La violencia no se hizo esperar. Ya en la primera jornada de esta larga maratón del fútbol que ha diseñado la AFA la locura barra-brava anduvo haciendo de las suyas marcando la continuidad del terrible cuadro de situación padecido la temporada anterior. La escalada trágica de los últimos meses del año anterior con varias víctimas fatales en sólo una semana tuvo ahora su lamentable continuidad en tierra mendocina. El irracional accionar de delincuentes disfrazados de hinchas hizo su aparición esta vez en la previa del encuentro Godoy Cruz-San Martín de San Juan y el hecho de que no haya que lamentar víctimas no minimiza su magnitud.
Todo ocurrió a plena luz del día y lo sufrieron en carne propia los integrantes del plantel sanjuanino que eran trasladados en un colectivo desde el microcentro mendocino hasta el estadio Malvinas Argentinas, escenario del encuentro. En ese trayecto el transporte fue atacado con piedras y disparos de armas de fuego en un episodio que pudo tener el peor de los finales.
Los jugadores que casi no podían creer lo que estaban viviendo al observar los agujeros de bala que quedaron en la carrocería del vehículo, asustados y sin reaccionar del todo por el pésimo momento vivido, igual tuvieron que salir a jugar su partido con Godoy Cruz.
Mientras la Justicia mendocina investiga el ataque en medio del repudio que ha provocado tan tremendo episodio siguen sin notarse alternativas novedosas para hacer frente a una problemática que viene castigando muy duro al fútbol. Evidentemente siguen sin aparecer las medidas que conduzcan a su erradicación definitiva y las medidas practicadas hasta este momento han resultado insuficientes.
Tanta violencia está reclamando a gritos el mayor esfuerzo creativo por parte de quienes gobiernan el fútbol y no es la primera vez que se procura una actitud más firme en la búsqueda de soluciones. El episodio de Mendoza fue grave pero no el único preocupante durante la jornada de apertura. En la cancha de Boca abundaron los mensajes por parte del sector duro de “la 12” que dejó vacío el sector donde habitualmente se ubican los líderes de la barra, además de colocar las banderas en posición invertida.
¿Qué había ocurrido? Ante la exigencia de presentar documento de identidad más de un centenar de barras xeneizes no pudieron ingresar a la Bombonera para presenciar el encuentro con Olimpo y por eso la reacción. Acertada la medida en el ingreso y preocupante la reacción en una tribuna en la que está latente la violencia inclusive entre sus propios integrantes. Cuando el fútbol recién está empezando bregar porque episodios de esta naturaleza no vuelvan a ocurrir resulta tan reiterativo como imperioso y atacar el tema a fondo.
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