Aprender idiomas ¿Es efectivo hacerlo en línea?
NUEVOS SABERES

Aprender idiomas ¿Es efectivo hacerlo en línea?

Cada vez más personas buscan hablar otras lenguas de manera virtual e interactuando con nativos. También está la opción más clásica y formal sin “contacto humano”

Aprender chino en China o Inglés en Inglaterra, sería lo ideal para cualquier persona que desee hablar otro idioma. Pero claro que se trata de un proyecto muy difícil de realizar, sobre todo en épocas de pandemia. Por otro lado, ya nos hemos acostumbrado a las videoconferencias. Entonces, ¿por qué no probar las clases de idiomas a través del ordenador y la cámara web? Buscando en Internet es fácil encontrar sitios que ofrecen enseñanza de idiomas de forma on line, como New Chinese (www.new-chinese.org), donde tras enviar una solicitud llega al correo electrónico un enlace de zoom para la primera clase con un nativo chino.
¿Cómo es la clase? Una breve ronda de presentaciones, dos o tres preguntas sobre el nivel de idioma, y comienza la clase donde a pantalla compartida, docente y alumno vizualizan el material de aprendizaje. Al mismo tiempo, se escriben en el chat las palabras nuevas que surgen durante la conversación. Para algunos, al cabo de unos minutos, el hecho de hablar a través de una computadora pasa a un segundo plano.
Hay un número increíble de opciones para aprender lenguas extranjeras en línea y cara a cara. Otro proveedor es Italki (www.italki.com), que ofrece una enorme variedad de cursos.
Además de los idiomas más hablados, como el inglés, el español y
el francés, se pueden elegir lenguas poco comunes, por ejemplo, el jemer, el bengalí o el vasco. Como los profesores se presentan con un breve vídeo, el interesado ya tiene una idea aproximada del acento y la velocidad de dicción. En cuanto al precio, prácticamente todos los cursos son bastante accesibles.
Esto se debe, entre otras cosas, a que no todos los profesores son profesionales, sino tutores nativos y fijan sus propios honorarios.
En las clases, por lo tanto, no se hace tanto hincapié en la pedagogía perfecta —lo que no significa que los profesores sean malos—, sino en la oportunidad de hablar y practicar el idioma.
Gracias al calendario integrado se puede ver cuándo y qué tutor tiene todavía fechas libres. El pago se realiza a través de Paypal, transferencia bancaria o tarjeta de crédito al operador del sitio web.
Primero se concierta una hora con el docente y luego la cita será en el  momento acordado. “Quiero aprender catalán para las próximas vacaciones en Barcelona. La ex secretaria lleva dando clases desde su casa desde el inicio de la pandemia de coronavirus y entretanto se dedica por completo a las clases online”, explica Violeta, una estudiante alemana que ha optado por este sistema de enseñanza.
“Tras una breve charla, pasamos directamente al grano, pero en inglés y español. Después de una hora, estoy en condiciones de mantener una primera conversación corta en catalán. Y de paso he desempolvado mis casi olvidados conocimientos de español, lo que no está mal”, describe la alumna.
Y por qué no optar por un idioma más “exótico”, como el bengalí. Desde un pequeño departamento en Calcuta lo enseñan.
Quien crea que la demanda de este raro idioma es baja, se equivoca. El estudiante Protyush, que oficia de tutor, lleva mucho tiempo practicando con extranjeros que no saben ni una palabra de su lengua. La demanda de enseñanza e intercambio de idiomas en línea parece ser enorme a nivel internacional. En Preply (www.preply.com) hay, solo para inglés y francés, más de 10.000 profesores para elegir, y normalmente están todos reservados. A cada profesor se le asigna el nú- mero de alumnos actuales, así como la cantidad de clases ya realizadas.
LingQ (www.lingq.com/de) funciona sin contacto personal. Se especifica el idioma y la intensidad deseada, se eligen cinco campos de interés y se reciben lecciones y textos diarios. Si se marca el vocabulario desconocido lo reproducen una y otra vez. Hasta 20 palabras son gratis. Después, dependiendo del programa, se paga una pequeña suscripción mensual. También se pueden reservar clases en directo. Además de todas estas ofertas comerciales, también existen verdaderos portales de intercambio en línea que organizan contactos lingüísticos privados.
Ejemplos: My Language Exchange (www.mylanguageexchange.com) y el Polyglot Club (https://polyglotclub.com).
El intercambio con los compañeros de idioma seleccionados se realiza en línea, o bien por chat, chat de voz o correo electrónico. No hay que descartar que tras los perfiles se oculte algún que otro anuncio personal, pero esto debe ser generosamente pasado por alto.
De vez en cuando, también es divertido aprender sin contacto personal y con pequeños juegos y ejercicios. La aplicación Duolingo (www.duolingo.com), por ejemplo, ofrece para hispanohablantes cursos en más de diez idiomas.
¿Y que se hace en un día de pereza cuando se prefiere tener un atracón de Netflix? Muy simple: con “Language Learning with Netflix”, una extensión gratuita del navegador Chrome, las películas seleccionadas se pueden ver con subtítulos en la lengua que se quiera aprender y generar pausas automáticas al final de las frases.
La plataforma ofrece un catálogo en línea con todas las películas disponibles.
Así es como, para un próximo viaje -porque no perdemos las esperanzas de conocer otros países o volver a visitarlos-, no hay excusa para no aprender al menos algunas palabras y expresiones básicas del idioma local.

COMENTARIOS