos monitoreando la situación con todas las áreas y en este caso con la Picasa hemos mantenido charlas con el ingeniero Luis Figliozzi, gerente de la Región Centro de Vialidad Nacional, para ver cómo está impactando esto en la Ruta Nacional 7 y con el director ejecutivo de Vialidad Nacional, Javier Iguacel. También estuvimos en contacto con el intendente de Rufino, Natalio Lattanzi, para trabajar en conjunto. Hay que entender que lo que se haga en un lugar puede afectar a otro”, dijo Petrecca.

“Más agua no debemos aceptar”, dijo Balestrasse
Por su parte, el subsecretario de Obras Públicas del municipio, Marcelo Balestrasse, afirmó que “el tema de la Picasa es producto de obras que se han hecho aguas arriba y en otras provincias y que terminan alimentando a un monstruo como esta laguna. Y las tremendas lluvias de diciembre y enero han hecho que su nivel creciera notablemente. Con respecto a la Picasa soy optimista porque la miro con atención y no con preocupación. Me preocupa más el agua que cayó al sur de la Picasa y al norte de nuestro partido y la región que son los que alimentaron el ingreso de agua a Mar Chiquita”.
Sobre la Picasa, Balestrasse dijo: “Esta laguna tiene dos variantes de desagote y que están construidas desde hace años. Es la sur y la norte, donde se bombea de manera discontinua, 5 metros cúbicos por segundo cada variante. Eso es lo que está establecido por ley y es lo que se viene respetando. A Mar Chiquita entraban 400 metros cúbicos por segundo y si ingresan 5 metros más o menos no afecta en lo más mínimo. Sí nos debemos oponer de manera tajante -como lo dijo el intendente- a la construcción de un canal aliviador porque la cuestión sería otra. Si bien Duhalde dice que se va a hacer un canal aliviador por 5 metros cúbicos, está hablando de bajar miles y miles de hectáreas a 60 centímetros, ya no sería un canal aliviador de 5 metros cúbicos. En rigor sería un gran canal como el que pasa por enfrente de Junín. Más agua no debemos aceptar para no tener inconvenientes”.

Colocaron equipos de bombeo
Mientras tanto en nuestra ciudad se continúa monitoreando el ingreso de agua y ya están colocadas las bombas de extracción por cualquier circunstancia que pueda suceder. “Estamos las 24 horas con un equipo de Defensa Civil y Obras Públicas acompañados por otras áreas del municipio. Se monitorea de manera constante el canal a raíz de que el pico de crecida está en Gómez y elevando el nivel del Salado que por suerte todavía tenemos un metros más de respiro. También estamos trabajando con gente de Hidráulica de Provincia y estamos atentos a las lluvias. Los seis o siete desagües que hay sobre el rio Salado tanto de la ciudad como de la parte suburbana están cerrados porque sino el agua retrocedería hasta alcanzar algunas zonas bajas de la ciudad. Por tal motivo están puestos los equipos de bombeo por si tenemos un evento de lluvia importante, para poder evacuar esa agua hacia el canal y saldría de forma natural”, afirmó Balestrasse.

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