El presidente de Colombia, Gustavo Petro, declaró ayer la situación de “desastre” nacional por la cantidad de lluvias caídas en su país, las más importantes en cuarenta años, a las que le adjudicó decenas de muertes y la pérdida de alimentos.
Según el mandatario, las precipitaciones han dejado 266 fallecidos y unos 800 municipios afectados. Los niveles de lluvia registrados en 2022 “son los más altos en los últimos 40 años”, expresó Petro a los medios locales.
En tanto, reconoció que “hay una pérdida ostensible de cosechas que agrava la situación del precio de los alimentos”, que ya venían en alza por la inflación y la devaluación de la moneda local frente al dólar, informó la agencia AFP. Con la declaración de emergencia nacional Petro pretende entregar unos 100 dólares mensuales, la mitad de un salario mínimo, a madres cabeza de hogar para que alimenten a sus hijos y, a su vez, subsidiar el 100 por ciento de los fertilizantes utilizados por los campesinos. También ordenó crear “comités” contra el hambre dedicados a dar las tres comidas del día a habitantes de barrios y zonas rurales afectadas por las inundaciones o la pérdida de sembradíos.
El gobierno colombiano culpa al fenómeno de La Niña, causado por el enfriamiento cíclico del Océano Pacífico, y al cambio climático de la cantidad inusual de agua que ha caído en el país.
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