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“Esto tiene mucho de suerte, pero también del esfuerzo de mi familia”, indicó Tomás Muro.
GENERAL PINTO

Tomás Muro: “Mi sueño es jugar en Primera, para ayudar a mi familia"

El joven futbolista de general pinto brilla en la octava división de gimnasia y esgrima la plata

Tomás Muro tiene 15 años y con mucho esfuerzo personal y familiar, este joven futbolista, que nació el 5 de Mayo de 2002 en General Pinto, viene jugando y brillando actualmente como delantero y goleador de la octava división de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Su historia, digna de contarse, marca que a los cinco años "Tomi" comenzó a jugar al fútbol en el Club Social y Deportivo de General Pinto y hasta el 2016 vivió junto a su familia en nuestra ciudad.
Luego, se mudó a la capital provincial, La Plata, en busca de un concretar un sueño. Hoy, comparte el espacio junto a otros 23 compañeros en la pensión del "Lobo" platense y brilla como delantero en la octava división de la entidad "tripera". 
Tomás se viene destacando, siendo figura y en varios partidos anotando goles en esa categoría (hizo ocho en los últimos 10 partidos jugados), lo cual marca un buen presente en lo deportivo. El esfuerzo y la disciplina son los pilares claves para alcanzar el rendimiento que se pretende, aunque ello requiere esfuerzo y dedicación.
Todos los días, los 24 pensionistas -entre ellos el pintense- se levantan a las 6.30, desayunan, y los más grandes van al predio de Estancia Chica a entrenar, mientras que los más chicos, por la mañana van a la escuela, luego almuerzan y 13.30 parten hacia el entrenamiento. 
Alrededor de las 18 todos meriendan, a las 20.30 cenan, lavan los platos o barren y se van a dormir. Así todos durante todos los días de la semana. En el Club, los técnicos Jorge "Coco" San Esteban y Alberto Banfi, y su preparador físico, Leandro Pesce, son quienes marcan hoy el camino de Tomás, hijo de Claudia Dupuy y de Oscar Muro.
Los otros hijos de la pareja son Roberto, de 24 años; Francis, de 22; Urbano, de 21 (jugador de Deportivo Pinto) y Martín Muro, de 18 años.
En su testimonio, Tomás Muro puso en palabras la sensación de agradecimiento y la admiración que tiene por su familia, al expresar: 
“Esto tiene mucho de suerte. Yo me probé y en la primera práctica quedé, pero también tiene mucho de esfuerzo, sobre todo de mis padres que me trajeron desde Pinto hasta La Plata durante tres años”, indicó. 
Una distancia de 400 kilómetros separan a la capital provincial de nuestra ciudad y el apoyo de sus padres y el resto de la familia en la búsqueda de este sueño, fue y es permanente. 
Atravesar la adolescencia lejos de casa, con una rutina estricta y una conducta intachable para alcanzar la meta, no sólo tiene que ver con la pasión por el fútbol, sino también con el objetivo que trasciende lo deportivo.
“Mi sueño es llegar a Primera, vivir con toda mi familia bajo el mismo techo y poder ayudarlos, sobre todo a uno de mis hermanos”, quien está en tratamiento médico ya que es celíaco, diabético y padece hipotiroidismo severo. 
El día que tuvo el primer pico de diabetes, fue trasladado para ser atendido en La Plata y, en una de sus visitas periódicas a la ciudad capital bonaerense para ver a su hermano, la mamá le dijo a Tomás si no quería ir a probarse a Gimnasia y Esgrima La Plata. 

"ESTOY ACÁ GRACIAS A ELLOS", EXPRESÓ EN RELACIÓN A SU FAMILIA
Tenía 10 años cuando pisó la cancha del "Lobo" por primera vez y preguntó cómo tenía que hacer para ir a la práctica de prueba. Le indicaron un día lunes, fue al martes siguiente, y en la primera de las pruebas quedó. La pelota comenzaba a girar.
Los primeros tres años en Gimnasia fueron duros. Tomás seguía viviendo en General Pinto y sus padres lo llevaban una o dos veces por mes a La Plata, “Me traían cuando podían, y si hoy estoy acá, es gracias a ellos”, cuenta. 
Agregó que “El año pasado vine a La Plata y al principio, tenía miedo”, confesó quien luce la casaca Nº 7 de la octava "mens-sana", argumentando que temía extrañar a sus seres queridos. Tal como lo predijo, eso sucedió, aunque para su consuelo, se encontró con una nueva familia. “Acá es otra vida, tenes que convivir con chicos que pasan a ser tus hermanos”, expresó el juvenil quien dijo acostumbrarse rápido al grupo y sentirse a gusto con sus compañeros y quien este pasado fin de semana integró el equipo gimnasista que venció 1 a 0 a Atlético Rafaela anotando un gol que -increíblemente-, anuló el árbitro del encuentro, sin que hubiera ninguna falta comprobable.
“Nos levantamos a las 6:30, vamos a la escuela, volvemos a almorzar y después a entrenar. Llegamos a merendar y nos dormimos temprano. Los chicos que viven conmigo, son como una segunda familia”. 
Así es la rutina diaria de los chicos de pensión, tal cual como lo relató el quinceañero. Son jugadores las 24 horas, desde que se levantan hasta que se acuestan, viven y respiran fútbol, pero en los tiempos libres extrañan y mucho. 
“El año pasado cuando no estaba jugando me daban ganas de agarrar todo y volverme”, rememoró "Tomi", quien destacó que su sueño pudo más.
Tras un 2016 con vaivenes producto del duro traspaso de infantiles a juveniles, Muro arrancó este año con todo. Mejorado físicamente por Leonardo Pesce y escuchando los consejos de sus técnicos Jorge San Esteban y Alberto Banfi, el oriundo de General Pinto llegó a su máximo nivel. 
Toda esa evolución y sacrificio, fueron por un claro objetivo, llevar a cabo un anhelo que está lejos de los lujos, el dinero y la fama. Tomás Muro desea llegar a la Primera del Lobo y confesó entre lágrimas: “Quiero cumplir este sueño para ayudar a mi familia, en especial a mi hermano que es celíaco, diabético y tiene hipotiroidismo severo, solo por eso”.
Desarraigo, esfuerzo y pasión son las palabras que definen a estos chicos que, al igual que Tomás Muro y con el apoyo incondicional de las familias, empiezan y terminan el día en busca del sueño de jugar en Primera. 

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