Gastón Barral Íntimo

¿En qué papel está más cómodo: actuando o cantando?
-No me siento mas cómodo ni cantando ni actuando. Las dos se conjugan perfectamente; en realidad creo que una alimenta a la otra. A veces me pasa que cuando no hago algo actoralmente es como que lo extraño.
Yo no soy un folklorista, ni un cantante romántico, ni para chicos: quiero ser un cantor popular. Creo que popular es una palabra muy importante. Vos sos popular cuando la gente te da ese título. Y yo creo que trabajo para eso. No digo que lo soy. Me gustaría algún día serlo.

¿Cuál es tu sueño máximo?
-Principalmente, trabajar siempre en la Argentina, a pesar de tener varios ofrecimientos para irme del país. Uno fue de Carmen Flores, cuando yo trabajaba en el Torreón del Monje, en Mar del Plata, donde ella me nombró su ahijado artístico; entonces Pepe Vaquero, que es el representante, me pidió que me fuera a vivir a España para trabajar en un hotel muy importante, pero le dije que no. Después no acepté México y antes me habían ofrecido ir a Don Carlos, que es un pub muy importante de Santiago de Chile, pero tampoco fui. Y también hubo otra propuesta para Estados Unidos, aunque a mi, lo más importante que me pasó, fue haber estado en el escenario mayor de Cosquín.

-¿Cual es el mensaje que la gente recoge de Barral?

-Fundamentalmente, que no hay historia posible si no hay amor. El amor orientado hacia distintas dimensiones. El amor de pareja, el amor de los amigos, el amor a la tierra, el amor a los hijos. A las cosas que nos hacen fundamentales como seres humanos. Este es un tiempo que me llevó a abandonar el sueño de la fama por el reconocimiento. Ya no me importa ser famoso. Quiero ser reconocido porque eso implica otras cosas. Implica que uno es honesto en su trabajo y en su vida, buen compañero, responsable y que se toma un compromiso con el público.
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