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No cayó bien a sus principales dirigentes de la UCR enterarse por los diarios de la resolución del secretario de Energía, Javier Iguacel, que fijó un cobro extra en las facturas del gas Los más enojados fueron los gobernadores Morales y Cornejo.
PANORAMA NACIONAL

Florecen las internas políticas al ritmo de la actual crisis económica

La llegada de la primavera trajo un poco de agitación en el Gobierno, pero también en la oposición y hasta en la Corte Suprema de Justicia.

La política argentina parece hoy metida dentro de una coctelera, sacudida con vehemencia por efecto de la crisis económica. El aturdimiento resultante queda a la vista todos los días y descoloca tanto al Gobierno como a la oposición. El internismo también se apodera de instituciones que siempre hicieron un culto de las formas, como la Corte Suprema. Los encontronazos no son producto de hechos aislados, sino de una reacción en cadena que aumenta la incertidumbre.
El distanciamiento entre el presidente Mauricio Macri y la diputada Elisa Carrió asoma como la punta del iceberg y amenaza con una fisura en Cambiemos, al tiempo que se registra en el Congreso un enfrentamiento constante entre Cristina Kirchner y Miguel Pichetto, que proyecta las divisiones del peronismo. Y en la cúspide del Poder Judicial, la entronización de Carlos Rosenkrantz despojó del poder a Ricardo Lorenzetti, que parecía un intocable hasta que dejó de serlo.
Tanto es así, que un sector del Gobierno propiciaría el alejamiento definitivo de Lorenzetti del máximo tribunal, tal vez como una ofrenda de paz para Carrió, quien puso la mira sobre el magistrado desde hace un par de años. Pero antes, en la Casa Rosada aguardan que la jefa de la Coalición Cívica pida disculpas públicas por haber desafiado la autoridad presidencial. Parece un juego de encastres, pero en rigor es la dirigencia política operando de una manera temeraria.
Por si acaso, Carrió mantiene en las gateras el proyecto de juicio político al ministro de Justicia, Germán Garavano. En el texto que llegado el caso será ingresado a la Cámara de Diputados, la Coalición Cívica sostiene que Garavano “no ha hecho más que actuar en contra de los principios rectores de Cambiemos”. Entre los fundamentos, se objetan la actuación del funcionario en asuntos delicados como el caso AMIA y su opinión sobre el enjuiciamiento de los ex presidentes.
En paralelo, en Cambiemos hay una fuerte discusión sobre el instituto de la prisión preventiva. Carrió y los “lilitos” apoyan la doctrina Irurzun, que permitió el encarcelamiento de ex funcionarios kirchneristas investigados por hechos de corrupción. Mientras que el macrismo se ha vuelto más cauteloso. “Debe ser excepcional”, sentenció el titular del PRO, el senador Humberto Schiavoni. El radicalismo se mantiene en una postura más cercana a la del macrismo, para disgusto de Carrió.
La UCR tiene sus propios motivos para poner en debate el rumbo de Cambiemos. Pero no son de orden institucional, sino políticos y económicos. No cayó bien a sus principales dirigentes haberse enterado por los diarios de la resolución del secretario de Energía, Javier Iguacel, que fijó un cobro extra en las facturas del gas y que, tras una semana de presión, el Gobierno tuvo que dar de baja. Los más enojados fueron los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza).
El malestar de los radicales podría volver a expresarse el próximo viernes en una reunión del Comité Nacional y los bloques legislativos en un hotel porteño. También durante la semana deberían ultimarse los detalles del traspaso de las empresas eléctricas al área metropolitana, en una ardua negociación que aún no está cerrada entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta.
Vidal, que tiene en Larreta a un aliado de peso dentro del PRO, procura atenuar el impacto del ajuste fiscal que tendrá que afrontar el año próximo la provincia de Buenos Aires, sobre todo por la presión que ejercieron los gobernadores del PJ ante la Casa Rosada. El hecho de que Macri se muestre reacio a actualizar el Fondo del Conurbano, para compensar el recorte, no contribuye a bajar la tensión y alimenta versiones sobre un desgaste en la relación de Vidal y el Presidente.
La novedad es que habrá reencuentros de dirigentes del PJ y otros que se fueron de la estructura partidaria. Por caso, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, invitó a la provincia norteña a Pichetto y a Sergio Massa, mientras que los intendentes del peronismo bonaerense –cercanos a Cristina Kirchner- harán su propio acto en Merlo. En el Congreso, la interna de la principal fuerza opositora y de los espacios afines podría determinar la suerte del proyecto de Presupuesto 2019.
Las negociaciones van a todo ritmo en la Cámara de Diputados, donde Cambiemos cedió un par de modificaciones al texto original y ahora se discute un aumento del gravamen a los Bienes Personales para mantener el objetivo del déficit primario cero, comprometido con el Fondo Monetario. 
Junto al Presupuesto, los diputados y senadores deberán votar también una adenda al pacto fiscal de 2017, que hasta ahora resisten Santa Fe, La Pampa, San Luis, Chubut y Santa Cruz.
Frigerio es, en este tramo del mandato de Macri, el más activo de los ministros del Gabinete. En la semana que pasó tuvo que ponerse prácticamente un traje de bombero para asistir al Senado y negociar la marcha atrás del cobro extra del gas. Un grupo de gobernadores le había advertido que si insistían con la medida de Iguacel, se complicaría la sanción del Presupuesto. Y el viernes fue uno de los protagonistas de los anuncios sobre los créditos UVA y el proyecto de ley de alquileres.
El Gobierno buscó así salir de la defensiva en que lo colocó la crisis económica, dando señales ante un problema histórico de la Argentina, como es el déficit de vivienda. A tal punto, que hay unos 8 millones de inquilinos y otros 6 millones que no están bajo contrato, residiendo en villas o de prestado. El lanzamiento del plan nacional de exportaciones, a cargo del ministro Dante Sica, también fue un intento de la administración de Cambiemos por tomar el control de la agenda.
Por lo demás, la semana política estuvo dominada por los errores no forzados: se pasó de las inentendibles explicaciones de Iguacel a la marcha atrás oficial; del reclamo de Carrió a Macri para que eche a Garavano, al que luego definió como una “broma”; a un mensaje equívoco de Massa contra el “saqueo” de los productos primarios que lo obligó a aclarar que no se refería al campo sino a la minería. Pero en lo sustancial, lo que prima en la política argentina es el internismo.

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