Rubén Darío Fernández: “El Ruli”
FÚTBOL

Rubén Darío Fernández: “El Ruli”

Múltiple campeón con Ambos Mundos, estuvo a prueba en San Lorenzo de Almagro, Arsenal de Sarandí y Sarmiento. Jugó en Rivadavia de Junín, Defensa Argentina, Independiente y anduvo por la zona.

Me pusieron así por los rulos del pelo, de chiquito en el barrio que hoy es Villa Mayor López, antes era Los Chanchos. Le decían así porque los Forlini tenían sus criaderos en esa zona. 

Nací en abril de 1955, en este barrio. Calles de tierra con lotes muy amplios y muy pocos habitantes. En ese tiempo los vecinos eran propietarios de cuatro o cinco lotes, pero la ciudad no tenía el empuje de hoy en día. Era tranquila. Los vecinos se dedicaban a hacer sus quintas, a  criar sus animalitos, como lo hicieron mis abuelos y mis padres.

Cursé la primera en la Escuela nº 12, en Pringles y Pellegrini. Cuando iba por tercer grado nos mudamos a calle Lavalle, pegado al cuartel de bomberos. Hoy ya no existe esa casa. Y me trasladaba en el colectivo El Obrero (el Rojo) que lo tomaba en la esquina de la fábrica Monti y me dejaba en la esquina de San Martín y Pringles. De ahí me iba caminando a la escuela.

Empecé a jugar al fútbol en las inferiores de Ambos Mundos. A mí me descubrió Saucich y me llevó al club. Era como el Negro Castro en Independiente, Chiaravino en Defensa, Torelli en BAP, que salían a recorrer los campitos -que para ese entonces eran religión- y reclutaban jugadores. Hoy eso se terminó, ahora los chicos se dedican a la tecnología.

Fui campeón en varias oportunidades con las inferiores de Ambos Mundos, siempre teniendo como técnico al maestro Edgard Aramburu. Desde la octava que fue el profesor, el preparador físico, además del consejero espiritual.

Llegué a primera a los 16 años con Humberto Pitita Franchi como técnico. Debuté en un torneo nocturno contra River, al que le ganamos cuatro a dos. Era el River del Canario Rassia, Pozo, Sosa, Almirón. El Piojo Caicedo, un jugadorazo, era para sacarse el sombrero.

Ganamos con Ambos Mundos un nocturno en 1973, donde todos los partidos que terminaban empatados se definían por penales. Tres tiros por cada equipo y con el mismo ejecutor. Ambos Mundos tenía a Manuel “Lobo” Sofía, que calculo nunca erró un penal en su vida.

Yo hacía lo que podía y algunos atajé. Le ganamos a BAP, a River, empatamos con Villa y ganamos por penales, empatamos con Defensa y también nos impusimos en los penales. 
Perdimos la semifinal con Rivadavia, después de irle ganando dos a cero, tres a dos. Fue un 2-0 en el primer tiempo que es lo peor que te puede pasar en el arranque.

Y volvimos a jugar contra Rivadavia, en febrero del ´73. Al minuto ganábamos uno a cero con gol de penal que convirtió Alberto De Tomaso, por una infracción a Ramón Vega. Y a los 41´ del segundo tiempo le atajé un penal a Mario Varela y después nos empataron con un tanto de Pirilo Muñoz.

Fuimos al alargue con gol de oro, que se usaba en ese entonces, y el Lobo Sofía metió el gol tras un centro de Puchetta. Y ahí salimos a festejar.

En 1972 fui por una recomendación de Colombo, que era presidente de AFA, a probarme a San Lorenzo de Almagro. Estaba el maestro Ernesto Duchini como técnico de las inferiores.  Sin embargo, mis padres querían que terminara el secundario en el Industrial.

A su vez me llaman para entrar a a trabajar al Ferrocarril como aprendiz autorizado, a punto de cumplir los 16 años en abril. Y en Junio entré a los talleres.
 
Me acuerdo de la reunión con Ducchini y mis padres. “Futuro tiene, pero apenas tiene 16 años”. Y primó el estudio y el trabajo ferroviario. Si bien no tenía que ayudar en casa porque mis viejos nunca me pidieron nada, el trabajo y el estudio fueron prioridad.

Luego, estuve a punto de incorporarme a Sarmiento, cuando estaba el Comisario Rodríguez como técnico, y me tocó el servicio militar. Si no era Marina, arreglaban todo para que me quedara en Junín. Y me tocó el número 990. Marina de cabeza. Al parque Pereyra Iraola, en La Plata, en el ´76 y ´77, pleno gobierno militar. Complicadísimo.

Ahí aprovechaba a entrenar con Deportivo Paraguayo en Berazategui y el Piojo Caicedo me había conseguido para que fuera a practicar con Arsenal de Sarandí.

Y en el momento en que Arsenal decide comprarle el pase a Ambos Mundos, acá le pidieron más que por  Maradona. Un estadio le pidieron. Parecía que era Amadeo Carrizo. Se pensaban que se salvaban. No sé qué mentalidad tenían los dirigentes de ese entonces. Porque siempre me costó muchísimo conseguir el pase, aun a préstamo.

Un día me invitan el Loco Macchiavello, Rubén D´ortona y  el Negro Solís a jugar a Arenales. Yo ese fin de semana estaba de franco en la colimba y me fui con ellos. Y arreglé con Belgrano. Se armó un cuadrangular con Arenales FC, Huracán de Arribeños y Defensa Argentina. Ahí Defensa pidió también el pase y no se lo dieron. Pero al estar bajo bandera y a más de cincuenta kilómetros sí pude ir a Belgrano. De quince, diez éramos de Junín. Ganamos un par de torneos. Integré la selección de Arenales. En Junín también estuve en la selección con Chiche Tablada.

Cuando regresé de Arenales, y por intermedio de Piti Pondal, fui a Jorge Newbery para un regional. Ahí vi la diferencia entre los clubes locales y lo que era Newbery en ese entonces, allá por 1978. Verdaderos profesionales: cómo te trataban, cómo entrenaban, cómo te cuidaban, los almuerzos; muy profesional todo. 

Pasé por Rivadavia de Junín en la época en la que lo dirigía Taliche Lombardi, en Defensa con Burgos como técnico y en Independiente con un adelantado como el Chacho Villafañe. Una asignatura pendiente fue jugar en Villa Belgrano, nunca se pudo dar, pero me hubiese gustado.

Jugué hasta los 28 años porque, por una operación de rodilla, la pierna izquierda no quedó bien y tuve que dejar. Hasta el día de hoy si piso mal se me complica. Jugué el último partido contra Origone en cancha de Ambos Mundos.

La última vez que me puse los guantes fue cuando Ambos Mundos inauguró la luz artificial en el año 2022. Terminé que me dolía todo. Pero fue divertido, emocionante, encontrarme con muchos amigos, con la historia del club en sí.

¿Maradona o Messi? Distintas épocas, pero me quedo con Maradona.

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