FUTBOL

Sergio Omar “Chacarita” Rizzi

Jugó en Rivadavia de Junín y se lo llevó San Lorenzo. De ahí directo al Montpellier de Francia, donde nunca le llegó el pase para jugar. Estuvo en Almagro, Tandil y Jujuy.

Un vecino, don Atilio Villafañe, me puso ese apodo. Siempre estaba sentado en la calle, al lado de mi casa. En la esquina había un campito, estaba el parque, el club San Martín, y yo andaba siempre de pantalón corto y revolcado por todos lados. Un día me dijo “pareces un chacarero” y chacarero de acá, chacarero de allá, me quedó Chacarita.

Nací y me crié en Villa Belgrano. Un barrio tranquilo. Grandes vecinos, nunca un problema. No se conocían los problemas. En casa mis viejos tampoco permitían que se hablara mal de nadie. Mucho respeto.

Fui a la Escuela Normal con Pastormerlo, Ribé, Castría, el Chula García. En el barrio se jugaba a la pelota, siempre después de comer. Alcancé a jugar hasta seis papi fútbol en verano. En el Defensa, Rivadavia, Ambos Mundos, el Sportivo, a Baigorrita (que me llevaban) y el club Alumni.

De chiquito jugué al básquet en San Martín. Dejé a los quince años. Era de le época de Luis Lorio. Un día vino a jugar River de Buenos Aires un cuadrangular de las inferiores en cancha de San Martín. Salimos campeones y me tocó sobresalir. Hasta me hicieron una nota de la revista de River. Terminaron llevandome a Buenos Aires para probar. Y quedé. Pero mi viejo, y Pedro Aznar que era el presidente, no quisieron dejarme allá solo. Tenía doce años. Hasta le querían conseguir trabajo a mi papá para que nos mudáramos a Buenos Aires. A los 13-14 ya jugaba en la primera contra los Biurrun y los Pagella. Integraba la selección de Junín.

Al fútbol comencé de esta manera: los domingos iba a ver Rivadavia, donde estaban el Lolo Alaniz, Bertolotti, Chaparro y Héctor Mosca de técnico. Mi hermano Mario no pudo jugar porque se iban a Leandro N. Alem y me subieron a mí al colectivo.

La cuestión fue que ganamos dos a cero e hice los dos goles. Cuando vuelvo, mi hermano estaba en tratativas para irse a Buenos Aires. Lo terminó contratando San Lorenzo en 1975. 

Al otro domingo empezaba el campeonato y me querían fichar de prepo. Estaba jugando al básquet y de buenas a primera aparezco fichado un viernes, jugando el domingo en cancha de Defensa contra River y me tocó hacer el gol.

Así que de un día para el otro dejé el básquet. Pero no pude ser campeón con Rivadavia. Perdimos la final en 1975 contra Jorge Newbery en cancha de Sarmiento. Fue un cuadrangular donde le ganamos a Independiente, luego a Moreno (que hice dos goles) y perdimos la final. En Moreno estaba un tal Rojo que era el arquero y el Tano Isamat que era el tres de Newbery.  Ellos eran de San Lorenzo  y cuando volvieron le comentaron al técnico de la tercera que en Junín estaba el hermano de Mario que hacía goles. Me vinieron a ver de San Lorenzo y me llevaron. Todo así de rápido, estuve 4 meses en Rivadavia nada más.

Estuve en el 76-77-78 en CASLA. Jugué algunos partidos en primera. En 1979 me contrató Almagro con el Flaco Cousillas que éramos compañeros de departamento en San Lorenzo. Hice como quince goles. A Sarmiento le convertí allá y acá que le ganamos dos a cero.

Cuando terminó el campeonato aparece en mi vida Rafael Santos. Me ilusionó porque dijo que me llevaba a Francia, que compraba como cuatro autos, tres casas. Me llevó a Montpellier, pero no pude jugar nunca.

Me tenía que presentar el 7 de enero de 1980 en San Lorenzo para la pretemporada en Necochea. Santos me llevó a Francia, pero primero compramos el pase en 1.000 pesos. Acá viene el problema. Antes de llevarme a Francia me fichó en Deportivo Baigorrita. Jugué un cuadrangular en Lincoln y salimos campeones. Hice el gol de la final de cabeza. 

Llegué a Niza, lloviznaba. No había cupo para extranjeros donde me pensaba colocar y apareció Montpellier. Jugué contra el Nantes. Me tenía que marcar Enzo Trossero, que me dijo saber que estaba a prueba y que me daba una mano para que pudiese quedarme. Empatamos uno a uno. A los dos días firmamos el contrato. Pero antes de firmar Santos me dijo “ni se te ocurra decir lo de Baigorrita, vos venís de San Lorenzo”. Llegamos a la oficina, estaba el presidente Francis Andreu, me preguntó de dónde vengo y le digo que de San Lorenzo del `76 al ´80. Se firma, me dan una copia, otra para el club y una a la Federación Francesa. Salgo de pretemporada a Suiza con el plantel, 35 días. Volví y mandé a buscar a mi esposa con mi hijo.

Va a empezar el campeonato y el pase no llegaba. Hablo con mi hermano Mario en Argentina, averigua en AFA y el pase salió.  Hablo con el presidente del club de Francia y me dice: “de San Lorenzo no vino nada, no hay pase, no podes jugar”. Lo buscamos a Rafael Santos por toda Europa y Argentina. No apareció nunca. Una semana, diez días, se cerró el libro de pases. Me arruinó la vida. Solamente un enfermo puede hacer lo que me hizo Santos.

Me volví y me fui a jugar a Tandil, un regional. Perdimos la final con Loma Negra de Olavarría –que lo bancaba Amalia Lacroze de  Fortabat– con Husillos, Demagistris, Carrió, Vázquez. Ganábamos dos a cero de local y nos empataron dos a dos. En la vuelta perdimos uno a cero. No podíamos pasar la mitad de la cancha y con un hombre menos que echaron en el primer tiempo.

Después fui a Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Me llevó el flaco Landucci. Jugué el regional y en la zona nuestra entró Sarmiento.

Volví a San Lorenzo en la época que descendió. Le tocaba jugar cuatro meses del campeonato nacional. Y me llevaron. Estaba el Toto Lorenzo como técnico. Hice una práctica y fuimos a fichar a AFA. El domingo era titular contra Boca. El sábado a la mañana fuimos a hacer una práctica liviana, le pego al arco y siento un tirón atrás de la pierna. No dije nada. Llegué a mi casa, me puse hielo y se me pasó. Al otro día jugamos contra el Boca de Brindisi y Maradona. Perdimos uno a cero. Antes de empezar el partido me vino a saludar Maradona, hasta me deseó suerte.

A los 23 dejé de jugar, cansado de andar de un lado, para el otro.

¿Maradona o Messi? Dos genios. Para mi lo que hace Messi no lo hace nadie, es imposible de superar. Pero Maradona fue un genio en su momento. Dos épocas distintas.

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