La promesa de la siesta juninese ha caído. Los tiempos aprietan y la toma de decisiones en torno a la oferta de productos y servicios se acelera en un contexto de fragmentación de alternativas. Hoy, frente a cada necesidad o deseo surge un abanico cada vez más amplio de alternativas y en ese contexto, ganan quienes se hacen visibles. No se trata de colores vivos o actitudes grandilocuentes, por el contrario, de coherencia y precisión.
¿Más alternativas o menos tiempo para descartar?
Las dos cosas, la nebulosa de opciones se funde en avisos de diario, radio, tv, redes sociales y cartelería que más que una punto de identificación e identidad parece un catálogo. Ansiedad, impaciencia urgencia de un lado; del otro impericia para leer esta situación. Hoy muchos locales son invisibles y los motivos son diversos. En algunos casos, los notamos cuando tras algunos meses cierran sus puertas. En ese preciso momento se nos presenta la inquietud, “ah, mirá acá había una pollería”. Otros aciertan en la lectura previa y perduran en el tiempo considerando variables que vale la pena repasar.
¿Cuál es el beneficio, a quién le sirve?
En primer lugar, encontrar la esencia de tu propuesta, básicamente identificar que es lo que viene a resolver. Esta formulación te puede ayudar a focalizar el discurso para luego si, ponerlo en el centro de la escena mediática. Con la verdad, sin exageraciones y con total fortaleza persuasiva. Simple, al grano, genuino y con lenguaje coloquial.
Seguramente estés por emprender un negocio que alquien más ha emprendido antes. Un camino que tus competidores también pueden recorrer. La única alternativa luego de pensar las cuestiones esenciales es promover una estrategia de diferenciación y para eso, previamente deben considerarte, visibilizarte: saber que existís.
Está claro, la gente no anda por la vida leyendo anuncios publicitarios, por el contrario trata de evitarlos. Por ese motivo, primero debemos tratar de atender una necesidad o resolverles un problema pero ese es solo el primer paso, lo importante viene después y la pericia publicitaria trata justamente de esta cuestión. Nadie escucha, nadie lee, nadie mira nada salvo que tengamos algo relevante para decir y además lo digamos de una forma creativa. No seas invisible. Visibilizate.
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