Los monoambientes y departamentos de dos ambientes, los más solicitados por estudiantes.
Los monoambientes y departamentos de dos ambientes, los más solicitados por estudiantes.
ÉPOCA DE INICIO DE CLASES

Los alquileres para estudiantes impulsan una fuerte demanda en el mercado juninense

En su mayoría buscan vivir solos, aunque por la situación económica crece la idea de compartir vivienda para ahorrar costos. Sí bien hay más oferta, no alcanza para cubrir la demanda.

La demanda de los departamentos para estudiantes universitarios es creciente, a poco de iniciarse la mayoría de los cursos de ingreso y nivelación. Monoambientes y departamentos de un dormitorio pican en punta, según distintas fuentes consultadas por Democracia. 

Según informaron distintos martilleros consultados por este diario, hay más oferta que el año pasado, pero se hace difícil cubrir la demanda solicitada para aquellos que buscan alquilar solos.

A los valores de los alquileres de los departamentos, hay que sumarle expensas en el caso de los edificios, y eso puede encarecer un poco más el precio final a pagar en cada mes. La mayoría de los contratos de alquiler se realizan con actualizaciones cuatrimestrales, en menor medida con cláusulas de tres meses y hay casos, en los que hay muchos años de vínculo entre las partes, que llegan a los seis meses. 

 

“La demanda no está satisfecha” 

Hernán Pietrobón, titular de la inmobiliaria homónima, afirmó a este diario que: “En Junín tenemos un déficit habitacional y la demanda no está satisfecha. La demanda de alquiler para estudiantes comienza desde finales del año pasado, pero en febrero se reactiva con fuerza cuando los chicos comienzan las clases”. 

“También entre diciembre y enero se da un fenómeno de recambio, que es justamente aquellos chicos que terminan de cursar o que terminan el año y allí hay un recambio natural”, sostuvo. 

Según destacó Pietrobón es que “hay un fenómeno que venimos observando en los últimos años que es posterior a la pandemia, que es, por ejemplo, el tema de buscar ya departamentos de dos dormitorios, puesto que también los valores tienden a acercarse”. Con relación a la demanda, Pietrobón remarcó que “podríamos decir que se mantiene constante, no ha variado mucho. No vemos un incremento en la demanda a esta altura del año”. 

“Lo que sí podríamos comentar es una modificación en la oferta, que tiene que ver básicamente con dos fenómenos. Una es la desregulación de la ley de alquileres, lo cual libera al mercado el DNU, y eso supone poder contratar libremente por las partes”, sostuvo. Y agregó que: “un crecimiento en el valor de los precios, que hace que también se tenga que medir si es conveniente alquilar con todos los gastos que significa o viajar seguido para los estudiantes de la región”. 

 

Valores de departamentos  

Al respecto, el martillero y corredor público Hernán Pietrobón indicó que "un departamento con dormitorio más o menos bien ubicado, tenemos que hablar de un promedio de entre 120.000 pesos por tres, con depósito y comisión. En total unos 360.000 pesos para pensar en mudarse". 

En sintonía, aclaró Pietrobón que "para hablar más en detalle, podemos arrancar en un monoambiente en el orden de los 100 a 110 mil pesos mensuales. Estamos hablando de propiedades que estén prolijas, en condiciones de vivir bien, en un radio de cinco o seis cuadras del centro". 

Por su parte, las expensas se encuentran en el orden entre los $9.000 y 12.000 pesos en un complejo de departamentos sin ascensor, con servicios básicos según detalló Pietrobón. En cambio, si un departamento o un edificio con ascensor y otro tipo de mantenimiento, "podría pensarse entre 25 y 30 mil pesos". 

Los costos pueden aumentar si el edificio tiene encargado o portero. “En Junín hay pocos edificios con ese tipo de servicios, el precio es superior a los 40 mil pesos por mes. Por lo general los consorcios gastan en seguridad ", sostuvo Pietrobón. 

 

Los ajustes futuros 

En la misma línea, Claudio Roggero, titular de la inmobiliaria que lleva su apellido, afirmó en diálogo con Democracia que “se comparten más viviendas que antes, sobre todo los estudiantes, aunque no es lo que abunda, pero está pasando”. Y agregó que “la oferta subió y la demanda se redujo en función de las posibilidades de la gente a la hora de alquilar. No se asustan tanto por los valores, pero al inquilino le da temor por los ajustes futuros y la incertidumbre política y económica”.

Es que, con la ley derogada por Milei, los contratos debían ajustarse una vez al año en base al Índice de Contratos de Locación, más conocido como ICL y elaborado por el Banco Central. Esta toma como referencia en partes iguales la inflación y el salario, pero se calcula con un desfasaje de los datos de dos meses. Es decir que quienes actualizan, por ejemplo, el alquiler en enero, lo hacen en función de las cifras de inflación y salarios de noviembre. 

Actualmente, se intenta poner como cláusula de actualización a la inflación. Fuentes especializadas del sector indican que usualmente se negocia un ajuste trimestral por inflación.

 

La ubicación 

 "Padres que antes nos pedían un departamento que estuviera próximo a la facultad o que fuera céntrico, hoy resignan un poquito más el tema de ubicación con tal de conseguirlo", sostuvo Pietrobón. 

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