Nací en la ciudad de Junín, calle Arenales, en el barrio de los militares, en la cortada denominada hoy Pasaje Mirambel.
Barrio hermoso. Desde la ventana de casa se veía el "campito", la antigua cancha de Defensa Argentina. Era cruzar la calle y estar en el paraíso, jugando a la pelota. Ahí se juntaban todos, los del barrio y los que venían de más allá.
Hice la escuela primaria en el Colegio número 1 de Álvarez Rodríguez y Mayor López. Luego fui al secundario al Colegio Comercial, del primero a quinto “A”.
Desde que tengo uso de razón jugué al fútbol. A los 12 años fiché en Defensa Argentina, con el gran Abraham Elías, que era el técnico de ese entonces.
Me acuerdo que venía a mi casa a buscarme, a convencerme. Una persona noble, siempre con una sonrisa a flor de labios, de una bondad inconmensurable, un gran señor.
Jugaban en ese tiempo Miguelito Rodríguez, el Chato Barrionuevo, el negrito Barale, Walton, el Guille Bondonno. El medio era Crausaz-Sandoval y Carballo. Y me olvido de muchos compañeros.
El debut fue con quince años cumplidos hacía poco. Osvaldo Burgos era el técnico que me promovió a primera. Jugaban el Pato Marinello, el vasco Oviedo, Solís, Alfredo Gambarte, Alberto Battistelli, Mario Domench, los Villarreal, Fabián Fernandez, Miguel Ángel Alvarez, Marcelino Martignoni, Daniel Guaita, el Beto Miranda, los Carpanetto. Fuimos subcampeones, quedando detrás de Rivadavia de Lincoln.
En el año 1986 me fui a estudiar a Buenos Aires y estuve en Argentinos Juniors, con José Pekerman de entrenador.
Volví a Junín y fiché en Sarmiento para la temporada 1987-1988. Primero estaba Taqueta Barrionuevo y luego Raúl Azconzábal.
Posteriormente me llamaron de Estación Quequén, de Necochea, para disputar el Campeonato Nacional “B”, en el año 1988-1989.
De ahí me llevan a Europa. Recalé en Suiza, en FC Lugano, temporada 1988-1990. Luego FC Chur, 1990-1992 y FC Baden 1992-1993.
Luego me operaron de un riñón, en Suiza, y mi vida como profesional llegó al final.
Fue mala praxis. Se olvidaron durante 9 años unos 18 centímetros de sonda en mi cuerpo.
Desde el 2005 hasta hace un año y medio, fui reclutador mundial en el FC Basilea de Suiza. Por ejemplo, fui el primero en ver a Mohamed Salah y llevarlo a Basilea. Ahí empezó su carrera futbolística.
El último año y medio estuve en Chicago Fire FC, de Estados Unidos.
Ahora estoy trabajando por mi cuenta.
La diferencia del fútbol que yo jugaba al de ahora es física, de cuidados en general, nutrición. Son máquinas, se juega a otro ritmo y no hay margen de error físico.
Seguramente que la técnica tiene que evolucionar para jugar a alto ritmo y eso se ve.
Antes era talento. Hoy es formación física y técnica. Se arman jugadores.
Los jugadores salen siempre, y de alto nivel. Hay que mirarlos con los ojos de hoy, de la evolución y no de la comparación de otras épocas.
¿Maradona o Messi? Maradona jugaba a otra cosa, más combinado con su personalidad ambigua, que hacia la diferencia. Lo que le jugaba a favor le jugó en contra en otros aspectos. Altos y bajos extremos. Factor humano.
Messi es tocado por la varita mágica. Es lineal, un jugador de play station.
En el recuerdo
Hago un paréntesis en el año 1983, con la selección juvenil campeona de la Región y finales provinciales, el mejor recuerdo, seguro.
Estaban Príncipi, Ortega, Prandi, Claudio Cernadas, el Jocho Barbosa, Pepe Sánchez, Gustavo Prandi, Ariel Giangualano, Rolando Funes, el Chucho Marcero, Carlitos Torres, Fabián Lamónica, el Kichi Nievas, Andrés Randich, Sergio Tedesco, Fabio Rolla, Marcos Olari. La dupla técnica era Héctor Mosca-Omar Moyano y Cacho Pavon en la parte física, el que nos hacía correr, y me olvido de muchos, perdón… Fue un momento único e inolvidable.
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