La Laguna de Gómez, 40 centímetros por debajo del vertedero.
La Laguna de Gómez, 40 centímetros por debajo del vertedero.
LAS LLUVIAS NO SON SUFICIENTES

El drama de la sequía: ya falta agua en los ríos y bajan las lagunas de Junín y la Región

En el distrito, con la temporada de verano en marcha, continúan descendiendo fuertemente los niveles de los espejos naturales, como la de Gómez y Mar Chiquita. En la Región prácticamente desaparecieron los cursos del río Rojas y del Arroyo del Medio, cuyos cauces quedaron a la vista.

La sequía extrema que afecta a gran parte del país tuvo en los últimos días un impactante efecto al eliminar los cursos de agua del río Rojas y del Arroyo del Medio, cuyos cauces quedaron a la vista por la falta de agua.

En Junín, con la temporada de verano en marcha, continúan descendiendo fuertemente los niveles de las lagunas, como la de Gómez y Mar Chiquita, una situación que se viene agravando desde la primavera, estación en la que se registró el noviembre más cálido de la historia. Además, se le suma que la Región viene atravesando el fenómeno climático denominado La Niña, el cual se caracteriza por la falta de lluvias respecto al promedio histórico. 

El mismo  ingresaría en una "etapa de transición" en el primer trimestre de 2023 hasta alcanzar "condiciones neutrales" y la normalización del régimen de lluvias en el Cono Sur, coincidieron entidades y especialistas. Si bien el sector agropecuario es quien más lo padece, la falta de precipitaciones está dejando serias secuelas en los ecosistemas locales y regionales.

Al respecto, el titular de Obras Públicas, Marcelo Balestrasse, informó a Democracia que el nivel de la Laguna de Gómez “está 40 centímetros por debajo del vertedero”, donde hay una compuerta abierta de limpieza para el canal aguas abajo. Y afirmó que en Mar Chiquita queda una compuerta abierta a la que “el agua no llega”, donde hay una abierta de estiaje (de limpieza), al igual que en El Carpincho, en el marco de un protocolo que se debe seguir hasta que lleguen las grandes lluvias.

“Los niveles son muy bajos, y no está entrando agua en la cuenca norte del sistema. Hasta que no se produzcan las grandes lluvias otra vez, la situación no va a cambiar. Hay esperanza de que en febrero empiece a llover y comiencen a recuperarse las lagunas”, subrayó. Además, se informó que, dentro de las acciones del Municipio de Junín, se busca concientizar a los vecinos de la Ciudad para que tengan un uso racional del agua corriente para que se mantenga la presión, en épocas de altas temperaturas.

“Son épocas complejas, hay que trabajar también en la prevención porque la napa va bajando y el esfuerzo es más grande”, concluyó.

Preocupación

En Rojas, el río que pasa a unos kilómetros del centro de la ciudad cabecera, mostró en varios tramos la falta de agua, donde, directamente, se puede ver su suelo. Esta situación alerta a varios vecinos y entendidos en la materia, quienes mostraron preocupación por la situación.

Las opiniones son diversas. Hay quienes adjudican la situación expresamente a un fenómeno natural, mientras que otros sostienen que también es responsabilidad del hombre por intervenir estos cauces naturales. Al respecto, el ingeniero agrónomo y presidente de la Sociedad Rural de Rojas, Alberto del Solar Dorrego, explicó que en sus años de vida es la tercera vez que le toca ver una situación de estas características. 

“Recuerdo tener unos trece o 14 años y cruzar el río de lado a lado en alpargatas sin mojarme los pies. En esos lugares aún hay algo de agua. Las imágenes que vemos son en la zona entre Rojas y la Laguna La Tigra, donde esto suele ser normal porque son sectores de poca profundidad”, explicó.

Del Solar detalló que el libro “Las inundaciones y la sequía en la pampa bonaerense”, del escritor Carlos Moncaut, habla de los fenómenos naturales ocurridos entre 1576 y 2001, por lo que argumentó que estas situaciones han pasado y volverán a pasar porque “no tienen nada que ver con el cambio climático”.

En tanto, el ingeniero en construcción, Raúl Rosanigo, consideró que “son varias las cuestiones que influyen a que suceda que el río no tenga agua”. En primer lugar, advirtió sobre algunas obras de dragado realizadas en Salto (el Río Rojas pasa por esa localidad, Arrecifes, Baradero y desemboca en el Paraná). 

“Además de dragar, ensancharon el cauce y reemplazaron puentes que impedían el paso de parte del caudal. Eso mismo también lo hicieron en Arrecifes, generando que el lento escurrimiento que había antes y provocaba inundaciones graves en ambas localidades ya no exista”, anexó.

Por otra parte, explicó que el bajo nivel del Paraná, que es donde desagua este rio es socio de la falta de lluvias y la merma de las aguas subterráneas por los riegos artificiales. “Nuestro rio nunca volverá a tener el agua a 30 o 50 centímetros de los bordes en forma más o menos permanente como ocurría antes de las obras en Salto y Arrecifes, las barrancas de casi 2 metros serán el paisaje más habitual. Puede suceder que suba e incluso desborde por grandes lluvias, pero en una semana estará bajo nuevamente”, advirtió.

Se “borró” la frontera

Como ya informó este diario, la sequía eliminó prácticamente el curso de agua que funciona como límite natural y a la vez político entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. Se trata del Arroyo del Medio, un curso de escaso caudal pero que juega un rol importantísimo en la historia argentina, así como también en la división de las fronteras interprovinciales.

El 28 de enero de 1722 el entonces Arroyo Gayoso pasó a tener su denominación actual y fue fijado como límite jurisdiccional entre Santa Fe y Buenos Aires: hacia el norte correspondía al primer distrito, mientras que los territorios ubicados hacia el sur formaban parte del segundo.

A casi 301 años de aquel acontecimiento, este accidente hidrográfico desapareció en algunos tramos producto de la fuerte sequía que azota a la Argentina desde hace varios meses.

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