None
RECORRIENDO LOS BARRIOS

Los vecinos de 5 de Septiembre aseguran que se sienten “abandonados” por las autoridades

Reclaman por la instalación de un basural en sus inmediaciones. Piden el mantenimiento de calles, veredas y terrenos baldíos. Además, solicitan medidas para paliar la inseguridad y mejorar el tránsito. Aseveran que les prometieron una plaza, pero nunca se cumplió con ese compromiso. Aún no cuentan con escrituras: una demanda que lleva más de 20 años.

El barrio 5 de Septiembre nació hace más de 20 años. Ubicado detrás del cementerio del Oeste, se trata del primer vecindario erigido por el sistema de autoconstrucción que se realizó en la ciudad.
Está formado por, apenas, dos manzanas, delimitadas por las calles Bentancourt, Dr. Calp, Chávez y la avenida Pastor Bauman.
Las 26 familias que allí viven muestran un notorio descontento con las autoridades comunales, puesto que la falta de atención hizo que en más de dos décadas, el sector ha progresado muy poco.
“Estamos abandonados”, repiten. Y como muestra, señalan los déficits de esta zona: calles en mal estado, basurales, falta de mantenimiento, problemas de inseguridad y promesas incumplidas.

Infraestructura

La totalidad de los vecinos del 5 de Septiembre cuentan con agua corriente y cloacas.
En cuanto al gas natural, sólo faltarían seis viviendas sobre la calle Chávez, pero para que la red llegue a todos habrá que esperar a que se termine de construir la tercera planta de rebaje.
“El intendente había prometido que iban a hacer la obra, así que en unos meses esperemos poder tener el gas”, dice Omar Ramallo, uno de los vecinos del lugar que aún no cuenta con el servicio.
En tanto, el alumbrado público muestra algunas deficiencias. “Los postes -continúa Ramallo- se pudren porque no hay mantenimiento, y en lugar de cambiarlos, ponen las luminarias en las columnas por donde pasan los cables de las casas. Entonces alumbran las casas, pero no las calles. También pasa que hay muchachos que rompen los focos, pero el recambio, cuando lo solicitamos, tarda en venir. Y hay lugares en los que faltarían luces: la iluminación no es buena”.

Calles

Las calles de este pequeño vecindario son de tierra y solamente tienen mejorado y cordón cuneta sobre la avenida Pastor Bauman.
Otra residente de la zona, Andrea Müller, explica que en todas las cuadras “hay muchos pozos”, y amplía: “Cuando llueve el agua no corre, se queda estancada y no se puede pasar. En la esquina de Chávez y Apolidoro hay una salida de cloacas que se tapa muy seguido y los líquidos cloacales salen para la calle. Eso genera un foco tremendo de infecciones y, además, el olor es insoportable. Es algo que sucede muy a menudo”.
Cristina Lamas, otra lugareña, agrega que el líquido cloacal que sale de esa esquina “forma una laguna a unas cuadras y hay chicos que se bañan ahí: es un foco infeccioso impresionante”.
Además, remarcan que cuando llueve y en los días posteriores, los taxis no entran al sector y dejan a los pasajeros sobre Pastor Bauman, y cuando llaman por teléfono a un coche de alquiler, al mencionar la dirección, directamente no van alegando que no pueden entrar.
Asimismo, también manifiestan su preocupación por el tránsito en las avenidas principales.
Ya se solicitó un semáforo para la esquina de Pastor Bauman e Intendente de la Sota, dado que implica un gran riesgo para vehículos y peatones.
Pero también reclaman dos reductores de velocidad sobre Pastor Bauman, en las intersecciones con Chávez y Payán, puesto que los chicos que van a la Escuela N° 21 corren serios peligros para cruzar la calle.

