Miles de personas se manifiestaron en el centro de Barcelona contra el terrorismo bajo el lema "No tinc por" ("No tengo miedo") tras los atentados yihadistas que la semana pasada mataron a quince personas e hirieron a más de 130.
La cabecera estuvo formada por 75 representantes de los cuerpos de emergencias y las fuerzas de seguridad locales, regionales y nacionales, personal sanitario, miembros de la comunidad musulmana, entidades vecinales, taxistas, comerciantes.
Entre los asistentes estuvo, en un gesto inédito, el rey español Felipe VI, en la primera ocasión que un monarca español es activo participe en una marcha de estas características. El rey, que junto al resto de las autoridades marchó en la segunda línea de la manifestación, fue recibido con un abucheo a su llegada al lugar.
A la marcha asistieron también las autoridades catalanas y de Barcelona, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y casi todos sus ministros, así como los líderes de los principales partidos de la oposición y los presidentes de todos los gobiernos regionales de España.
Una de las diputadas regionales de la CUP tildó en los últimos días de hipocresía que el rey "se pasee por Barcelona tras los atentados y, a la vez, financie el terrorismo", por lo que la política independentista considera relaciones de amistad y económicas con Qatar y los Emiratos Árabes, a los que acusó de financiar al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Los manifestantes recorrieron el céntrico Paseo de Gràcia hasta la Plaza de Catalunya, de donde partió la furgoneta con la que el 17 de agosto se perpetró el atentado en la capital catalana. Allí, ante un gran letrero con la palabra "Barcelona", la actriz catalana Rosa María Sardá y la portavoz musulmana Míriam Hatibi hicieron una serie de lecturas.
BARCELONA, CONTRA EL TERROR
COMENTARIOS