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La sala de audiencia quedó vacía tras la suspensión del debate, ayer.
LO RESOLVIÓ LA FISCAL DEL CASO

Quedó suspendida la audiencia del juicio a Celentano Arce, acusado de abuso sexual

A través de llamados telefónicos, el imputado habría dado órdenes a la Policía como si fuera el juez federal Norberto Oyarbide. Además, como consecuencia de los engaños, agentes policiales habrían sido ultrajadas.

La audiencia del juicio a Celentano Arce, acusado de, a través de llamados telefónicos, dar órdenes a la Policía como si fuera el juez Norberto Oyarbide, fue suspendida por una decisión de la fiscal de la causa, Vanina Lisazo, quien solicitó, además, la reprogramación de la audiencia de debate que se encontraba establecida para ser celebrada hoy, a las 10, en los Tribunales de Junín.
Los fundamentos de los pedidos establecidos por la investigadora son que, por la complejidad del proceso, se vio imposibilitada a contar con las constancias de las notificaciones cursadas a los testigos y peritos.
Además otro de los motivos que la llevaron a la suspensión del debate es el hecho de haberse encontrado su fiscalía de turno durante la semana pasada, lo cual le impidió “centrarse y ocuparse personalmente con el tiempo y compromiso que requiere una causa de esta magnitud”.
Por otro lado, en los pasillos de Tribunales de Junín se hablaba de que el acusado de extorsión y abuso sexual, Celentano Arce, momentos antes de presentarse al juicio, habría sufrido dos posibles desmayos en el penal alojado, por lo que tuvo que acudir a emergencias médicas.

El hecho
Con un teléfono celular, un preso detenido en la Unidad Penitenciaria N° 13 del Servicio Penitenciario de Junín logró que un grupo de policías creyeran que estaban recibiendo órdenes del juez federal Norberto Oyarbide, quien le ordenaba hacer “tareas de inteligencia”. Tras esa red de engaños, siete oficiales de la policía habrían sufrido abusos sexuales en reiteradas oportunidades.
El acusado es Jorge Celentano Arce, quien actualmente se encuentra en Sierra Chica como consecuencia de este caso, pero que al momento de los hechos investigados estaba detenido en la UP N° 13, desde donde planificaba los delitos de los cuales está acusado.
A Celentano se lo acusa de extorsión y abuso sexual en carácter de partícipe necesario como autor mediato, en siete hechos diferentes, cuyas víctimas fueron, entre otras, tres jóvenes oficiales. Fuentes cercanas a la investigación indicaron que este estafador habría efectuado engaños similares en Luján, San Martín y Caseros.

El modo de operar
Según indicaron los investigadores, el extorsionador, siempre desde la cárcel juninense, coordinaba con agencias de remises para que pasaran a buscar a las mujeres policías por algún punto, quienes eran llevadas a un lugar determinado para reunirse con un informante.
Al momento de concretarse el encuentro, las víctimas, que eran agentes policiales, tenían que dejar su teléfono abierto para que el preso pudiera escuchar del otro lado de la línea lo que estaba sucediendo. Lo que escuchaba eran pedidos de favores sexuales que pedían los “informantes” a cambio de brindar datos.
Según fuentes de la investigación, se habrían cometido numerosos encuentros en los cuales se concretaron abusos sexuales y, en al menos uno de ellos, se habría perpetrado una violación con acceso carnal. Según pudo saber Democracia, algunas de las víctimas sufrieron dos hechos de abuso.
Según indicaron fuentes conocedoras de la causa, en octubre de 2015, Celentano llamó desde el penal a la comisaría de Lincoln haciéndose pasar por el juez federal Norberto Oyarbide. Dijo que necesitaba “personal femenino” para una investigación sobre narcotráfico. La agente actuaría en forma encubierta y se reuniría con distintos “informantes” que le darían datos sobre una banda. 
Para reforzar la orden, el extorsionador volvió a llamar a la comisaría haciéndose pasar por un secretario del entonces ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados. Fue así como, insólitamente, logró que los policías le creyeran y designaran a una agente con poca experiencia para cumplir con las órdenes.
Tras el encuentro, le señalaban que parte de la información sería entregada si aceptaba mantener relaciones sexuales con el informante. Además, debía llevarle ropa, entre otras cosas, al propio Celentano, con el argumento de que el preso estaba colaborando con el caso.
Un remís pasaba a buscar a la mujer y dos de sus acompañantes – también policías- que se fueron sumando en la investigación del falso juez federal. Según indicaron fuentes de la causa, la agente de la policía linqueña fue violada por el falso informante mientras que dos compañeras fueron abusadas. 
El caso llegó a la Justicia cuando una oficial linqueña le advirtió a su superior que había mantenido cinco encuentros con falsos delatores. “Además de las mujeres abusadas, el estafador le pedía dinero a los policías para ayudar a encontrar red de narcotraficantes, por lo que estaban obligados a hacer distintas tareas extras de su trabajo. Hicieron mal en creer las órdenes de un juez por teléfono”, explicó la Dra. Vanina Lisazo, fiscal a cargo del caso.
Dijo, además, que va a pedir una pena entre 8 y 20 años de prisión, “dependiendo de la producción de la prueba porque esta clase de hechos es muy difícil al hablar con las chicas”.

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