“Un basural”

Uno de los principales reclamos de los vecinos, es que se está formando “un verdadero basural” a pocos metros del barrio, en la calle Chávez, entre Dr. Calp y Dr. Possio.
El inicio del problema se suscitó hace unos siete u ocho meses, cuando se empezaron a depositar escombros en un descampado, donde se suponía que se estaba rellenando el terreno, porque se iba a hacer un barrio.
Sin embargo, al poco tiempo empezaron a tirar desechos y desperdicios de todo tipo, lo que se fue haciendo, prácticamente, una costumbre.
Lamas, que vive a escasos metros del lugar, relata indignada que “todo el mundo tira basura ahí”, y ejemplifica: “Hemos visto camiones de un corralón, de una verdulería, pasa todos los días, y se comenta que tiran las cosas acá porque el relleno sanitario cierra a las cinco de la tarde, entonces no pueden llevarlas después de esa hora. Nos están dejando el barrio hecho un verdadero basural a cielo abierto”.
La creación de este depósito de residuos genera, además de un olor que a veces se hace muy difícil de soportar, riesgos de higiene y salubridad muy importantes, además de la presencia de roedores y todo tipo de alimañas.
Con todo, Ramallo agrega que “hay gente que se esconde atrás de esas montañas y espía para buscar la oportunidad de entrar en alguna casa”.

Inseguridad

Precisamente, la inseguridad es otro tema pendiente de solución, de acuerdo al testimonio de los residentes del lugar.
Cuentan que la señora que vive exactamente en la esquina de Chávez y Dr. Calp fue víctima de robos en varias oportunidades. A otra vecina hace dos días le sustrajeron las cuatro ruedas del auto.
Uno de los puntos que preocupa a los lugareños es que en el terreno que va desde este barrio hasta el Velódromo, “en verano cortan el pasto solamente en la canchita de fútbol que hay ahí, pero el resto lo dejan sin cortar y llega a tener más de un metro y medio”, según dice Lamas.
“Hicimos el reclamo -continúa-, pero en la Municipalidad dijeron que como el lote es de Telefónica, no les corresponde el mantenimiento. Sin embargo, hemos visto años anteriores camiones del Municipio cortando el pasto”.
Además, puntualizan que en una oportunidad que estuvieron efectivos policiales en el lugar, les dijeron que tenían que pedir que se corte el pasto “porque esto hace que sea un lugar inseguro”. De hecho, una vez encontraron una bicicleta robada que la habían dejado tirada en ese sector. No obstante, los vecinos aseveran que la presencia policial es prácticamente nula, como comenta Jorge Ramallo: “El patrullero no pasa por acá, toma Pastor Bauman y después hace un giro en U y se vuelve, no entra en las calles interiores del barrio”.
Asimismo, remarcan que cuando hicieron reclamos, “enseguida empezaron a hacer recorridas, pero a los pocos días vuelve todo a estar como antes”.

Un lote para la plaza

Como este barrio fue planificado para 30 viviendas y se construyeron 26, sobre la calle Bentancourt quedó un lote desocupado en el que, según denuncian los vecinos, una persona se lo tomó para sí como si fuera propio y allí apila la leña para su panadería y estaciona su vehículo.
De acuerdo a lo que cuentan los moradores del sector, se habló con las autoridades municipales para que allí se construyera una plaza. Una iniciativa que habría sido aceptada.
Sin embargo, a pesar de las promesas, el espacio de juegos y recreación aún no está.
Los residentes advierten que la leña apilada en ese lote trae como consecuencia que haya roedores en la zona.
Además, los vecinos se muestran temerosos de que, si no se hace algo, ese lote pueda ser usurpado.

Otros temas

“Estamos abandonados” insiste Omar Ramallo y advierte que eso se nota en el estado de las veredas que rodean al Cementerio del Oeste: “Es una vergüenza, no se puede pasar, están muy deterioradas”.
Müller agrega que en ese sector, sobre la calle Bentancourt, “cuando los regadores cargan el agua, dejan la canilla abierta y deterioran la calle”.
Finalmente, un punto sobre el que los vecinos del sector ponen el acento es el hecho de que aún no cuentan con las escrituras de sus viviendas.
Como sucede con muchos barrios hechos por el método de cooperativa de autoconstrucción, la escrituración de los inmuebles a nombre de los  propietarios suele ser un trámite largo.
“Este fue el primer barrio que se hizo en Junín por ese sistema -cuenta Ramallo- y todavía no tenemos un documento como propietarios. Nos dicen que está todo bien encaminado, pero aparentemente va a tardar. Hoy tenemos un permiso precario, pero no tenemos escritura”. 

COMENTARIOS
En sus palabras