A un mes y medio de las elecciones generales la economía vuelve a copar la agenda pública -en los próximos 15 días se conocerán datos alarmantes sobre inflación y pobreza-, con el consecuente impacto en las campañas de los tres presidenciables con chances de alzarse con el premio mayor en los próximos comicios: Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa.
Es el oficialismo, sin duda, el que debe intentar surfear este complejo panorama: la estrategia de Massa es despegarse del fracaso de la administración que conduce Alberto Fernández y, como dejó en claro en declaraciones públicas, descargar culpas en Martín Guzmán por no haber podido acumular los dólares suficientes para evitar la escalada inflacionaria.
El impulso a una supuesta eliminación del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, que tendrá este lunes una convocatoria tripartita en el Palacio de Hacienda, en un Congreso prácticamente paralizado, resultaría un gesto del líder del Frente Renovador para intentar contrastar el malestar por la persistente pérdida del poder adquisitivo.
Pero, de nuevo, una medida de este calibre solo apunta a la élite de los trabajadores, los conveniados que más ganan, y deja afuera a la mayor parte de la masa laboral. El dispar cumplimiento de la suma fija anunciada hace dos semanas tampoco ayudaría a mejorar el humor social. Pero la fuga de votos de Unión por la Patria hacia las huestes del libertario se produjo en el segmento de los más vulnerables.
En el oficialismo apuestan a “aceitar” los mecanismos dispuestos para fidelizar a la militancia territorial. El problema es que, a diferencia de otros comicios, el prolongado perjuicio hacia los ingresos de quienes habitan las barriadas de los distintos conurbanos del país no garantiza una ulterior recuperación del voto peronista en estos distritos.
“Reforzar la creatividad”
Ante este panorama, el comando de campaña de Sergio Massa apuesta a llegar al electorado propio y al ausente en las PASO con mensajes “segmentados” y reforzar la “creatividad” de los spots en redes sociales para recuperar el voto joven que supo acompañar al cristinismo. El objetivo claramente no es ganar el 22 de octubre, sino meterse en el balotaje.
Desde Tucumán el candidato presidencial intentó recomponer la astillada unidad del armado oficialista. La “foto de familia” con gobernadores del PJ, sindicalistas e integrantes del kirchnerismo buscó transmitir que en la etapa que sigue hacia las generales el peronismo activará su “maquinaria electoral” en todo el país. En 2021 la unidad por sí sola del FDT no alcanzó para evitar una dura derrota en aquellas primarias legislativas en un contexto socioeconómico, vale decirlo, menos complejo que el actual.
El bajo perfil de Cristina
Mientras, Cristina Kirchner sigue cultivando un bajo perfil que alimenta todo tipo de suspicacias. Sólo reapareció en la agenda pública para retransmitir a través de sus redes sociales la respuesta que Axel Kicillof ensayó frente al fallo de un tribunal norteamericano que condenó a la Argentina a pagar por la estatización de YPF.
Esa resolución ominosa para los intereses del país abroqueló al mayor armado opositor que apuntó sus cañones contra el gobernador bonaerense por haber sido en su momento el principal ariete de la expropiación de la petrolera, en 2013.
Otro factor aglutinante en el armado opositor es la elección de hoy en Santa Fe, donde el radical Maxi Pullaro es favorito para ganar la gobernación tras haber liderado las primarias. Seguramente habrá foto con Bullrich, que intentará blindar a Juntos por el Cambio como un espacio con suficiente “gobernabilidad”, en caso de retornar al poder, para poder implementar las reformas pendientes.
Esta estrategia busca confrontar con la escasa estructura que detenta Milei en todo el país que, vale decir, no le impidió triunfar en las PASO en provincias en las que JxC supo ganar las gobernaciones, como San Juan, Chubut, San Luis y Santa Cruz.
El candidato libertario envió emisarios a los Estados Unidos para intentar seducir a los inversores de ese país con sus propuestas. Pero la desconfianza de los operadores persiste: en la semana se conoció un artículo del influyente medio británico “The Economist” que catalogó al locuaz economista como “un riesgo para la democracia”. Y asesores como el exfuncionario menemista Carlos Rodríguez desestimaron la dolarización por el riesgo de incurrir en una histórica licuación de ingresos o un plan Bonex (por la incautación de depósitos de 1989).
Los encuestadores, los mismos que no vieron venir los guarismos que obtuvo el libertario en la primaria, aducen que estas “inconsistencias” no hacen mella en la figura del presidenciable de LLA. Sostienen que se encuentra franco ascenso y que recogería el “voto útil” -en detrimento de Bullrich- y el hastío de un sector de la sociedad que pretende enfundarlo como el nuevo embajador del “cambio”.
El factor Macri
Todas las miradas apuntan por estas horas a Mauricio Macri, quien en 2015 había obtenido este “título” en la segunda vuelta electoral con el mandato de suplantar al kirchnerismo en el poder. El expresidente regresará la semana próxima de su periplo europeo donde cumplió funciones por su cargo en la FIFA. Se espera un acercamiento con la candidata presidencial que aviente las suspicacias que generaron sus recurrentes guiños a Milei.
Hoy la mayor confrontación con el libertario la ejerce Carlos Melconian, el “vocero económico” del armado opositor que en cada aparición pública se muestra dispuesto a tildar de inaplicables las reformas propuestas por el postulante de LLA. Pero la coalición opositora buscará en lo que resta de campaña cimentar aún más sus propuestas para modificar el organigrama del Estado, el mercado de trabajo y el régimen previsional, como paso previo, a una normalización de la economía. Esa plataforma intentará asentarla sobre el poder político que podría detentar JxC desde el 10 de diciembre, con casi una decena de gobernaciones y una amplia presencia en ambas cámaras del Parlamento. Con la salvedad, claro, que una derrota en las elecciones nacionales podría cambiar definitivamente la integración de la coalición opositora.
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