Joaquín Castro es de Rojas y a sus 31 años desarrolla videojuegos.
Joaquín Castro es de Rojas y a sus 31 años desarrolla videojuegos.
GAMING

El joven de Rojas que desarrolla videojuegos para un mercado que mueve millones

Joaquín Castro es un joven rojense de 31 años que estudió en La Plata distintas carreras, hasta que desde hace siete años, encontró su pasión por el gaming. Desde entonces, desarrolla videojuegos desde su ciudad natal para el mundo entero.

Joaquín Castro es un joven rojense de 31 años que estudió en La Plata distintas carreras hasta que descubrió su verdadera pasión, aunque jamás se imaginó trabajar y vivir en el mundo del gaming, y mucho menos desde Rojas. Hace siete años, se puso a desarrollar videojuegos, en un mercado que mueve millones de dólares y que ha superado, por ejemplo, al mundo del cine.

Fiel a sus convicciones prefiere seguir sus impulsos y trabajar a su manera, creando un juego en el cual ya lleva cuatro años desarrollándolo y, paralelamente, trabaja para dos empresas. En el medio del camino, rechazó ofertas muy tentadoras desde lo profesional, pero prefiere mantener su sencillez y hacer lo que le gusta, disfrutando y viviendo la vida. Todo a la vez.

Lo bueno es que esa pasión paga excelentes salarios y le permite ser parte del gaming, un negocio que facturó 180.300 millones de dólares tan sólo en 2021 y que sigue creciendo. Además, la Argentina tiene marcadas ventajas competitivas para avanzar en este lucrativo mercado, con empresas nacionales que participan en el desarrollo de videojuegos para gigantes globales del entretenimiento.

Los inicios de Joaquín Castro en el mundo gaming

El joven rojense se fue a estudiar a La Plata, donde primero se anotó en la carrera de Diseño en Comunicación Visual, pero a los seis meses se dio cuenta que no era lo suyo. Al año siguiente, empezó a estudiar Letras, carrera que cursó durante cuatro años, pero tampoco era lo que buscaba, por lo que desembarcó por el camino de la programación y allí dejó de naufragar. “Ahí empecé a relacionarme con el mundo de los videojuegos”, recordó.

Mientras estudiaba programación, Castro tenía una demo que él mismo había desarrollado. Porque en realidad, desde muy chico ya hacía algunos juegos cortos, pero nunca pensó poder llegar a donde hoy está.

Hace unos ocho años atrás tuvo la oportunidad de jugar un juego que lo había hecho una sola persona. Para aquella época era algo muy poco normal y eso lo llevó a pensar que sí podía hacer lo que pensaba. “Me bajé una herramienta, que es la que hoy uso, que lo que hace es darte todo para desarrollar un juego combinando los elementos necesarios para llegar al producto final”, contó.

Con la demo que él mismo había creado, Castro se presentó en un concurso en Capital Federal en donde participaron unas 900 personas, pero muy pocos tenían una demo para poder jugarlo mientras se presentaba en el certamen. Eso fue un plus que lo llevó a estar entre los 15 primeros puestos que compitieron en una final. Al respecto, el desarrollador explicó que ese logro fue muy importante porque participó con un trabajo que hizo en soledad y compitió a la par de equipos compuestos de varias personas y con mucha experiencia.

Esa competencia hizo que el mercado de los video juegos lo “absorbiera” y consiguiera trabajo en mundo para nada sencillo de ingresar. Ocho años después, con otro nivel de experiencia, sigue dedicándose a lo mismo. Inclusive, llegó a exponer su juego en la Exposición de Video Juegos de Argentina que se hace una vez por año.

Su presente como gaming

Actualmente, Castro está trabajando para dos empresas, estudiando dos videojuegos. En uno de los proyectos está como programador y en el restante ocupa el rol de director de arte, en donde se dedica a modelar en 3D, hacer la iluminación, la textura y los materiales. “Son dos universos distintos que se juntan por un mismo fin. Es raro que te contraten para cosas tan distintas”, admitió.

Paralelamente, Castro lleva adelante su propio videojuego, en el cual viene trabajando desde hace años poniéndole pasión, arte, mucha imaginación y conocimientos adquiridos para lograr un producto introspectivo y filosófico.

El mercado de los videojuegos

Joaquín trabaja para empresas de mediano tamaño que luego venden el producto final a otras más grandes. El mercado es muy variado, pero principalmente los juegos se venden para teléfonos o consolas. En el caso del desarrollador local, realiza material para el segundo grupo mencionado. “Me separé del mundo de los teléfonos y trabajo para hacer juegos para computadoras y para Nintendo Switch. Mi juego salió en noviembre de 2020 para una plataforma que es como un Netflix de los videojuegos y a la par lo fui perfeccionando para que quede como realmente quiero”, admitió.

Hoy, trabajando desde Rojas, cuenta que su trabajo tiene momentos que son muy relajados, donde se permite disfrutar, pero también están los momentos de estrés, cuando hay que entregar un trabajo en tiempo y forma. Como todo empleo, Castro contó que el suyo tiene sus ventajas y sus contras, pero valora poder disfrutarlo.

“Podría estar trabajando para una empresa más grande o para celulares, lo cual es más redituable económicamente, pero eso haría que pierda mi visión de los juegos artesanales, que es lo que me gusta y disfruto hacer”, explicó Castro y agregó “trato de mantenerme es esa línea porque esto es mi vida. Me da felicidad poder trabajar de lo que me llena y me gusta. Es algo mágico jugar un juego que uno mismo creó”.

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